Páginas

miércoles, 23 de diciembre de 2020

"SALVASE EL QUE PUEDA", LOS COCHES "DIHORA", ACCIDENTE DE GUAGUA, AGAETE 1914.

 

"Abanjesen pa estirar las patas un rato y echá agua al riadiador, qui está saliendo jumo y va riventar".

Los primeros coches de hora que enlazaron Las Palmas con los pueblos del interior llegaron a la isla en 1907, apenas habían transcurrido diez años de la llegada de la carretera general a la villa de Agaete. Una carretera polvorienta en verano y un barrizal en invierno. Hasta ese momento la forma más rápida y cómoda de llegar a la capital era en goletas y motoveleros por mar, si los vientos eran favorables en unas cuatro horas se estaba en la ciudad. 

Si a media travesía pillaba "calma chicha" y el barco solo era de navegación a vela se quedaba "botao", había que desembarcar en botes por donde se podía, Bañaderos, Guanarteme o el Confital y continuar por tierra el camino. 

De otra manera, llegar a Las Palmas en carruajes tirados por bestias, a base de rebencazos (latigazos para achuchar a los animales) se tardaba unas diez horas, con sus respectivas paradas "pa estirar las patas", comer algo y descanso de los animales. 

A finales del siglo XIX, un tal Newman Ferrerst Tremearne, de nacionalidad británica, montó una empresa de carruajes tirados por tres caballos, para unir los pueblos con la capital, los viajes en diligencias hasta a Agaete, incluido desayuno en Arucas y almuerzo en el Pagador, se podían hacer "cómodamente sentados". Este británico emprendedor se hizo célebre por ser el primero en construir y utilizar un coche fúnebre tirado por caballos, en la ciudad de Las Palmas.

Del libro la rueda en Gran Canaria.

Pero no fue hasta principios de enero de 1910, cuando el primer ómnibus de la "Sociedad de Automóviles Canarios", los "azules" como se les llamaba en la época por estar pintados de ese color, pasó de Bañaderos previo paso por Arucas, llegando hasta "San Isidro el viejo". A 30 kilómetros por hora, algo menos en las cuestas, el depósito de gasolina no dio para más y tuvieron que ir a Guía con garrafas para repostarlo.

El 25 de enero de 1910, se inaugura oficialmente la línea con Agaete, saliendo el primer ómnibus a las 7 de la mañana de Las Palmas y regresando a la 1 de la tarde, con paradas en; Arucas, Bañaderos, Guía y Galdar entre otras, precio del viaje a Agaete, 5 pesetas, la duración del viaje era de unas tres horas.

La cosa pintaba bien y el negocio marchaba, eso animó a otros empresarios a invertir en nuevas líneas y a la "compañía automovilística de Canarias" le apareció la competencia. 
En julio de 1910, el empresario Agustín Melián Falcon, establece una nueva línea, Las Palmas-Agaete, nace "Melián y Cía. LTD". 
Para diferenciarlos de la pionera que eran azules, Melián pinta los coches de verde. Esta empresa aguanta en el mercado hasta 1951, que se transforma en "Autobuses interurbanos de Canarias S.A.", la celebre A.I.C.A.S.A., los coches amarillos. En 1972, se transforma en UTINSA para la zona norte y SALCAI para el sur, hasta llegar a la unificación del transporte actual bajo las siglas GLOBAL.


En principio los coches eran conducidos por "chauffers" alemanes y más tarde por gente de la tierra que tuvo que ir a hacer un curso de conducción y mecánica a Madrid.

Con el progreso llegaron los accidentes, uno de los más trágicos sucedió en Agaete, el domingo 19 de julio de 1914.

 Reconstrucción del accidente en el lugar que sucedió (fotomontaje).

A las 5 de la mañana había partido el ómnibus número 9, de los llamados "azules" (Cia. de Automóviles de Gran Canaria) con dirección a Las Palmas, con catorce pasajeros.

