Páginas

lunes, 31 de octubre de 2016

LA CRUEL VENGANZA DE UNA MUJER DESPECHADA, EL CRIMEN DE UNA NIÑA. AGAETE 1885.


Agaete finales del siglo XIX, obsérvese  el ingenio azucarero detrás de la iglesia.

Sentencia número 40 de la Audiencia de Canarias:
FALLAMOS: Que debo CONDENAR y CONDENAMOS a la acusada, María del Pino García  Bermúdez, como autora penalmente responsable de un delito de ASESINATO, ya definido, con la concurrencia de las circunstancias modificativas mixta de alevosía, de abuso de superioridad, del lugar que facilitaban la impunidad, al contar la víctima con solo once meses de edad,  así como de la circunstancia atenuante de confesión, a la pena de VEINTE AÑOS de PRISIÓN, con la accesoria de inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena. Que debo condenar y condeno a la acusada al pago de las costas, así como a que indemnice a los herederos legales de la niña María Silvestre, en la cantidad total de dos mil pesetas,.....  
Las Palmas a 23 de diciembre de 1885, leída por el Magistrado Leopoldo Méndez Balgoma.
Este horrendo crimen ocurrió el  17 de junio de 1885, en el Valle de Agaete y trascendió a todo el país a través de la prensa de la época. 


El crimen en un periódico de Huesca.

Juan Medina, como todos los culetos conocido por su apodo, "el Pipa", jornalero de profesión, se había casado con María del Pino García Bermúdez cuando esta contaba con 23 años de edad. El matrimonio no fue nunca bien, no venían hijos y todo eran discusiones tras once años de vida en común "el pipa" decidió separarse.
"El Pipa" comenzó una relación extramatrimonial con una vecina que vivía en una vivienda colindante con la suya, llamada Juana Jiménez, fruto de esa relación nació una niña, que la iglesia consideró ilegítima y a la que le pusieron por nombre  María Silvestre Jiménez.
María del Pino a sus treinta y seis años de edad, continuaba enamorada de su marido y no aceptaba que  la dejara para irse con su vecina, bastante más joven que ella y que además le había dado lo que ella no pudo, una preciosa hija.
Comentaba por el vecindario que no descansaría hasta que su marido volviese a quererla. Comenzó a visitar a toda clase de santeros, barajeros, pitonisas y curanderos, que le daban todo tipo de conjuros y "polvos mágicos", hasta que le sacaron todas las pocas pesetas que había obtenido con el comercio de la cochinilla que recolectaba por las laderas del pueblo.
Como no tenía éxito, viéndose despechada, no soportando la felicidad de su marido con su hija y su nueva pareja, poseída de un profundo rencor, comenzó a planear el macabro crimen de la niña que contaba con once meses de edad, a la que le echaba la culpa de todos sus males. 
En uno de sus viajes a Guía, donde acudía los domingo a vender cochinilla, compró un veneno para los ratones con alto contenido en arsénico.
Mercado en plaza de Guía a principios del siglo XX.

Solo le faltaba un cómplice que trajese a la niña María Silvestre a su casa, la encontró en una amiga costurera llamada Juanita Torrens, de 26 años de edad, amiga de la madre de la menor. Juanita era de carácter bondadoso y bobalicón,  de esas persona que se suele decir que "le falta un hervor", con una pequeña minusvalía psíquica.
La despechada esposa convenció a Juanita  de que tenía unos polvos que le había dado una bruja del campo, que mezclados con gofio, si los tomaba la hija del que fue su marido, él regresaría a su lado.
El 17 de junio de 1885,  María del Pino tuvo conocimiento de que su ex esposo, "el Pipa", había salido de la localidad para Tenerife, llamó a la ilusa Juanita y le dijo que convenciera a la madre de la niña para que se la dejase llevar a dar un paseo y la trajese a su casa, con el objeto de darle los polvos que días antes le había comentado.
Eran media mañana cuando  la bobalicona Juanita se dirigió a la casa de la menor, donde su madre se encontraba realizando las labores propias del hogar, Juanita  era muy conocida y ya en ocasiones anteriores había cuidado a la niña para que su madre pudiera hacer las labores con más tranquilidad, por lo que la madre de la niña no opuso ningún impedimento a que se la llevara, con la única condición de que la trajese pronto para darle la comida.
Tras un breve paseo con la niña en brazos, Juanita se dirigió a su casa con la menor, avisando a María del Pino de que tenía a la niña. 
Ya en la casa de la Torrens, María del Pino, de un envoltorio de papel sacó unos polvos blancos que mezcló con gofio, leche y café, haciendo una ralera, comenzó a darle cucharadas de aquel brebaje mortal a la niña, ante la ignorante mirada de Juanita que le decía una y otra vez; ¿no le harás daño a la niña?, a lo que ella contestaba; "no boba, esto es solamente para que su padre vuelva conmigo."




