Un joven Don Teodoro Rodríguez con un grupo de religiosos.
Don Teodoro Rodríguez Rodríguez nace en Juncalillo de Gáldar, el 28 de diciembre de 1917, lugar que ha dado a la iglesia muchos clérigos y religiosos. Ya desde muy temprana edad su vocación salió a flote, no era otra que la de servir a Dios. Comenzó sus estudios en el Seminario de Las Palmas, latín, filosofía humanidades y teología. Terminada su carrera sacerdotal marchó a la Universidad Pontificia de Comillas para ampliarla, obteniendo la licenciatura en derecho Canónico.
Terminada su carrera eclesiástica fue ordenado sacerdote ante la virgen del Pino en la Villa de Teror, el 23 de septiembre del año 1944, cantando su primera misa el 8 de octubre, acompañado de sus hermanos, también sacerdotes, José y Francisco.
Su labor como párroco la ha desarrollado en Tías, Tenteniguada, Agaete y en la Basílica Menor de San Juan de Telde, donde permaneció 24 años.
Su primer destino como sacerdote fue en la iglesia de nuestra señora de la Candelaria de Tías (Lanzarote), donde ejercito el sacerdocio hasta octubre del año 1950.
Iglesia de la Candelaria de Tías, Lanzarote.
En 1943, el obispo de la diócesis Monseñor Pildain creó la parroquia de Tenteniguada. En 1950, el obispo ordenó el traslado a dicha parroquia de Don Teodoro, convirtiéndose en el primer sacerdote titular de la misma, permaneciendo hasta finales del año 1959.
Iglesia de Tenteniguada (archivo Don Teodoro).
A finales de 1959, fue trasladado a la parroquia de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción de la villa de Agaete, donde permaneció hasta el año 1969, que fue trasladado a la iglesia de San Juan Bautista de Telde.
Agaete despidió con todo sentimiento al que había sido su párroco durante 23 años, Don Manuel Alonso Lujan y dio la bienvenida al nuevo, Don Teodoro. El domingo 21 de febrero de 1960, fue su presentación oficial ante su nueva feligresía que llenaba por completo nuestro majestuoso templo parroquial. A Don Teodoro después de 20 años ejerciendo en pequeñas iglesias, casi ermitas, le debió de parecer estar en una catedral.
Su llegada no estuvo exenta de problemas, se encontró una carpintería en los bajos de la sacristía, que estuvo regentada por Don Juan Armas Galván y su hijo Miguelito, al que el anterior párroco Don Manuel Alonso, le había cedido el local a cambio de realizar trabajos de carpintería para la parroquia. "Mastro Juan", como era conocido, fue el autor de una serie de pequeños retablos y peanas para los santos, ya desaparecidas desgraciadamente, en una reforma fueron todos a la hoguera al parecer.
Don Teodoro se negó a firmar los inventarios y hacer el relevo de la parroquia hasta que no solucionó el asunto de la carpintería.
Tuve la suerte de conocer en mi infancia a Don Teodoro, con él, como todos los niños de mi generación, hice mi primera comunión y fui monaguillo. Lo recuerdo como una persona alta, de buen aspecto, parecía siempre recién afeitado, oliendo a perfumen de la época o a aquellos masajes para después del afeitado de fuerte olor, siempre con sotana, impecable, siempre sonriente.
Don Teodoro en el púlpito de la iglesia de la Concepción de Agaete.
Eran años de fervor religioso, la iglesia siempre se llenaba en las misas, la oratoria de don Teodoro, que tenía facilidad de palabra era sencilla y comprensible.
Impulsó las catequesis y las clases de religión en el colegio público, su formación y preparación en humanidades y teología, estaba por encima de la de los maestros de aquella época, Don Teodoro no necesitaba la regla o el arresto de rodillas con las manos en cruz y un pesado libro en cada mano para que aprendiéramos el catecismo, bastaban sus palabras y sus penitencias.
Uno de los mayores logros de su paso por Agaete fue el descubrimiento de la pintura flamenca de la virgen de Las Nieves. Gracias a su sagacidad y tenacidad consiguió los permisos reglamentarios, tras convencer al pueblo de la necesidad de que por los expertos se comprobara lo que se sospechaba, que debajo de la antigua pintura estaba el original y así sucedió en octubre de 1963.
Instauró con los jóvenes del pueblo el movimiento de acción católica llamado Tarsicios, los ejercicios espirituales y la adoración nocturna.
Durante su mandato se construyó el actual Centro Parroquial, fomentando las artes culturales como el teatro, el cine con la proyección de películas y otras representaciones escenográficas, creó la banda de cornetas y tambores de la parroquia bajo la dirección de Don Tomás Martín (Tomasito), impulsa las procesiones y otros actos religiosos, las excursiones por toda la isla de los jóvenes de la Villa, instaurando la costumbre ya desaparecida, de la chocolatada en la plaza después de las primeras comuniones, con su correspondiente trozo de queque y caramelos Tirma, para que ningún niño se quedara sin celebración.
Durante su paso por la parroquia de la villa realizó una imponente labor religiosa, social y humanitaria con los más desfavorecidos. En todos los municipios donde ejerció el sacerdocio se le ha reconocido esa labor, tienen una calle con su nombre, excepto en Agaete. Cuando le pregunte a Don Tomas Martín porque no tenia ese reconocimiento, sonriendo y en tono socarrón me contesto; "porque no se llevaba bien con la gente de Vegueta, él era del todo el pueblo".
La banda de cornetas y tambores de la parroquia (yo con el bombo).
El día 4 de febrero de 1997, a los 78 años de edad, fallecía Don Teodoro Rodríguez Rodríguez.
Fotos de Don Teodoro con otros religiosos.
Enlaces a galerías de fotos del archivo de Don Teodoro.
Bibliografía:
Archivo fotográfico de Don Teodoro.
Lanzarote digital.
Testimonio de Don Tomás Martín Trujillo.
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