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viernes, 22 de enero de 2021

EL MUELLE NUEVO, "DOS PASITOS PALANTE, TRES PASITOS PATRAS".


Desde la antigüedad el puerto de la Las Nieves es el puerto que más estrechamente ha unido las dos islas capitalina, situado a solo 38 millas, enfrente de Santa Cruz, con buen viento como el que impera casi todo el año en la zona, en cuatro o cinco horas las goletas hacían la travesía. En 1862, 120 barcos utilizaron su rada para cargar personas y mercancías … 
Así justificaba la necesidad de construcción de un puerto en Las Nieves, el ingeniero Juan León y Castillo, cuando en 1864, proyectó el viejo muelle de Agaete. 

En estos días hemos visto el peligro que supone operar en el muelle actual en condiciones de mala mar o fuertes vientos y no es la primera vez que pasa. Ciento cincuenta años después cobra de nuevo actualidad, seguimos discutiendo sobre la idoneidad o la necesidad de ampliar y modificar el actual muelle. 


En los años noventa del pasado siglo, al menos en una ocasión, un buque destrozo parte de su hélice en las mismas rocas donde recientemente encalló el catamarán Bentago. En otra, una religiosa falleció y otras resultaron heridas, al caer al agua mientras descendían por la escala del "Bañaderos", al separar el viento el barco del muelle. 

Las circunstancias socioeconómicas han cambiado y la polémica sigue, esta es la historia y vicisitudes de los diferentes proyectos de muelle que precedieron al actual:

Agaete y sobre todo los pescadores de Las Nieves, desde siempre ansiaron la construcción de un refugio pesquero, pues era fatigoso estar la mayor parte del año "jalando" por sus embarcaciones cada vez que iban a faenar o regresaban de la pesca, ya que no se podían dejar fondeadas por la bravura del mar y los vientos en la zona.


A mediados de los años sesenta del pasado siglo, cobra protagonismo la necesidad de construir un nuevo muelle o refugio pesquero, el Cabildo de Gran Canaria toma la iniciativa y propone la creación de un puerto que revitalice; la comarca, el turismo, la pesca, los deportes náuticos y posibilitar un tráfico comercial y turístico con la isla de Tenerife. Eligiendo Agaete, como ya en 1864, había hecho León y Castillo, valorando la inversión en más de cien millones de pesetas de la época.


El primer proyecto de 1973, obra del ingeniero Ignacio Rodríguez, que podemos ver en la anterior ilustración, un auténtico disparate en todos los sentidos, se cepillaba de entrada las dos playas de Las Nieves y el muelle viejo. La playa del muelle quedaba debajo de un paseo y se compensaba con una pequeña playa artificial tipo "Amadores", en la zona bajo el roque. La baja de "las merinas" se convertían en una explanada y "el Dedo de Dios" en un paseo. Los acantilados se escalonaban con voladuras para evitar caída de rocas sobre las nuevas construcciones, un disparate tras otro que fue aprobado en pleno insular de 1974.

Este proyecto, incluso tuvo fecha de licitación en 1976, por unos seiscientos cuarenta millones de pesetas de la época. Afortunadamente quedó solo en papeles y en la mente de alguno que quería dar un pelotazo a costa de nuestra naturaleza.

Al considerarlo vital para los sufridos pescadores y el desarrollo de la comarca, por los plenos del Cabildo el proyecto aparecía y desaparecía como el Guadiana. En todos los planes anuales de infraestructuras estaba el muelle de Agaete sobre la mesa.

En diciembre de 1976, el consejo de ministro acordó la redacción urgente del proyecto para la construcción del puerto de Agaete (Gran Canaria), destinado a mejorar el tráfico de buques entre esta isla y la de Tenerife y que se complementaría con la construcción de una nueva carretera de Agaete a Las Palmas.

En 1977, visita Agaete el presidente del gobierno Adolfo Suárez, es recibido por una multitud con banda de música incluida y promete que tendremos muelle, no se sabe cuál, ni cuando, pero que lo tendremos. 

Diario de Las Palmas 25 de abril de 1978.

El muelle, creo que afortunadamente por lo disparatado de los proyectos, nuevamente entra en un periodo de hibernación. Se cuenta en la prensa que la naviera Fred Olsen está dispuesta a poner el dinero a cambio de la concesión de la licencia de explotación.

