Recreación de la bahía de Agaete, hoy de las Nieves 1481, dibujo del autor.
El gobernador Pedro de Vera decide abrir un segundo frente por la retaguardia de Gáldar desde un lugar llamado Agaete.
Al amanecer de una mañana del mes de agosto de 1481, (posiblemente el 5 de agosto, era costumbre dar el nombre del santoral del día de desembarco a los lugares donde lo hacían) zarpan del Real de Las Palmas y bordeando la Gran Canaria, en el horizonte del Gayerte aparecieron las siluetas de dos carabelas, la "Buenaventura" y el "Buen Jesús" (cuentas de la conquista), abordo unos ciento cincuenta hombres y unos treinta caballos. Tras saltar a tierra en una resguardada bahía, probablemente en el lugar conocido como "el atracadero", en las proximidades del "roque partido o dedo de dios", según la tradición oral, las fotografías y planos más antiguos, la orilla estaba bastante más adentro de la actual y una enorme playa de arena negra llegaba hasta cerca de Guayedra.
Vieron que era sitio acomodado; con abundante agua, higuerales, bosques y ganado. El General Pedro de Vera ordenó construir una fortificación con el fin de establecer una guarnición permanente con la que hostigar Gáldar y dividir en dos frentes a los hombres del Guanarteme.
Como se puede observar en esta fotografía de principios del siglo XX, una enorme playa de arena cubre la orilla hasta la cercana Guayedra.
Los hasta entonces los tranquilos canarios, asentados a lo largo de las laderas que bordean desde el mar todo el Valle de Agaete, ofrecieron seria resistencia, muchos mueren ante las potentes y desconocidas armas de los invasores, (desconocían el hierro) a lomos de unas grandes bestias llamadas caballos, que nunca habían visto antes y que les causaban pánico. Muchos huyen y se refugian en los riscos de Guayedra y Tamadaba.
"Pasó el gobernador a reconocer un lugar que decían El Gayete, a donde hasta entonces no había entrado cristiano ninguno; y entróles por fuerza de combate un gran risco que tenían y hubo entre ellos tal pelea que murieron muchos canarios y salieron heridos algunos de los nuestros.(Jerónimo de Zurita 1562)"
Durante dos meses estuvieron los conquistadores construyendo una fortaleza, al parecer sobre los restos de algún antiguo asentamiento de portugueses o mallorquines traficantes de esclavos, cerca de la playa donde habían desembarcado.
Eran hostigados permanentemente por los canarios, por lo que el Gobernador Vera mando talar todos los árboles e higuerales y arrasar las huertas que los canarios tenían en los alrededores de la fortaleza, para despejar el terreno y evitar ser sorprendidos.
Estando ya espigadas las mieses, después de haber muerto algunos cristianos, se alzaron en las sierras; y el gobernador con toda su gente se fue al Gayete, y allí hizo una muy buena fortaleza; y entre tanto mandó talar todas las huertas y higuerales y panes; y en las peleas que hubo fueron siempre los canarios vencidos.
(Jerónimo de Zurita 1562, Biblioteca Nacional.)
Hasta primeros de octubre de 1481, la guarnición estuvo haciendo entradas hacia el fondo del valle y hacia Guayedra, ocasionando mucho daño a los naturales, saqueando sus huertas y ganados.
Transcurridos dos meses desde su llegada, la torre se encontraba terminada. A principios de octubre, Vera regresa al Real de Las Palmas con las dos naves y deja treinta hombres y diez caballos en la fortaleza.
Nombra Alcaide de la guarnición al joven Capitán Alonso Fernández de Lugo, de solo 25 años de edad.
Los canarios que quedaron vivos después de las trágicas acometidas y saqueos de las tropas castellanas, someten a un asedio permanente la fortaleza, atacando sin descanso, obligando a la guarnición a permanecer encerrada en ella, llegando a quemar la puerta de entrada en varias ocasiones, obligando a salir a los moradores para no perecer de hambre y combatir, resultando muchos heridos de pedradas, incluido el propio Capitán Alonso Fernández de Lugo. Pasaron hambre y se tuvieron que alimentar de hierbas, lapas y burgaos de la cercana playa, así consta en las declaraciones de varios testigos presenciales transcritas en el juicio y autos de residencia que fue sometido Fernández de Lugo en 1508, y que estuvieron entre dos y cuatro años en la guarnición de la fortaleza.
La víspera de la Candelaria, 1 de febrero de 1482, arrriba a la bahía de Agaete una carabela con 150 hombres, de los cuales 80 son aborígenes gomeros y doce caballos, al mando de Hernán Peraza, procedentes de la isla de la Gomera, donde había recibido la orden de los reyes de servir en la conquista de Gran Canaria. Al amanecer desembarcan y se dirigen a la fortaleza "que está cerca", donde son bien recibidos por el Alcaide Lugo que no esperaba los refuerzos.
Una vez el Gobernador Vera tiene conocimiento de la llegada de Peraza y sus gomeros, le ordena seguir en Agaete y hacer entradas al interior de la isla junto con los hombres de Fernández de Lugo, asimismo le comunica al Alcaide que de buen trato a Hernán Peraza y sus gentes.