Tras terminar de darle la siniestra papilla, María del Pino le  dijo a Juanita que llevara corriendo  la niña a su madre y que no se lo contase a nadie para que el brebaje surgiera efecto, dándole a su vez una taza con un poco de gofio mezclado con el matarratas, para que se lo diera a la madre de la niña, con la intención de acabar con la vida de esta también, devolviendo la menor a su progenitora.
Al llegar a su casa la niña empezó a empeorar, con decaimiento y palidez, la llevaron urgentemente al médico de la localidad, D. Enrique Blanco Sapera, que nada pudo hacer, falleciendo María Silvestre entre vómitos y convulsiones momentos después.
Preguntada por el juez instructor Juanita Torrens, contó toda la verdad, por lo que las dos mujeres fueron detenidas y juzgadas.
María del Pino fue condenada a veinte años de cárcel y Juanita a dos años y cuatro meses, no aplicando el Juez la eximente de discapacidad mental.

El médico de la localidad que  compartía con Galdar, D. Enrique Blanco Sapera.

El suceso conmocionó al tranquilo pueblo de Agaete, a toda la isla y se fue extendiendo días después por todo el territorio nacional a través de la prensa.

El suceso en la prensa de Palma de Mallorca.


Bibliografía;
La prensa de la época.
Sentencia 40 de 22-12-1885, archivo provincial.






domingo, 23 de octubre de 2016

LA VERBENA MUNDIAL DEL MACHO CABRIO.

Macho guanil.

Entre la Punta del Risco y la punta de la Aldea, debajo de los farallones  del andén Verde se encuentra un lugar paradisíaco, perteneciente al municipio de Artenara, uno de los pocos lugares virgen y salvaje que quedan en la isla debido a su difícil acceso. 
En otros tiempos, antes de que las tirotearan, era muy común la presencia en el paraje de las Arenas de cabras guaniles, con sus correspondiente e impresionantes "machos".  Existía el rumor por los pescadores de Las Nieves, de que en los riscos del Andén Verde, había un enorme macho cabrío de estado salvaje, que en ocasiones se dejaba ver.
Las Arenas

A principios de los años setenta del pasado siglo se habían organizado varias expediciones para intentar capturarlo, en principio con el único fin de intentar mejorar la calidad genética de las cabras  de los pequeños ganaderos de Agaete, pero fracasaban por la astucidad del fauno. 
En el verano de 1970, un pequeño agricultor y ganadero, conocido por "Telo Trujillo" o Armas, (por su aspecto físico, como por su carácter y su creatividad, no puede negar que lleva la sangre de los Armas por sus venas) se le ocurre organizar una expedición para capturarlo. Junto con un grupo de jóvenes de Las Nieves y en la falúa de Matías el de "Manoalejo", con las únicas armas de un trasmallo y sus manos se dirigen a las Arenas. 


Telo Trujillo (o Armas)

Consiguen atraparlo y montarlo en la falúa, como no puede ser de otra manera cuando intervienen la gente de Agaete, aquello se convirtió en una fiesta. Llegó el macho al muelle viejo entre voladores y aplausos de los numerosos bañistas, venía adornado con cintas y flores  en la enorme cornamenta, como  si de un hippie se tratara. 
El enorme fauno, maloliente, perplejo y triste de haber dejado a sus ninfas allá en las Arenas, recorrió en solemne procesión todas las calles del entonces tranquilo y pequeño Puerto de Las Nieves, camino de su nuevo hogar en la "Fontesanta", al pasar por el Bar el "Capita", fue bautizado desde una de sus ventanas, con una botella del mejor vino.
El "gran Telo", hombre imaginativo, que "nunca había escribido ni leído", su peculiar forma de decir que era analfabeto, como él mismo anunciaba altavoz en mano cuando pregonaba sus peculiares fiestas, se le ocurre que si ya había verbenas de la paloma, del lechón... porque no celebrar la verbena del macho cabrío y en el mes de septiembre, junto con el poeta "Chano Sosa", organiza una verbena con el fin de recaudar fondos para fines benéficos, la denomina la "verbena del Macho" y se anuncia que en medio del acto, se paseará a "la fiera salvaje".