Apenas había transcurrido dos kilómetros desde su partida cuando, al llegar al barranquillo denominado "Hondo", límite entre Agaete y Galdar, actual "Piso Firme", en la bajada rompió la cadena de transmisión, no notándose por ir el auto cuesta abajo, al pasar el pequeño puente que aún sigue en el lugar y comenzar la cuesta arriba, el coche fue perdiendo inercia hasta parar y comenzar a retroceder. El chofer echó mano de todos los frenos que tenía a mano, fallando todos, dando la voz de alarma al grito de; "señores sálvese el que pueda", saltando del vehículo el inspector de la compañía y el cobrador, continuando el vehículo con el pasaje marcha atrás cada vez a mayor velocidad hasta derribar el muro de resguardo del pequeño puente y caer al fondo del barranquillo, una altura de unos ocho metros, dando una vuelta de campana, quedando con las ruedas hacia arriba y con la mayoría de los pasajeros atrapados dentro.

La escena era desgarradora, casi era de noche total, algunos heridos pudieron salir por sus propios medios, los atrapados heridos daban gritos horrendos. El inspector don Juan López que había podido saltar a tiempo, salió a la carrera por la carretera hacia Agaete para pedir el auxilio, mientras el cobrador don José Guillén, que también pudo salvarse, atendía a los atrapados. Una vez recibida la noticia el primero en partir junto con el alcalde don Francisco de Armas Merino y el cura párroco don Virgilio Quesada, fue el médico de la Villa, el insigne poeta don Tomás Morales.

A medida que se fueron dando los telegramas del suceso, se fueron personando las autoridades y médicos de Galdar, Guía y Arucas, fuerzas de la Guardia Civil y el delegado del gobierno señor Luengo, además durante la mañana fue llegando personal médico y de la cruz roja de Las Palmas.

El lugar del accidente en la actualidad.

Cuando los familiares y amigo de los accidentados en Agaete fueron teniendo conocimiento corrieron todos al lugar, desarrollándose escenas muy dolorosas.

Hubo que desarmar el vehículo para extraer algunos de los heridos. El "chauffer", don Francisco González Almeida, conocido por "Pancho Gil", de 30 años de edad, era el herido de mayor gravedad, su estado era crítico, se había fracturado; el cráneo, las piernas, tenía múltiples contusiones y aplastamientos. Los heridos de mayor gravedad, todos vecinos de Agaete, fueron; doña Encarnación Álamo Ramírez, don Cirilo Bermúdez Medina, de 20 años de edad, de profesión zapatero y el indio Nario, vendedor ambulante. El resto, heridos de menor gravedad, fueron; Don Salvador Bermúdez Medina, don Santiago y don Francisco Álamo, de 74 años de edad, de oficio zapatero, don Valentín Bermúdez Armas, don José Suárez Álamo y don Juan Cabrera Rodríguez. Los heridos leves fueron trasladados a sus domicilios en Agaete.

El chofer falleció a las 11,30 en el mismo lugar, su cadáver, previa autorización judicial fue trasladado a casa de un familiar en Galdar.

La precariedad de las nuevas carreteras, la falta de experiencia de los nuevos chóferes, la falta de dispositivos mecánicos fiables en las primeras guaguas, muchas compradas en el mercado de segunda mano de Alemania o Inglaterra, unido a la falta de una inspección técnica oficial de calidad, hicieron que los accidentes y atropellos fueran algo habitual en esos primeros años del desarrollo del transporte público en las islas. En la prensa de la época encontramos muchos artículos denunciándolo y exigiendo la inspección de los automóviles. 



Bibliografía:

Archivo Municipal de Agaete.

La prensa de la época a través del portal Jable de la ULPGC.

La rueda en Gran Canaria, José Miguel Alzola, 1968, el Museo Canario.


jueves, 10 de diciembre de 2020

AGATHA CHRISTIE EN AGAETE, FEBRERO DE 1927.


Agatha practicando surf en su juventud en alguna playa probablemente Sudáfrica o Hawái.

Sobre el mes de febrero de 1927, la reina del delito, la escritora inglesa Agatha Christie, llegó a Las Palmas después de pasar unos días en Tenerife, buscando playas y buen clima que no encontró en la isla de enfrente, al parecer para relajarse de los problemas que le había ocasionada su reciente divorcio, escribir, practicar surf y el baño, así describía el Puerto de la Cruz en su autobiografía:

"Había, sin embargo, dos cosas que me molestaban: la bruma que descendía de la montaña al mediodía y que convertía lo que había sido una espléndida mañana en un día completamente gris; a veces incluso llovía, y los baños de mar, para los aficionados a nadar, resultaban terribles. Tenías que tumbarte boca arriba en una playa volcánica en pendiente, enterrar los dedos en la arena y esperar a que las olas te cubrieran. Pero tenías que ir con mucho cuidado para que no te cubrieran demasiado, pues se habían ahogado ya muchas personas... Por eso al cabo de una semana nos trasladamos a Las Palmas."