Manuscrito anónimo, siglo XVII, de la llegada de Peraza a Agaete. (B.N.E)
La fortaleza de Agaete ya cuenta con una guarnición de 180 hombres armados de ballestas, espadas, lanzas y una veintena de caballos, inician correrías que ya se acercan a la corte del Guanarteme.
Pasado unos días, una noche el Capitán Lugo, con casi todos los hombres disponibles salen rumbo a Galdar y en un episodio no suficientemente aclarado por los historiadores, hacen prisionero al Guanarteme Tenesor Semidan, capturan numeroso ganado y grano, trasladándolo a la fortaleza de Agaete.
Enterado el gobernador Pedro de Vera de la importante captura, mandó llevarlo al real de Las Palmas, encontrándose en Bañaderos con las fuerzas de Vera, donde se repartieron el botín, llevándose este el prisionero. A partir de ese momento la resistencia a los conquistadores cae drásticamente, dominando Vera toda la isla en poco tiempo. El guanarteme, para unos un traidor y para otros un gran estratega que evitó el sufrimiento inútil de su pueblo ante un enemigo muy superior, fue llevado a la península, donde fue bautizado por los reyes con el nombre de Fernando Guanarteme, firmó la paz y la sumisión a los conquistadores, a cambio recibió para él y los suyos el rico y fértil valle de Guayedra, participó en la conquista de Tenerife donde murió.
Y más o menos esta es la historia de cómo aquellos primitivos asentamientos aborígenes de los primeros tiempos, diseminados por el valle de Agaete, desde la costa hasta las cumbres, y los hombres de una torre fortaleza, a la orilla del mar, junto con los esclavos moriscos que llegan poco después para trabajar en las plantaciones e ingenios azucareros, dan origen al actual pueblo de Agaete.
¿Y dónde estaba o está esa importante fortificación?
Esa es la pregunta que los historiadores y arqueólogos no han resuelto con claridad de momento.
No tenemos ningún dato científico y contundente de donde se encontraba la torre o fortaleza, pero sí muchos indicios.
En el pueblo existen tres lugares con topónimo de "Casa fuerte", "La torre", y sobre el barranco del Puerto del Juncal, en la parte de Agaete hay un risco que le llaman "La Fortaleza". Podemos descartar el risco del barranco del Juncal, pudiendo ser perfectamente el origen del topónimo por ser lugar de refugio y resistencia de los aborígenes en algunas de las salidas de los castellanos, ya que en los alrededores había un importante asentamiento indígena y túmulos funerarios, cuyos restos aún se conservan.
Pasó el gobernador a reconocer un lugar que decían El Gayete, a donde hasta entonces no había entrado cristiano ninguno; y entróles por fuerza de combate un gran risco que tenían y hubo entre ellos tal pelea que murieron muchos canarios y salieron heridos algunos de los nuestros.(Jerónimo de Zurita 1562)
El nombre de "Casa Fuerte", dado a una finca con una construcción relativamente reciente, es posible sobre otras anteriores, sita en las proximidades del barranco de Agaete, desde la óptica militar para ser el primer asentamiento tiene en su contra, que la zona; como todo el centro del barranco de Agaete, en la época de la conquista era "tierra quemada", un mar de lava que servía de cementerio a los aborígenes, por lo que hasta su desempedrado y relleno de tierras de las laderas colindantes, debió ser complicado transitar y menos con caballos. Está algo alejada de la costa de desembarco, unos 600 metros, y de la seguridad de tener los barcos a la vista para recibir avituallamientos, refuerzos o una salida o repliegue que los combatientes siempre tienen previsto.
Era norma hacer estas primeras fortalezas cerca de las playas de desembarco; para poder rechazar una posible llegada por mar de elementos hostiles o para que el propio mar le protegiera la retaguardia en caso de asalto enemigo.
En todo caso, en las construcciones actuales de la "Casa Fuerte", se observa en lo que parece una torre, la utilización de abundante cantería de Gáldar y canto blanco, cuyas canteras están en la zona denominada "cueva blanca", Troya, bastante alejada del lugar y su uso es muy posterior. Consta como obra nueva en escritura de 4 de junio de 1870, y ni siquiera coincide con la descripción que hacen los historiadores a lo largo de los siglos de la fortaleza de Lugo.
La edificación conocida como "la Torre", sitio próximo al anterior, en la margen izquierda de la carretera de las Nieves, tiene los inconvenientes de estar también lejos y fuera de la vista de donde fondean los navíos, dominada por las alturas por la parte posterior, bajo una ladera próxima. A ningún estratega, Vera y Lugo lo eran y de los mejores, curtidos en las batallas y construcción de fortalezas en la reconquista del reino de Granada, se les ocurriría construirla en dicho lugar, donde el enemigo puede dominar las alturas adyacentes y los edificios actuales datan de principios del siglo XX.
Es de significar que ambas edificaciones toman el nombre de las fincas colindantes con la misma denominación, ambas dentro de las tierras que le correspondieron a Alonso Fernández de Lugo tras la conquista y a su vez aledañas a las tierras de los alrededores de la ermita de Las Nieves, donde Lugo plantó y montó el primer ingenio azucarero de la villa según todos los indicios.