Proyecto 1981.

Y llega tras varias modificaciones el proyecto de 1981, otro desatino más, se carga la playa de atrás, el dedo de Dios lo convierten en una rotonda, y el muelle viejo queda debajo del cemento. Y como Agaete es la fábrica del viento o la tierra del vendaval como decía Mari Sánchez, el espigón tiene una altura considerable para aguantar las olas de hasta siete metros de la zona. 
De los 100 millones del primer proyecto, este ya va por 500, además se quieren dar prisa, y lo quieren sacar a subasta antes de finalizar aquel año. Parece que el único motivo de realizar este proyecto es el afán de los políticos, tanto locales como nacionales, en gastar el presupuesto. El pueblo de Agaete y los sufridos pescadores, cansados de tantas promesas, ya solo pedían que se haga algo, lo que sea.
El elevado coste del proyecto, la búsqueda de financiación y las primeras protestas de personalidades, ecologistas y partidos en la oposición, van haciendo que la adjudicación se alargue para satisfacción de algunos, desesperación de los pescadores y de la mayoría del pueblo que, le importaba un pimiento el proyecto y que lo único que querían, muy "quemados" con los políticos, es que se hiciera un muelle, el que fuese y donde fuese.

Y llegamos a 1982, en abril una vez más, el consejo de ministro aprueba nuevamente la construcción de un puerto en Agaete, por un montante de 690 millones de pesetas. Un nuevo proyecto aparece, que no tiene mala pinta, se olvidan del Dedo de Dios, se proyecta una amplia bocana, pero se siguen cargando la playa de atrás al completo y parte del muelle viejo, lo que lo convierte en un nuevo sin sentido.

En junio el proyecto se adjudica a la empresa SATO, que presenta una baja temeraria en la subasta, adjudicándoselo por 516 millones de pesetas, cuando el presupuesto inicial era de 698 millones de pesetas. Comprometiéndose a realizarlo en 36 meses.

En octubre de 1982, con la asistencia del presidente del Cabildo y el alcalde de la localidad Don José Antonio García Álamo, se coloca la primera piedra, que prácticamente es la única que se pone.

En octubre de 1982, el PSOE gana las elecciones generales, las obras se paralizan de inmediato, solo se ha construido la estructura de unas casetas para el personal y las oficinas. Corren los rumores de que se prepara otro proyecto.


En mayo 1983, los socialistas Jerónimo Saavedra y Carmelo Artiles Bolaños gana las elecciones autonómicas y al Cabildo de Gran Canaria.

En marzo de 1983, los pescadores y el pueblo se desesperan ante la paralización de las obras, se organiza una manifestación masiva en el pueblo, con la banda de Agaete a la cabeza y lanzamiento de voladores, a la que asisten la mayoría de los vecinos y representantes de las cofradías de pescadores de toda la isla, dos mil personas dice la prensa, solicitando que se mantenga el proyecto aprobado por el consejo de ministros el año anterior y ya adjudicado.

Fragmento de un video de Paco Rivero de la manifestación solicitando la construcción del muelle.

En abril de 1983, representantes del gobierno autonómico, técnicos del central y del Cabildo, se reúnen con los pescadores en la antigua cofradía. Durante tres horas de tira y afloja, ofrecen un nuevo proyecto, en la calle se reúnen cientos personas que mediante gritos y pancartas exigían la continuidad del proyecto ya iniciado.

El alcalde Don José de Armas Medina en las afueras de la cofradía de pescadores.

En abril de 1983, se aprueba el nuevo proyecto, un refugio pesquero deportivo, anunciándose que las obras comenzaran de inmediato. En octubre sale a información pública. Para el alcalde D. José de Armas Medina, el nuevo proyecto atenta tanto al paisaje como el anterior y no va a dar ninguna licencia de obra, en aquel momento imprescindible para las obras.  El nuevo muelle, que consistía en ampliar 120 metros el embarcadero ya existente; construir dos pantalanes sobre una plataforma delante del actual restaurante Dedo de Dios; una rampa en parte de la playa del muelle viejo y un paseo hasta cerca del dedo de Dios, con un dique sobre Las Merinas (vaya manía), saneando los acantilados. 