Cartel anunciador de 1975

La fiesta es todo un éxito de asistencia  y diversión.
Los años siguiente en mes de septiembre, se vuelve a celebrar, ya incluso tiene repercusión en algún medio extranjero. En 1972 el "gran Telo", la había elevado de categoría, ahora era la gran "verbena internacional del macho cabrío". Se adorna la avenida de los Poetas con banderas de todos los países, hay fuegos artificiales, tracas y Agaete estrena su nuevo lema, "Agaete es Fiesta".
Y lo que en la antigua Grecia, la captura del macho cabrío era sinónimo del comienzo de una tragedia teatral, en Agaete y toda la zona norte, no podía ser de otra manera, se convirtió en una de las fiestas más divertidas de las que hemos disfrutado.


Paseo de uno de los descendientes del macho primitivo, 1983, fotograma de película de Paco Rivero.

Telo no escatimaba recursos y traía las mejores orquestas del momento, orquesta los "Grajos" de la Aldea, "Los Sotos", "River Plate".... elección de miss fiesta del macho y sus damas de honor, fuegos artificiales, tracas,...
En las verbenas se celebraban rifas de los regalos que los diferentes bares y comercios de la zona donaban, sus ingresos eran destinados a fines benéficos, beneficencia local, reparación de la antigua ambulancia municipal o a reflotar al Club de fútbol de Agaete.
Hasta mediados de los ochenta, en el calendario festivo de la isla, el mes de Septiembre estaba marcado por la romería a Agaete para disfrutar, ya elevada de categoría, por el ya "Famous Telo", de la "verbena Mundial del Macho Cabrío".
Al macho, como a todo ser viviente  le llegó la hora de irse al más allá y murió, de viejo supongo, su descendencia siguió con la costumbre del breve paseo a mitad de la verbena, hasta que esta dejó de celebrarse a mediados de los ochenta.


La verbena en la prensa

Telo fue concejal de fiestas del ayuntamiento de Agaete por AP, en la legislatura de 1983 a 1987, cuando ser concejal era servir al pueblo de verdad, pues no cobraban ni un duro y lo hizo muy bien a pesar de los pocos recursos económicos. Un hombre trabajador, con mucha imaginación, hecho así mismo. Mi más sincero reconocimiento a su labor.

viernes, 7 de octubre de 2016

DE AGAETE AL SAHARA, PRESENCIA Y RETORNO.

  

A principios de los sesenta del pasado siglo, centenares de miles de españoles salieron del país rumbo a Europa, la mayoría en busca de mejores expectativas económicas o porque no había trabajo para todos. A los canarios Europa nos quedaba lejos y lo hicimos a dónde nos quedaba más cerca,  África Occidental Española (AOE), apenas a 100 kilómetros de nuestros pueblos, un lugar en el que no habíamos estado nunca y al que fuimos prácticamente con lo puesto.
En el censo de la provincia africana de 1967, único que hace distinción por región de procedencia, hay 9.395 europeos censados, de los que 3.317, somos nacidos en Canarias, más de un tercio de los no nativos, la mayoría de las islas orientales y residentes en la capital del Sahara, el Aaiún. A principios de 1975, se calcula que ya son cerca de 10.000 los canarios residentes en el territorio.
El Sahara era una colonia donde hasta finales de los cincuenta sólo había personal militar, administrativo, sus familias y algunos canarios; obreros en las empresas de suministros y construcción, además de los saharauis.