No se ha encontrado ningún documento o croquis que señale el lugar exacto donde se encontraba la histórica construcción, pero si tenemos muchos testimonios e indicios claros que apuntan en una determinada dirección.
En la transcripción documental del deslinde de Guayedra de 1512, se dice:
"E despues de lo susodicho en el dicho dia mes é año susodicho en presencia de mi dicho Escribano é de los testigos despues escritos que estando en termino de Aguaete en el lomo que sube dende un
camino que está ensima de risco alto que está junto frontero de la torre del dicho Pueblo de Aguaete estando presentes los dichos Michel é Salbador é Juan Benito amoxonadores é deslindadores puestos por el mismo Gobernador los cuales dijeron que so cargo de juraniento que el dicho Gobernador les había tomado que era la linde con mojones antiguos del Valle de Guajayeda en el termino redondo que Dn. Fernando Guadarteme é su yerno el dicho Miguel de Trexo tenia é poseia antiguamente que le fue dado desde el lomo que al presente estabamos é teniendo los pies que había nombre Antigafo.... amoxonadores pusieron é amoxonaron desde abajo en el canto del risco de la mar un moxón, é luego hacia arriba en otro lomillo, otro moxon é mas al encima.......".
Al amanecer de una mañana del mes de agosto de 1481, (posiblemente el 5 de agosto, era costumbre dar el nombre del santoral del día de desembarco a los lugares donde lo hacían) zarpan del Real de Las Palmas y bordeando la Gran Canaria, en el horizonte del Gayerte aparecieron las siluetas de dos carabelas, la "Buenaventura" y el "Buen Jesús" (cuentas de la conquista), abordo unos ciento cincuenta hombres y unos treinta caballos. Tras saltar a tierra en una resguardada bahía, probablemente en el lugar conocido como "el atracadero", en las proximidades del "roque partido o dedo de dios", según la tradición oral, las fotografías y planos más antiguos, la orilla estaba bastante más adentro de la actual y una enorme playa de arena negra llegaba hasta cerca de Guayedra.
Vieron que era sitio acomodado; con abundante agua, higuerales, bosques y ganado. El General Pedro de Vera ordenó construir una fortificación con el fin de establecer una guarnición permanente con la que hostigar Gáldar y dividir en dos frentes a los hombres del Guanarteme.
Como se puede observar en esta fotografía de principios del siglo XX, una enorme playa de arena cubre la orilla hasta la cercana Guayedra.
Los hasta entonces los tranquilos canarios, asentados a lo largo de las laderas que bordean desde el mar todo el Valle de Agaete, ofrecieron seria resistencia, muchos mueren ante las potentes y desconocidas armas de los invasores, (desconocían el hierro) a lomos de unas grandes bestias llamadas caballos, que nunca habían visto antes y que les causaban pánico. Muchos huyen y se refugian en los riscos de Guayedra y Tamadaba.
"Pasó el gobernador a reconocer un lugar que decían El Gayete, a donde hasta entonces no había entrado cristiano ninguno; y entróles por fuerza de combate un gran risco que tenían y hubo entre ellos tal pelea que murieron muchos canarios y salieron heridos algunos de los nuestros.(Jerónimo de Zurita 1562)"
Fotograma película Tirma.
Durante dos meses estuvieron los conquistadores construyendo una fortaleza, al parecer sobre los restos de algún antiguo asentamiento de portugueses o mallorquines traficantes de esclavos, cerca de la playa donde habían desembarcado.
Eran hostigados permanentemente por los canarios, por lo que el Gobernador Vera mando talar todos los árboles e higuerales y arrasar las huertas que los canarios tenían en los alrededores de la fortaleza, para despejar el terreno y evitar ser sorprendidos.
Estando ya espigadas las mieses, después de haber muerto algunos cristianos, se alzaron en las sierras; y el gobernador con toda su gente se fue al Gayete, y allí hizo una muy buena fortaleza; y entre tanto mandó talar todas las huertas y higuerales y panes; y en las peleas que hubo fueron siempre los canarios vencidos.
(Jerónimo de Zurita 1562, Biblioteca Nacional.)
Hasta primeros de octubre de 1481, la guarnición estuvo haciendo entradas hacia el fondo del valle y hacia Guayedra, ocasionando mucho daño a los naturales, saqueando sus huertas y ganados.
Transcurridos dos meses desde su llegada, la torre se encontraba terminada. A principios de octubre, Vera regresa al Real de Las Palmas con las dos naves y deja treinta hombres y diez caballos en la fortaleza.
Nombra Alcaide de la guarnición al joven Capitán Alonso Fernández de Lugo, de solo 25 años de edad.
El primer alcalde de la fortaleza de Agaete, Alonso Fernández de Lugo, 1456-1525.