Para los pescadores, conocedores de las mareas y los vientos, ese muelle durará tres asaltos, no aguantará ni un invierno.

Proyecto de 1983.

Nuevamente el proyecto es sometido a una hibernación, por medio, protestas y manifestaciones, unos a favor y otros en contra. 

El alcalde de Alianza Popular, D. José de Armas Medina, está dispuesto a negociar que se reconduzca a refugio pesquero, con posibilidades de comercial, el proyecto anterior ya aprobado y adjudicado a SATO.  Los socialistas en la oposición, se muestran contrarios al uso comercial del muelle y favorables a un estudio de viabilidad de los proyectos existentes, en medio, los pescadores, ajenos a la polémica, pero deseosos de que se construya lo que sea y ya.

Se suceden las frases elocuentes en la prensa de la época, para Celso Martín de Guzmán; Ese puerto es la muerte. La puerta del infierno. Y del infierno jamás se sale.

Para el alcalde D. José de Armas; El puerto supone el futuro de Agaete, Cristo murió para salvar a la humanidad y él estaba dispuesto a dar su sangre por Agaete y su futuro.

Para el exalcalde D. José Antonio García Álamo; el nuevo proyecto de los socialistas no es ni carne ni pescado, ni chicha ni limoná como diría D. Santiago Carrillo, obedece a una mano negra del sur que no quiere que se desarrolle el norte.

Ante la falta de acuerdo o de "la mano negra", nuevamente el o los proyectos pasan a hibernación un par de años.

En 1985, el Cabildo presidido por el socialista Carmelo Artiles, ante las nuevas leyes de régimen local y nuevas competencias transferidas a la Comunidad Autónoma en materia de puertos, se propone desbloquear el proyecto, y en febrero de 1985, llegan a un acuerdo con el Gobierno de Canarias y el beligerante Alcalde de Agaete D. José de Armas, aceptando todos un nuevo proyecto que contempla; además del ansiado refugio pesquero-deportivo, el uso comercial del futuro puerto, se salvan las dos playas, el muelle viejo y el Dedo de Dios, que en los anteriores proyectos peligraban. Ya van por 900 millones de pesetas el coste de su construcción.

Proyecto definitivo, aunque durante su construcción sufrió algunas modificaciones.

En julio de 1986, se vuelve a colocar la primera piedra que es la segunda y no la última, no calcularon bien donde la colocaron y cuando subió la marea se la llevó, los chiquillos de Las Nieves se hicieron con las mil pesetas en diferentes monedas que habían puesto debajo. Volvieron a colocar otra, ya van tres en cuatro años, esta vez una más grande, más pesada, con quinientas pesetas en monedas y bajo la amenaza del concejal y pescador "Telo" a la chiquillería; al que vuelva a levantar la piedra lo manco.

La empresa adjudicataria comienza las obras con un camión y un tractor. Con el mosqueo de la mayoría del pueblo que teme que como en ocasiones anteriores las obras se vuelvan a paralizar. Para el alcalde D. José de Armas; las obras van a velocidad de un piojo en alquitrán.

Lo que están echando para rellenar, cascajos de las proximidades y grandes piedras para escollera traída de Galdar, terminan por el efecto de las mareas en la playa. 

Con protestas de ecologistas por tratarse una zona de especial protección, SATO consigue permisos para demoler el cercano acantilado de la punta del Turman y extraer la piedra para la escollera. Las obras se aceleran algo más.

En la primavera de 1994, con cinco años de retraso a los plazos previstos, y un sobre coste de cientos de millones, las obras están prácticamente terminadas y en el mes de junio atraca el primer buque de Fred Olsen en medio de voladores y una multitud de gente que sale a recibirlo, se trata del pequeño de la flota, el "Betancuria".

El Betancuria, primer buque que atraca en el nuevo puerto de Agaete.

El 16 de junio de 1994, tuvo lugar a bordo del "Betancuria", atracado en el recién estrenado puerto, la presentación (la inauguración oficial es posterior) de la nueva línea Agaete-Tenerife, aunque este barco no era el previsto para cubrir los trayectos. 

El 23 de diciembre de 1994, los buques Bañaderos y Bajamar inician los trayectos comerciales. Fred Olsen contrata 170 personas para la puesta en marcha de la línea, apenas una decena de Agaete.