Aaiún a principios de los sesenta. http://www.lamilienelsahara.net/

Unos de los primeros agaetenses en poner rumbo al Sahara fueron unos emprendedores hermanos del Valle de Agaete, Gabriel, Juan y Manuel, conocidos en la villa como los de "Secundina", que montan unos almacenes junto al cuartel de  la Policía Territorial; conocidos como "la cerveza el Águila", otros en la playa a 28 km de la capital. Tienen una flota de camiones anfibios, comprados en Inglaterra, procedentes de la II Guerra Mundial, para la descarga de las mercancías ya que no existe muelle y los barcos se quedan fondeados a unos 800 metros de la orilla. Estos hermanos llevan trabajadores del pueblo para sus negocios, con ellos trabaja Barroso, Chanito Álamo y algunos más.


http://www.lamilienelsahara.net/

Otra de las primeras e importantes empresas en instalarse en el territorio es "Salas Araya", propiedad del empresario canario Domingo Salas Araya, cuyos dos apoderados Juan García, natural de Agaete y José Izquierdo, que a su vez estaban casados con dos hermanas de la Villa, inauguran  en 1964, un gran supermercado en la "Avd. del Generalísimo", una tienda y  una panadería en la Plaza Canaria. A la vez se instalan en Villa Cisneros. 
Juan García, que es el representante de Salas Araya en el Aaiún, necesita personal y buena parte  lo busca en Agaete, ofrecen sueldos de más del doble de lo que se ganaban en el pueblo, comida y residencia. A las tiendas van los hermanos García García, conocidos como "los de Rosarito", en principio; Felo, Pepe y Luis, luego más tarde a Fosbucraa, Antoñito y Cristo. A la panadería van; José el panadero, Cristóbal García, y mi padre, "mastro Pepe", como era conocido en el Aaiún. A los negocios de Villa Cisneros, van Valencia Barroso y el Niño de Tití Sarito.

Es principio de los  años sesenta del pasado siglo, en el Aaiún es difícil encontrar vivienda, la costumbre es  que primero van los hombres, que se quedan en una residencia y después de unos meses se llevan a las familias.
A principios de 1965, mi padre consigue una casa en el "barrio cementerio", llamado así porque allí estaba el cementerio cristiano de la ciudad y "pa´ llá" nos embarcamos todos, incluida mi abuela "Nina". 
El "pirata" de "mastro Félix" a tope de chiquillos y mayores, cargado de cajas, barreños llenos de ropa, enseres varios y otros utensilios, rumbo al aeropuerto, toda una odisea, se tardaba más de dos horas en llegar a Gando desde Agaete, había que pasar por medio de todos los pueblos del norte de la isla, atravesar Las Palmas, la cuesta de Silva, además de Jinámar y Telde.
Con siete añitos, era la primera vez que montaba en un avión, por lo que lo recuerdo como una bonita aventura, era un bimotor a hélice, un DC-3 de la compañía SPANTAX.
La llegada al Aaiún fue decepcionante, pues uno imaginaba que África era la selva, llena de negritos como acostumbramos a ver en las películas de Tarzán en el cine del pueblo  y lo que veía era una enorme mancha amarilla de arena, con una mancha azul cielo en medio, que era el río que atravesaba la ciudad por la parte norte, camellos, jamaros (burros) y cabras por todos los sitios.


Aeropuerto del Aaiún 1968, niños de Agaete. (Chana, Fausti, Rosalina, Manolo, Juan Matías, María del Pino y yo)

Las condiciones no eran muy buenas, en el barrio cementerio o "barrio canario", no había luz eléctrica, aunque a eso ya estábamos acostumbrados, en aquellos años en Agaete casi no había, solo por las noches y unas horas, siempre que  no fallara el motor de "Segundito". El agua la traían en cubas y había que tener cuidado para no quedarte sin ella. Como paisaje, según salías a la puerta, teníamos la fachada del cementerio al fondo de la calle.
La cuestión es que mi madre no se adaptó y a los dos meses, embarazada de mi hermano pequeño le dijo a mi padre, "Pepe, aquí te quedas hasta  que me encuentre una casa en condiciones" y "arranco la penca" para Agaete, con los cuatro hijos y mi abuela.
Eran los años en que empezaban a llegar las compañías mineras, constructoras y de sondeos, la ciudad crecía como la espuma. Nace mi hermano pequeño  y en 1967, mi padre consigue una casa en las proximidades de la Plaza Canaria y para allá volvemos.  Y otra vez de "belingo en pirata", rumbo al aeropuerto. 
Aprovechando que mi tío "Pacho Herrera", trabajaba en el "correillo Viera y Clavijo", nos llevamos hasta la máquina de coser SINGER de mi abuela, lo que augura que esta vez va en serio.
El "pirata de Mastro Félix"