Los canarios que quedaron vivos después de las trágicas acometidas y saqueos de las tropas castellanas, someten a un asedio permanente la fortaleza, atacando sin descanso, obligando a la guarnición a permanecer encerrada en ella, llegando a quemar la puerta de entrada en varias ocasiones, obligando a salir a los moradores para no perecer de hambre y combatir, resultando muchos heridos de pedradas, incluido el propio Capitán Alonso Fernández de Lugo. Pasaron hambre y se tuvieron que alimentar de hierbas, lapas y burgaos de la cercana playa, así consta en las declaraciones de varios testigos presenciales transcritas en el juicio y autos de residencia que fue sometido Fernández de Lugo en 1508, y que estuvieron entre dos y cuatro años en la guarnición de la fortaleza.
Manuscrito donde se hace referencia a la construcción dela fortaleza la Gete (Agaete), Las cuentas de la conquista, archivo general de Simancas.
La víspera de la Candelaria, 1 de febrero de 1482, arrriba a la bahía de Agaete una carabela con 150 hombres, de los cuales 80 son aborígenes gomeros y doce caballos, al mando de Hernán Peraza, procedentes de la isla de la Gomera, donde había recibido la orden de los reyes de servir en la conquista de Gran Canaria. Al amanecer desembarcan y se dirigen a la fortaleza "que está cerca", donde son bien recibidos por el Alcaide Lugo que no esperaba los refuerzos.
1 de febrero de 1482, recreación de la llegada de Hernán Peraza con refuerzos de gomeros para la conquista de Gran Canaria.
Una vez el Gobernador Vera tiene conocimiento de la llegada de Peraza y sus gomeros, le ordena seguir en Agaete y hacer entradas al interior de la isla junto con los hombres de Fernández de Lugo, asimismo le comunica al Alcaide que de buen trato a Hernán Peraza y sus gentes.
Manuscrito anónimo, siglo XVII, de la llegada de Peraza a Agaete. (B.N.E)
La fortaleza de Agaete ya cuenta con una guarnición de 180 hombres armados de ballestas, espadas, lanzas y una veintena de caballos, inician correrías que ya se acercan a la corte del Guanarteme.
Pasado unos días, una noche el Capitán Lugo, con casi todos los hombres disponibles salen rumbo a Galdar y en un episodio no suficientemente aclarado por los historiadores, hacen prisionero al Guanarteme Tenesor Semidan, capturan numeroso ganado y grano, trasladándolo a la fortaleza de Agaete.
Enterado el gobernador Pedro de Vera de la importante captura, mandó llevarlo al real de Las Palmas, encontrándose en Bañaderos con las fuerzas de Vera, donde se repartieron el botín, llevándose este el prisionero. A partir de ese momento la resistencia a los conquistadores cae drásticamente, dominando Vera toda la isla en poco tiempo. El guanarteme, para unos un traidor y para otros un gran estratega que evitó el sufrimiento inútil de su pueblo ante un enemigo muy superior, fue llevado a la península, donde fue bautizado por los reyes con el nombre de Fernando Guanarteme, firmó la paz y la sumisión a los conquistadores, a cambio recibió para él y los suyos el rico y fértil valle de Guayedra, participó en la conquista de Tenerife donde murió.
Y más o menos esta es la historia de cómo aquellos primitivos asentamientos aborígenes de los primeros tiempos, diseminados por el valle de Agaete, desde la costa hasta las cumbres, y los hombres de una torre fortaleza, a la orilla del mar, junto con los esclavos moriscos que llegan poco después para trabajar en las plantaciones e ingenios azucareros, dan origen al actual pueblo de Agaete.
Agaete, años setenta del pasado siglo.
Esa es la pregunta que los historiadores y arqueólogos no han resuelto con claridad de momento.
No tenemos ningún dato científico y contundente de donde se encontraba la torre o fortaleza, pero sí muchos indicios.
En el pueblo existen tres lugares con topónimo de "Casa fuerte", "La torre", y sobre el barranco del Puerto del Juncal, en la parte de Agaete hay un risco que le llaman "La Fortaleza". Podemos descartar el risco del barranco del Juncal, pudiendo ser perfectamente el origen del topónimo por ser lugar de refugio y resistencia de los aborígenes en algunas de las salidas de los castellanos, ya que en los alrededores había un importante asentamiento indígena y túmulos funerarios, cuyos restos aún se conservan.
El risco de "la fortaleza" en la actualidad, sobre el barranco del Puerto de Juncal.
Pasó el gobernador a reconocer un lugar que decían El Gayete, a donde hasta entonces no había entrado cristiano ninguno; y entróles por fuerza de combate un gran risco que tenían y hubo entre ellos tal pelea que murieron muchos canarios y salieron heridos algunos de los nuestros.(Jerónimo de Zurita 1562)
El nombre de "Casa Fuerte", dado a una finca con una construcción relativamente reciente, es posible sobre otras anteriores, sita en las proximidades del barranco de Agaete, desde la óptica militar para ser el primer asentamiento tiene en su contra, que la zona; como todo el centro del barranco de Agaete, en la época de la conquista era "tierra quemada", un mar de lava que servía de cementerio a los aborígenes, por lo que hasta su desempedrado y relleno de tierras de las laderas colindantes, debió ser complicado transitar y menos con caballos. Está algo alejada de la costa de desembarco, unos 600 metros, y de la seguridad de tener los barcos a la vista para recibir avituallamientos, refuerzos o una salida o repliegue que los combatientes siempre tienen previsto.