El 18 de febrero de 1995, tiene lugar a bordo del buque "Bañaderos" la inauguración oficial de la línea de Fred Olsen entre Agaete y Santa Cruz de Tenerife. Las autoridades locales, algunos antes contrarios a la construcción del muelle o al uso comercial del mismo, se deshacen en halagos para la nueva línea y hablan de un futuro prometedor para la villa, lo que lleva a recibir numerosas críticas de la oposición en la prensa.

Lo cierto es que en aquellos años Agaete solo veía pasar barcos, camiones y coches con pasajeros para arriba y para abajo, por medio del pueblo, porque aún no estaba hecha la actual carretera y poco más.

En 1996, con un presupuesto de 250 millones de pesetas, se le añaden cuarenta metros más a la línea de atraque y se draga con perforación submarina parte de "la baja de las merinas", donde el 7 de enero de 2021, encalla el catamarán "Bentago".

En los últimos años apareció un nuevo proyecto que recuerda aquellos primeros de los años setenta, un macroproyecto de ampliación con el que en principio estaban todos los políticos de acuerdo. Un macro-muelle que se adjudica a una UTE por 40 millones de euros. La presión popular de los contrarios a su construcción y la cercanía de las últimas elecciones, mandó de nuevo a la hibernación este desproporcionado proyecto. 

Último proyecto de macro-muelle.

Casi treinta años después la polémica continua, el pueblo sigue dividido; si se debe ampliar o no, si debe ser solo refugio pesquero y deportivo, si debe seguir siendo comercial o no. Lo cierto es que; más temprano que tarde, los intereses económicos, la seguridad de las operaciones y las leyes europeas antimonopolio, harán que aparezca un nuevo proyecto o desempolven el último. 

Estaremos atento, no sé qué se les ocurra volver con lo de la rotonda alrededor de lo que queda del Dedo de Dios.


Por proyectos que no quede, y teniendo en cuenta que la última palabra siempre la tendrán los técnicos, en vista a los proyectos disparatados del pasado, si en algún momento  hay que modificar el actual muelle, como agaetense aporto el mío, que consiste en quitar cien metros que le sobran al actual, con lo cual abriríamos la bocana, ganando  en seguridad y añadiríamos una segunda rampa para evitar el monopolio:





Bibliografía:
Archivo municipal de Agaete.
La prensa de la época a través del portal Jable de la ULPGC.
Mis recuerdos. 


domingo, 3 de enero de 2021

PARROCO DON MANUEL ALONSO LUJAN, UN CURA DE TEATRO.

Años cincuenta pasado siglo.

Don Manuel Alonso Lujan viene al mundo allá por 1905, en el termino de Las Lagunetas, San Mateo. Desde muy joven siente la llamada del sacerdocio e ingresa en el seminario conciliar de Las Palmas. 

En 1930, es ordenado sacerdote por el señor Obispo de la diócesis Don Miguel Serra Sucarrats, en la iglesia catedral de Las Palmas. Celebra su primera misa cantada en su pueblo natal, Las Lagunetas, el 5 de abril de 1931, festividad de la Resurrección del Señor. Cumple sus destinos por las parroquias de Pájara, Tuineje, San Lorenzo, Tamaraceite y en su etapa final en el núcleo teldense de las Majadillas del cortijo de San Ignacio.

En septiembre de 1936, en pleno comienzo de la guerra civil, el obispo lo destina a Agaete, donde permanece como párroco hasta el 16 de febrero de 1960, casi 24 años, algo fuera de lo normal, ya que son muy pocos los sacerdotes que superan los diez años en una misma parroquia, solo el obispo Pildain sabrá las causas del porque le mantuvo tanto tiempo en una misma parroquia.



Don Manuel, como era conocido en Agaete, se integró de tal manera en la villa que siempre fue tratado como un agaetense más. Pasaba la mayor parte de su tiempo paseando por el pueblo con sotana y bonete, conversando con todos, en especial con los niños y jóvenes, creó grupos de teatro y escenificaba obras, algunas escritas por el mismo, quienes le conocieron dicen que rebosaba "religiosidad y personalidad".