La llegada fue menos impactante porque ya lo conocíamos, pero siempre sorprendía la inmensa llanura y sequedad del territorio en comparación con aquel Agaete verde, lleno de plataneras y montañoso. 
La casa más o menos estaba en buenas condiciones, con agua y luz eléctrica, como vecinos puerta con puerta otra familia culeta; Josefina, Cristóbal, junto con sus hijos, que habían llegado unos meses antes.
Y allí aguantamos "hasta que nos echan" en 1975, o lo que los mandamás de la época llamaron "evacuación del territorio" y los militares "operación Golondrina", aunque mejor le hubiera quedado el nombre de cualquier ave carroñera.  
La casa donde vivimos, cuarenta años después de dejarla.

Son años  felices, colegio "Yanguas Miravete", "instituto General Alonso", juegos en la plaza Canarias, en la "calle principal", el río, las dunas, los oasis, la playa...
La llegada de agaetenses es constante todos esos años. Los primeros que llegaron, mejoran, pasando a trabajar en la empresa minera "Fos-Bucraa", que comienza a explotar la mina de fosfatos situada cerca del Aaiún, pagan bien, ofrecen vivienda gratis y otras prebendas. 
El Aaiún, la ciudad de los manantiales que es su significado, se convierte en la ciudad de las oportunidades, al igual que, en menor medida, Villa Cisneros y a los de Secundina, los Barrosos, los Avaristos, los del Firra, el Niño de titi Sarito y a los de Rafaelito Grimón, se les unen nuevas familias; los Panchones, los Totorotas, los Machucos, los de Manochico, los de Manalola, las Cotorras, los Gomeros, los de Mariquita el avión, los de Cielito, las de Mastro Félix, las Borriqueras... Y así un largo etc., incluido "Nico el loco", buen chapista en su juventud, a los que había que unir un número indeterminado de soldados del pueblo que cumplían el servicio militar de la época en el Aaiún. Me atrevería  a decir que entre grandes y pequeños, nos juntamos en los mejores momentos, cerca de doscientos culetos en el Sahara, junto con los procedentes de Galdar y Fuerteventura, uno de los pueblos con mayor presencia en aquel territorio.
La lucha canaria, con cinco equipos y liga propia en el Sahara.

Allí vivimos los acontecimientos que marcaron el dramático futuro del pueblo saharaui y de muchos españoles, canarios especialmente.
Hasta 1970, se vive como en cualquier ciudad española, no tenemos ninguna sensación de estar en tierra extraña,  el Aaiún es o lo parece, una ciudad más de España, con sus procesiones en las festividades, sus ferias y fiestas, la convivencia entre las dos culturas es impecable. 


http://www.lamilienelsahara.net/
      
Los canarios o "zammat", amasadores de gofio, como nos conocían los saharauis, teníamos nuestras parrandas, nuestros equipos y liga de lucha canaria, nuestros bailes, veíamos y escuchábamos la televisión de Canarias, las emisoras de radio de Las Palmas, acudíamos a animar a la Unión deportiva al aeropuerto en sus escalas de los partidos de la península, nos reuníamos en las casas y celebramos nuestras fiestas, teníamos nuestros barrios propios. En fin, nos encontrábamos prácticamente como en las islas.
Baile en el Aaiún, en el centro Felo el de Rosarito, a la izquierda mi padre y mi madre.

En el Aaiún, el 17 de junio de 1970, se produce una manifestación de carácter independentista en el barrio de Hatarrambla (Casapiedra), reprimidos duramente por el Tercio de la Legión, mueren varios saharauis y hay decenas de heridos, recuerdo perfectamente el ruido de sirenas y el trasiego de ambulancias hacia el hospital. En la represión posterior es detenido su líder, Bassiri, del que nunca más se supo, con él desapareció el talante moderado hasta aquel momento del nacionalismo saharaui y se rompe en cierta medida la paz y la buena convivencia con la que se vivía en el Aaiún desde 1958.