Era norma hacer estas primeras fortalezas cerca de las playas de desembarco; para poder rechazar una posible llegada por mar de elementos hostiles o para que el propio mar le protegiera la retaguardia en caso de asalto enemigo.
En todo caso, en las construcciones actuales de la "Casa Fuerte", se observa en lo que parece una torre, la utilización de abundante cantería de Gáldar y canto blanco, cuyas canteras están en la zona denominada "cueva blanca", Troya, bastante alejada del lugar y su uso es muy posterior. Consta como obra nueva en escritura de 4 de junio de 1870, y ni siquiera coincide con la descripción que hacen los historiadores a lo largo de los siglos de la fortaleza de Lugo.
Lugar conocido como "Casa Fuerte".
La edificación conocida como "la Torre", sitio próximo al anterior, en la margen izquierda de la carretera de las Nieves, tiene los inconvenientes de estar también lejos y fuera de la vista de donde fondean los navíos, dominada por las alturas por la parte posterior, bajo una ladera próxima. A ningún estratega, Vera y Lugo lo eran y de los mejores, curtidos en las batallas y construcción de fortalezas en la reconquista del reino de Granada, se les ocurriría construirla en dicho lugar, donde el enemigo puede dominar las alturas adyacentes y los edificios actuales datan de principios del siglo XX.
Es de significar que ambas edificaciones toman el nombre de las fincas colindantes con la misma denominación, ambas dentro de las tierras que le correspondieron a Alonso Fernández de Lugo tras la conquista y a su vez aledañas a las tierras de los alrededores de la ermita de Las Nieves, donde Lugo plantó y montó el primer ingenio azucarero de la villa según todos los indicios.
Lugar denominado "la Torre".
En la transcripción documental del deslinde de Guayedra de 1512, se dice:
"E despues de lo susodicho en el dicho dia mes é año susodicho en presencia de mi dicho Escribano é de los testigos despues escritos que estando en termino de Aguaete en el lomo que sube dende un
camino que está ensima de risco alto que está junto frontero de la torre del dicho Pueblo de Aguaete estando presentes los dichos Michel é Salbador é Juan Benito amoxonadores é deslindadores puestos por el mismo Gobernador los cuales dijeron que so cargo de juraniento que el dicho Gobernador les había tomado que era la linde con mojones antiguos del Valle de Guajayeda en el termino redondo que Dn. Fernando Guadarteme é su yerno el dicho Miguel de Trexo tenia é poseia antiguamente que le fue dado desde el lomo que al presente estabamos é teniendo los pies que había nombre Antigafo.... amoxonadores pusieron é amoxonaron desde abajo en el canto del risco de la mar un moxón, é luego hacia arriba en otro lomillo, otro moxon é mas al encima.......".
Es algo complicado interpretar esto, pero habla de que los "amojonadores" en principio están en un lomo sobre el camino que está encima del risco alto que está junto al frontis de la Torre de Agaete. Puesto que el camino viejo a Las Nieves, comenzaba donde hoy se encuentra el restaurante "Dedo de Dios", el documento apunta inequívocamente a que la torre fortaleza está en las cercanías del Roque de Las Nieves.
El antiguo camino viejo a las Nieves, según el deslinde de Guayedra, el camino debió comenzar en el frontis de la Torre de Agaete, y según testamento de Antón Cerezo de 1535, uno de sus terrenos que dona a los frailes, para un monasterio junto a la ermita, estaba bajo el camino que va de la Torre a Lugarejo de Agaete. En la foto en antiguo camino viejo a Las Nieves. Foto FEDAC finales siglo XIX.
Existe una tradición oral, además de escrita, que sitúan los restos de la fortaleza en los alrededores del "muelle viejo" y que se pierden a finales del siglo XIX, tras la construcción del viejo puerto y la carretera de Agaete a Las Nieves.
El testamento de Antón Cerezo, dueño del ingenio azucarero y hacienda de Agaete desde 1494, conocido por traernos el tríptico de la virgen de Las Nieves, fechado 1535, describe lo que dona a una orden de frailes para la construcción de un monasterio junto a la ermita de Las Nieves, página 94 entre otras:
Antonio Cerezo e su mujer, vos damos e señalamos para un parral anexo e perpetuo para el dicho monesterio para siempre jamás, e que tengan fruta e vino los frayles d'él de que se mantener; un pedazo de tierra qu' es en el dicho eredamiento que está entre dos cercados, el uno que va a la mar, el otro de la vanda de arriba, abaxo del camino que va de la torre al Lugarejo,....
Se desprende que dichos terrenos deben de estar próximos o anexos a la ermita, "uno en la parte de arriba de la iglesia, debajo del camino que va de la Torre a Lugarejo", nos está indicando que la Torre es el comienzo del camino por el que se accede a la ermita y al mar. (foto anterior).