La afición por el teatro le viene a Don Manuel de su paso por el seminario, así lo podemos ver en la prensa de 1924, que hace referencia a la celebración de la festividad de la Concepción, patrona de dicha institución; "se pusieron en escena un juguete cómico y una zarzuela, distinguiéndose el alumno D. Manuel Alonso Lujan, que hizo un hermoso papel de Alcalde" (Gaceta de Tenerife 14-12-1924).

Esa afición por las obras escénicas le vino muy bien en su labor pastoral, quienes le conocieron dicen que fue un gran predicador, dominaba la mímica, la oratoria, la voz y tenía mucha resistencia física para tirarse horas con un sermón sin que la audiencia parpadeara o desviara su atención. Esa facilidad retorica hacía que con frecuencia fuese reclamado por muchas parroquias de las islas para dar sermones en fechas señaladas y fiestas patronales.

Su paso por la villa coincidió con los tiempos de exaltación religiosa, de actos de fe y de santas misiones promovidas por la iglesia y el régimen de Franco, a los que Don Manuel se sumó con bastante entusiasmo.

El "padre cura", como siempre escuché a mi madre nómbralo cuando se refreía a Don Manuel, marcó a varias generaciones de agaetenses, movilizó a la juventud de la época, logrando despertar en muchos el entusiasmo por las artes escénicas con sus autos sacramentales, sus obras de teatro, zarzuelas y todo tipo de representaciones.

Así se manifestaba en la prensa el recientemente fallecido exdirector del grupo de teatro de Galdar, Tito Santana, refiriéndose a Don Manuel:  "don Manuel Alonso Lujan fue el más comprensivo, fructífero y animoso de todos los párrocos que había conocido, con sus enseñanzas y su comprensión de la sensibilidad de cada uno, inculcó en los jóvenes formación cultural y artística, una inquietud, un amor por el pueblo y un interés por el futuro, que no se puede olvidar nunca. Yo creo que jamás podremos pagar esta deuda a don Manuel Alonso" (La Provincia 18 de junio de 1971). 

El médico Don Agustín del Álamo, director en 1971, de un grupo teatral en el barrio de Caideros de Galdar, se manifestaba de esta manera: 
"—¿Esta afición por el teatro es innata en ti o se la debes a alguien?
—Aunque yo creo que el arte nace con la persona, todo lo que soy profesionalmente se lo debo a mis padres. Artísticamente a don Manuel Alonso Lujan, recién fallecido, pues fue él quien me descubrió para el arte. —¿Representó algo más en tu vida el reverendo Alonso Lujan? —Sí, tuvo la gran virtud de unir a la juventud de Agaete, de todas las clases y todas las generaciones, dejando en todos nosotros una huella imborrable. Además de ser mi padrino y mi maestro, fue un amigo" (La Provincia 4 de junio de 1971). 

Don Manuel se trae a vivir con él a su madre, doña Felisa Lujan y a una sobrina soltera que el pueblo llamaba cariñosamente "señorita Eugenia" que, a pesar de haber nacido en los altos de San Mateo, se adaptaron a la idiosincrasia de esta villa, aquí fallecieron y aquí reposan sus restos para siempre. 
Su legado aún perdura, impulsó las fiestas de Las Nieves y transformó la forma de celebrar la navidad o la semana santa, dándole el toque dramático, casi teatral que aún perdura, como el santo entierro en el interior de la iglesia. 
Con motivo de su despedida, en las navidades de 1959-60, el coro parroquial dirigido por Don Tomás Martín Trujillo, decidió darle una sorpresa, despertándolo a las cinco de la mañana con villancicos bajo su habitación y haciendo un recorrido por el pueblo a continuación, tradición que se institucionalizó y sigue perdurando en el tiempo, aunque este año por motivo de la terrible pandemia que nos azota no se pudo realizar.

A finales de 1959, el obispo Pildain, conocedor de la valía de Don Manuel, decide llevárselo con él a la catedral, nombrándolo "Beneficiado de la Santa Iglesia Catedral", considerado dentro de la jerarquía eclesiástica como un ascenso.