Bassiri 1970

En 1973 el dirigente nacionalista El-Uali Mustafá Saied creó el Frente Popular para la Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro, más conocido como Frente POLISARIO, financiado por el Frente de Liberación Nacional de Argelia, partidarios de la lucha armada por la descolonización rápida.
Simultáneamente, se producen dos hechos relevantes en 1974: la reiteración de la ONU a España en favor a la autodeterminación del territorio saharaui y la solicitud de Marruecos al Tribunal de La Haya sobre “la marroquinidad” del Sahara. Al año siguiente, el gobierno español creó el Partido de la Unidad Nacional Saharaui (PUNS) para contrarrestar las fuerzas nacionalistas de la provincia, si bien esta maniobra no logra más que impulsar al Frente POLISARIO como único representante e interlocutor del pueblo saharaui en el ámbito internacional.


Manifestación del PUNS.


Manifestación del POLISARIO

Por su parte, el Tribunal de La Haya no da la razón a las pretensiones territoriales de Marruecos, recomendando la celebración de un referéndum de autodeterminación, por lo que queda claro que la única solución que reclama la población es la independencia.
El 12 de mayo de 1975, llega al Aaiún una misión de la ONU, con el objeto de informarse sobre el terreno sobre la situación del territorio y los deseos de los saharauis. Abrumadoramente la población saharaui salió a las calles pacíficamente, recibió a la misión con banderas del POLISARIO y gritos de independencia.

Desde primeros de años se vienen produciendo, atentados, secuestros de españoles, hostigamiento a las patrullas del ejército, por elementos cercanos al POLISARIO y grupos nacionalistas marroquíes (FLU) . 
El ataque del POLISARIO a la cinta transportadora del fosfato que va desde la mina a la playa, obliga a suspender la producción y causa grave preocupación en la población, comenzando los europeos a abandonar el territorio. 


  



La situación comienza a desestabilizarse a marcha forzada, tiroteos, atentados con niños españoles muertos, etc.  
A primeros del mes de junio de 1975, las mujeres europeas, realizan una manifestación ante la delegación del gobierno y piden la finalización del curso escolar con el objeto de poder sacar a los niños del territorio. 


Toque de queda y cacheo de saharauis por tropas españolas.

El 13 de junio se da por finalizado el curso escolar y comienza el éxodo de las familias. Iberia tiene que ampliar al doble sus vuelos con Canarias y la península, se forman largas colas en busca de pasaje ante la oficina de la compañía, en cuestión de una semana mi padre nos manda a todos para Agaete, permaneciendo él, al ser considerado personal indispensable, hasta el 24 de diciembre de 1975, dos meses después, tras los acuerdos de Madrid, se arria la última bandera, poniéndose fin a la presencia española en el Sahara, comenzando la ocupación del territorio por Marruecos y Mauritania.




Colonos esperando ser evacuados por mar.

La apresurada salida y nefasta descolonización, en la que solo primaron los valores económicos y militares, dejando de lado los intereses de las personas y los pueblos, tiene como consecuencia, miles de saharauis y soldados marroquíes muertos, la precaria situación en que se encuentra el pueblo saharaui una buena parte exiliado por el mundo y un problema aún sin resolver y sin solución tras cuarenta años de aquellos tristes días.
Posdata:
El 1 de mayo de 2018, tras cuarenta y tres años de mi salida, volví al territorio durante seis días.
Mi antigua casa en el Aaiún
                         
                                             El Sahara en mi memoria .



Sáhara mío, te quiero


Dura es la vida.

Sol ardiente.

Sol deslumbrador,

Sol inclemente.

Esto es el Sahara.

Agua, ¿dónde estás?
Espejismos, engaños,
solo espejismos.
Tierra sedienta.

Cielo duro de piedra turquesa,
Cielo sordo a mis lamentos,
Dame por lo menos una lágrima de lluvia.

El verde es sol un sueño,
Ni un solo hilo de hierba,
Ni el fresco reparo de una sombra.

Tierra sé tu generosa,
Dame una primavera,
Dame por lo menos una flor.

Tierra mía,
A pesar de los sufrimientos que me das,

Yo te quiero.

MOHAMED SIDATI