D. Pedro Agustín del Castillo, en su libro publicado en 1739, "descripción Histórica y geográfica de las islas Canarias", página 203:
El testamento de Antón Cerezo, dueño del ingenio azucarero y hacienda de Agaete desde 1494, conocido por traernos el tríptico de la virgen de Las Nieves, fechado 1535, describe lo que dona a una orden de frailes para la construcción de un monasterio junto a la ermita de Las Nieves, página 94 entre otras:
Antonio Cerezo e su mujer, vos damos e señalamos para un parral anexo e perpetuo para el dicho monesterio para siempre jamás, e que tengan fruta e vino los frayles d'él de que se mantener; un pedazo de tierra qu' es en el dicho eredamiento que está entre dos cercados, el uno que va a la mar, el otro de la vanda de arriba, abaxo del camino que va de la torre al Lugarejo,....
Se desprende que dichos terrenos deben de estar próximos o anexos a la ermita, "uno en la parte de arriba de la iglesia, debajo del camino que va de la Torre a Lugarejo", nos está indicando que la Torre es el comienzo del camino por el que se accede a la ermita y al mar. (foto anterior).
D. Pedro Agustín del Castillo, en su libro publicado en 1739, "descripción Histórica y geográfica de las islas Canarias", página 203:
Detalle de fotografía de las Nieves de finales del siglo XIX.
Dice Del Castillo; "mantienese, que los restos de la torre de Lugo, fue el primer cuerpo de la primitiva ermita de las Nieves, hoy sirve de granero o bodegas a unos familiares," está hablando sobre el año 1730.
Dice Del Castillo; "mantienese, que los restos de la torre de Lugo, fue el primer cuerpo de la primitiva ermita de las Nieves, hoy sirve de granero o bodegas a unos familiares," está hablando sobre el año 1730.
La familia del Castillo-Manrique de Lara, es propietaria hasta el siglo XIX, que comienza la partición y venta, de casi todo los terrenos que van desde el cruce de la Aldea al mar, de las fincas situadas en los alrededores de la actual ermita de las Nieves, el almacén y vivienda que hoy conforman el actual restaurante "dedo de Dios", antes huertas y como hipótesis, en las proximidades se debió encontrar el primer ingenio azucarero de Lugo.
Pedro del Castillo está situando la antigua torre fortaleza en las Nieves, en las proximidades de la ermita.
En el proceso interpuesto por Francisco de Riberol, contra el tesorero Alonso Gutiérrez de Madrid, relativo a tributos sobre el heredamiento y el ingenio de Agaete (1507-1512, archivo de Granada), uno de los testigos interrogados dice sobre Alonso de Lugo: ...y un yngenio que el hizo mas abaxo de la dicha Torre de Agaete, çerca del mar, e que está caydo e derrybado e syn pertrecho ni provecho ninguno.
Otro: el dicho yngenyo estava çerca de la mar baxo todas las tierras que tenía.
Dato que nos dice que la torre se encontraba algo más arriba que el ingenio de Lugo que estaba junto al mar.
Doña Pura, viuda del Castillo, dona a la iglesia unos solares a mediados del siglo pasado, contiguos a la ermita de las Nieves, donde se realizaron excavaciones arqueológicas, apareciendo restos de vasijas usadas en los ingenios azucareros, vestigios aborígenes y de los primeros asentamientos castellanos.
Ermita y excavaciones arqueológicas en sus alrededores.
Por otro lado, la escritora de viajes inglesa Olivia Stone, en su libro "Tenerife y sus seis satélites" relata en el capítulo III, la visita que en el otoño de 1883, realiza a Agaete, hospedandose en la casa de la familia de D. Antonio de Armas, actual ayuntamiento. Describe el pueblo con todo lujo de detalles. En su visita a las Nieves, acompañado de D. Antonio de Armas y su hija va describiendo lo que va viendo, en las páginas 56 y 57 de la primera edición, versión inglesa dice: (mi agradecimiento a Laura Armas Montesdeoca, autora de la traducción del texto original inglés a castellano)
"Después del almuerzo D. Antonio y su hija (D. Antonio no tiene hijas, probablemente se trate de su sobrina Ana María de Armas) nos lleva a dar un agradable paseo al mar. Cruzamos a la izquierda del valle, vamos por un buen camino al puerto, cuando nos acercábamos al mar vimos un inmenso campo negro de alrededor de media milla de largo. Esto a distancia parecía una erupción de lava, y así es, pero es también un cementerio Guanche, o para estar absolutamente acertado, un cementerio de antiguos canarios. Cuando nos acercamos también vinimos por detrás del refugio del acantilado al final del valle, y vimos a nuestra izquierda los restos del castillo de Alonso de Lugo, un edificio moderno - solo 400 años - en comparación con el enterramiento de los canarios. Junto a ello hay un pequeño muelle, dando un buen lugar de anclaje para pequeños barcos. La fortaleza es muy pequeña, pero sin duda era suficiente para dar refugio a los 35 guerreros de Lugo. Los conflictos entre invasores y nativos fueron más notables por su feroz..."
Testimonio clave, que debe su origen a las explicaciones que su acompañante, el erudito D. Antonio de Armas le iba dando sobre lo que iban encontrando. Tenemos que lo que pudiera ser la fortaleza se encontraba a la izquierda, tras girar el refugio del acantilado (el roque Antigafo) del camino a las Nieves, junto al pequeño muelle.