Por imperativo de los votos de obediencia (lo que dice el obispo va a misa, nunca mejor dicho) a Don Manuel no le quedó otro remedio que obedecer, quedando todos sus fieles y todo el pueblo de Agaete en una profunda tristeza por su marcha, después de haber pasado más de 23 años, los mejores de su vida, dedicados a la villa y su gente.  En la catedral estuvo 11 años, recorriendo toda la geografía de la isla predicando donde era requerido, siempre llevó el "San Benito" y fue conocido por "el cura de Agaete".

El 1 de enero de 1960, espontáneamente el pueblo entero se reúne en la plaza, engalanada con arcos de flores y banderas para un acto de despedida, la banda municipal de música ameniza el acto, en medio de discursos y alabanzas al párroco por parte de las autoridades y vecinos, se recogen firmas para solicitar el nombramiento por el Ayuntamiento de "HIJO ADOPTIVO Y PREDILECTO" de Don Manuel y que se le conceda una calle con su nombre. 
El alcalde Don Martín Rosario Expósito, en su discurso destacó la labor social del "padre cura", durante 23 años en la villa.
Todos los que coincidieron en el tiempo con Don Manuel se manifiestan en los mismos términos; un hombre sencillo, justo, jovial y bromista, piadoso, gran orador y convincente, tan convincente que se cuenta que con diez minutos de conversación convencía a un agnóstico o almeno lo dejaba dudando.
Su excesivo celo eclesiástico le llevó a protagonizar numerosas anécdotas, entre otras la de suspender la procesión de bajada de la virgen el día 17 de agosto o la de San Sebastián, por celebrarse bailes en la plaza contra su voluntad, mientras la virgen y el santo se encontraban en la iglesia matriz de la Concepción. En una ocasión paró una procesión y amenazó con regresar a la iglesia si una pareja de novios no dejaban de ir de la mano en la misma. Sus criticas desde el pulpito a las parejas que al anochecer osaban pasar del puente hacia las Nieves, con nombre y apellidos eran muy frecuentes.

El párroco D, Manuel Alonso Lujan, el comisario de excavaciones arqueológicas provincial D. Sebastián. Jiménez, el alcalde de Agaete, D. Pedro Esparza y niños de la villa, dentro del túmulo donde se encontró el sarcófago aborigen, Junio de 1957.

El día 1 de abril de 1971, tras un largo y silencioso padecimiento, su corazón no aguantó más, Don Manuel fallecía en Las Palmas a los 65 años de edad. Sus honras fúnebres tuvieron lugar en la catedral, presididas por el obispo de la diócesis monseñor Infantes Florido y el obispo dimisionario doctor Pildain, con la asistencia de numerosos fieles, amigos de Agaete y otras localidades donde había ejercido el sacerdocio.
Transcurridos cinco años de su enterramiento en Las Palmas, el sábado 16 de Noviembre de 1976, cumpliendo su voluntad, sus restos mortales fueron trasladados al cementerio parroquial de Agaete, donde descansa para la eternidad en compañía de sus seres más queridos, su madre y otros familiares, que a pesar de haber nacido en las medianías de Gran Canaria, un día el azar los trajo a Agaete, un pueblo peculiar, entonces distante y lejano, a veces difícil de entender, pero cuando lo consigues se te mete en corazón para siempre y eso le ocurrió "al niño grande", como define a Don Manuel un hombre que le conoció, Don Valentín Armas.


Agaete es un pueblo agradecido, "amor con amor se paga". A quien nos da su cariño y su esfuerzo, nosotros le entregamos honores y cariños y jamás olvidamos. Y esta, que conste, no es una separación ni una despedida, porque nuestro "PADRE CURA", cuando se marche se llevará con él el corazón de todos nosotros y nosotros nos quedaremos con el suyo que hace tiempo nos ha dejado... (Don Juan de Armas Medina en su despedida)

Su nombre ha quedado grabado en la calle y parque colindante con la iglesia, espero que para siempre, por la memoria de nuestros antepasados que tanto le agradecieron y lo querían de verdad (y no era teatro).
Su tumba en el cementerio parroquial de Agaete.

Parque Párroco Don Manuel Alonso Lujan.

Vivienda de la familia Alonso Lujan en Las Lagunetas, San Mateo. 


Don Abrahán González, párroco de Galdar en los años cincuenta del pasado siglo, gran amigo y compañero de Don Manuel Alonso.