El escritor y viajero inglés George Glas, en su obra, "The History of the Discovery and Conquest of the Canary Islands", escrita en 1764, dice:
"Gaete, o Agaete, en el noroeste de la isla, es un puerto con una fortaleza para su defensa. Solo lo frecuentan barcos que transportan provisiones, etc., de aquí a Santa Cruz de Tenerife. La zona en los alrededores tiene bastante agua y abundante frutales, desde Agaete hay un camino a Las Palmas."
El escritor y viajero inglés George Glas, en su obra, "The History of the Discovery and Conquest of the Canary Islands", escrita en 1764, dice:
"Gaete, o Agaete, en el noroeste de la isla, es un puerto con una fortaleza para su defensa. Solo lo frecuentan barcos que transportan provisiones, etc., de aquí a Santa Cruz de Tenerife. La zona en los alrededores tiene bastante agua y abundante frutales, desde Agaete hay un camino a Las Palmas."
Por tanto, tenemos, no solo la tradición oral, los escritos de los visitantes, historiadores y la lógica militar, sino los testimonios de los propios conquistadores que la sitúa próxima a la orilla del mar, recordemos que en tiempos de asedio y hambre comían burgaos y lapas, probablemente cerca del actual "muelle viejo".
La descripción más amplia que se conoce de la torre de Agaete nos la da el médico e historiador teldense, Tomás Marín de Cubas, en su libro "Historia de las siete islas Canarias", del siglo XVII, que además debió conocer personalmente el sitio al ser natural de la isla:
"...cerca de la playa halló una buena y grande casa,... es cuadrada de a 25 pasos quadra, por de fuera tiene muchos paredones, y casillas llenas de huesos de gentiles; es toda de piedra sola igualmente puestas las piedras que parecen de una sola, tal es su igualdad, y ajuste sin mezcla de barro ni tierra de grueso de dos varas o siete palmos muí largos, de ella al mar se sigue un paredón con saeteras a modo de muralla la puerta angosta a la parte del sur en ella se fabricó el fuerte subiéndola de tapias, y maderos tablas de palma, y en dos meses se acabó. Puso en ella Pedro de Vera veinte hombres, y por alcaide a el capitán Alonso Fernarzdez de Lugo dejandole la orden mas conveniente dio la vuelta a el Real de Las Palmas."
Nos habla Marín de que se encontraba cerca de la playa y de un paredón al mar con saeteras, por lo que no debe de estar muy lejos de este, se puede interpretar que el paredón que parte de la fortaleza al mar, con saeteras, es con vista a su defensa de ataques desde el mar, no olvidemos que los portugueses están al acecho y meses antes habían intentado desembarcar en Agaete (Abreu y Galindo, Historia de la conquista de las siete islas de Canarias, capítulo XI).
Dice Marín de Cubas, que en sus alrededores hay casillas llenas de huesos de gentiles, refiriéndose seguramente a los túmulos funerarios de los aborígenes, abundantes en los alrededores de la ermita de Las Nieves hasta las primeras décadas del siglo pasado, que fueron arrasados para el expansionamiento urbanístico y de los terrenos de cultivo próximos a Las Nieves.
Dice Marín de Cubas, que en sus alrededores hay casillas llenas de huesos de gentiles, refiriéndose seguramente a los túmulos funerarios de los aborígenes, abundantes en los alrededores de la ermita de Las Nieves hasta las primeras décadas del siglo pasado, que fueron arrasados para el expansionamiento urbanístico y de los terrenos de cultivo próximos a Las Nieves.
La traducción de Cairasco de Figueroa de la Gierusalemme liberata de Torcuato Tasso, que permaneció inédita hasta que el profesor Alejandro Cioranescu la presentó en 1967 bajo el título, "Jerusalén libertada", que hoy se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid. Se nombra al final de la octava 61 del Canto XV (que es un largo excurso sobre Canarias que insertó Cairasco en la obra del italiano). Dice así la octava, haciendo referencia a la torre de Agaete:
Una alta torre en sitio acomodado,
al occidente de Canaria veo,
obra del generoso Adelantado
que a los ilustres Lugo da trofeo.
No lejos de ella, junto al mar, fundado
se verá el soberano mausoleo
de aquellos caballeros militares,
que el nombre han de ilustrar de Palomares.
(Antonio Henríquez Jiménez , Vegueta: Anuario de la Facultad de Geografía e Historia, ISSN 1133-598X, nº 14/2014, págs. 289-302)
Documentos encontrados en archivos de la Cancillería de Granada, pleitos relativos al ingenio azucarero de Agaete de la época y las recientes excavaciones en las proximidades del restaurante "dedo de Dios", aportan nuevos testimonios, indicios y datos, que demuestran que "el pequeño primer ingenio azucarero se construyó cerca del mar, cerca de la primera fortaleza que habían construido, a la derecha de un arroyo mirando desde el mar."
Por lo que hoy es la actual carretera de las Nieves, según los planos ingleses de principios del siglo XIX, corría un barranco o arroyo que era una bifurcación del barranco grande, que además recogía las aguas de los "barranquillos del moro, y la palmita", que desembocaba en el mar, en las proximidades de la ermita de Las Nieves, siendo el camino real a la playa por la parte de arriba del actual parque de la "Palmita" hasta finales del siglo XIX, que se hace la actual carretera sobre el lecho de aquel antiguo arroyo.
En este mapa de la marina inglesa de 1834, podemos ver los dos ramales en que se dividía el actual barranco, a la izquierda el arroyo que transcurre por la actual carretera de las Nieves y que desemboca donde se encuentra el actual muelle viejo.
En las excavaciones que se llevaron a cabo hace unos años para colocar los depósitos subterráneos de recogida de basura, que se encuentran en las proximidades del restaurante "dedo de Dios", aparecieron varias formas azucareras, moldes de cerámica de los utilizados para hacer las balas de azúcar, posible prueba de que el primer ingenio azucarero de Lugo, supuestamente se encontraba en las proximidades de la actual ermita de las Nieves.
Vasijas para hacer las piedras o balas de azúcar, foto tal como aparecieron en las proximidades del restaurante "Dedo de Dios".
Aunque la última palabra la tendrán que tener los arqueólogos o la aparición de documentos en algún archivo perdido, que nos confirme el lugar donde estaba, a la vista de los datos expuestos, se puede establecer una hipótesis bastante verosímil sobre la posible ubicación de la primitiva fortaleza:
En las excavaciones que se llevaron a cabo hace unos años para colocar los depósitos subterráneos de recogida de basura, que se encuentran en las proximidades del restaurante "dedo de Dios", aparecieron varias formas azucareras, moldes de cerámica de los utilizados para hacer las balas de azúcar, posible prueba de que el primer ingenio azucarero de Lugo, supuestamente se encontraba en las proximidades de la actual ermita de las Nieves.
Vasijas para hacer las piedras o balas de azúcar, foto tal como aparecieron en las proximidades del restaurante "Dedo de Dios".
Aunque la última palabra la tendrán que tener los arqueólogos o la aparición de documentos en algún archivo perdido, que nos confirme el lugar donde estaba, a la vista de los datos expuestos, se puede establecer una hipótesis bastante verosímil sobre la posible ubicación de la primitiva fortaleza:
La pequeña torre o fuerte debió estar a cubierto de cualquier sorpresa, ya que pasó mucho tiempo sitiada y aguantaron. Se encontraba muy cerca de la orilla del mar, resistieron el asedio según los propios testimonios de la época, comiendo "lapas y bulgaos", a la vez debería servir de defensa de los desembarcos y embarques de botines y provisiones para los barcos y las tropas. Según Antón Cerezo el camino de las Nieves iba de la Torre a Lugarejo de Agaete, a finales del siglo XIX, durante la visita de Olivia Stone aún estaban sus restos a la vista, cerca del mar y de la actual ermita de las Nieves, según el escritor George Glas, en 1764, la fortaleza servía para defender el puerto natural.
Por lo que siguiendo el principio de la navaja de Ockham, método según el cual la explicación más sencilla suele ser la más probable, repito como hipótesis, podemos situar la fortaleza del Capitán Alonso Fernández de Lugo, en un círculo muy cercano al mar, que abarcaría los alrededores de la ermita hasta la actual entrad a Las Nieves, zona de Zambrano. Si damos como válida la descripción que hace Olivia Stone, "a la izquierda después de doblar el acantilado", llegando a las Nieves, junto con otros testimonios que lo sitúan junto al muelle, hay muchas probabilidades que se encontrara en dicho lugar.
Excavaciones de los alrededores de la ermita, se observan restos de construcciones antiguas.
Era una práctica antigua usar las construcciones en ruinas como cantera de las nuevas edificaciones y probablemente eso se hizo con los restos de la Torre de Agaete.
Tendrán que ser los arqueólogos los que tengan la última palabra. Esperemos que algún día nos den una sorpresa como el reciente hallazgo de uno de los primeros ingenios azucareros del siglo XVI, en las Candelarias.
No obstante la presencia de unidades de milicias es constante en Agaete por su situación estratégica, desde la conquista hasta mediados del siglo XX, y debieron de tener sus cuarteles, torres y fuertes donde alojarse, quizás hubo más de una torre o casa fuerte y ese sea el origen de algunos topónimos actuales, que provocan confusión.
No obstante la presencia de unidades de milicias es constante en Agaete por su situación estratégica, desde la conquista hasta mediados del siglo XX, y debieron de tener sus cuarteles, torres y fuertes donde alojarse, quizás hubo más de una torre o casa fuerte y ese sea el origen de algunos topónimos actuales, que provocan confusión.
Recreación de cómo podía ser la bahía hace 500 años y lugar probable de construcción de la primera torre fortaleza.
.......ooooo.......
Muchas gracia por este gran trabajo tan importante para tod@s
ResponderEliminarGracias a ti por leerlo y compartirlo.
EliminarFantástico trabajo.
ResponderEliminarQue bueno. Que gran trabajo. Felicidades
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