En Gran Canaria además de nuestras hermosas playas se encontró con un mejor clima que en el Puerto de la Cruz (según ella), una amplia colonia inglesa con sus exclusivos clubs, lo que le hacía parecer que estaba en su Inglaterra natal. Se alojó en el antiguo hotel Metropol.

Hotel Metropol, Las Palmas años veinte del siglo pasado.

Así describe en la citada "Autobiografía" su estancia en Las Palmas:
 
"Tenía dos playas perfectas; la temperatura también lo era: la media era de unos 25 grados, que para mí es la temperatura ideal del verano. La mayor parte del día soplaba una brisa estupenda y las noches eran lo suficientemente cálidas como para sentarse a cenar al aire libre"...

Buscando el sol y el mar, de la que era una gran apasionada, algún compatriota le debió de decir que en el norte de la isla había un pintoresco pueblillo llamado Agaete, vacunado contra la panza de burro de Las Palmas y puso rumbo a la villa. 
Le debió impresionar de tal manera nuestro Puerto de las Nieves, sus pescadores y sus playas que, como era habitual en ella, situar sus relatos en los sitios que visitaba y le impresionaban, en una de sus novelas; "Miss Marple y los trece problemas", en el cuento "La señorita de compañía" (The Companion), publicado en 1932, ambientó uno de sus famosos crímenes en la bahía de Las Nieves de nuestro pueblo. Así lo contaba el doctor Lloyd, ante el hábil interrogatorio de Miss Marple, su personaje novelesco que resuelve los crímenes imposibles:

“Al día siguiente había planeado ir de excursión con unos amigos. Teníamos que atravesar la isla en automóvil, llevándonos la comida hasta un lugar llamado (apenas lo recuerdo, ¡ha pasado tanto tiempo!) Las Nieves, una bahía resguardada donde podíamos bañarnos si ése era nuestro deseo. Seguimos el programa tal como habíamos pensado, si exceptuamos el hecho de que salimos más tarde de lo previsto y nos detuvimos por el camino para comer, por lo que llegamos a Las Nieves a tiempo para bañarnos antes de la hora del té."

Aunque no hay rastro escrito de la visita, está claro que visitó Las Nieves:

“Al aproximarnos a la playa, percibimos en seguida una gran conmoción. Todos los habitantes del pequeño pueblecito parecían haberse reunido en la orilla y, en cuanto nos vieron, corrieron hacia el coche y empezaron a explicarnos lo ocurrido con gran excitación. Como nuestro español no era demasiado bueno, me costó bastante entenderlo, pero al fin lo logré."

A pesar de que es una ficción, lo bordó, Agaete siempre fue un pueblo "goleor", cualquier suceso convoca a medio pueblo en el lugar. Fotografía; mujeres esperando al obispo en las Nieves año 1910 (familia De Armas).

“Me reuní con los otros en la casita de un pescador, donde tuve que dar la mala noticia. La superviviente se había vestido ya y entonces la reconocí inmediatamente como una de las recién llegadas de la noche anterior... 
De no haber sido por ese hombre que se acercó con el bote, me hubiera ahogado yo también...
Desde el principio me di cuenta de que había algo extraño. Desde luego interrogué a los pescadores sobre lo que habían visto..."


Las Nieves años veinte del pasado siglo, casitas de pescadores.

Este fatídico año se conmemora el 130 aniversario del Nacimiento de Agatha Mary Clarissa Miller, más conocida como Agatha Christie, la autora que más libros de novelas y cuentos ha vendido en la historia, cerca de dos mil millones, muchos llevados al cine y al teatro, no estaría de más que nuestras autoridades le dedicaran un reconocimiento y una placa en un lugar público del Puerto de Las Nieves, en conmemoración de su paso por la villa y pasear el nombre del Puerto de Las Nieves por todo el mundo. ¿Quién sabe?, era una gran aficionada al surf, igual hasta lo practicó en el muelle viejo.


A la izquierda, Agatha Christie con su tabla de surf en los años 20 (Fuente: The Guardian). A la derecha, la escritora en su madurez.

En el muelle años veinte del siglo pasado.

Bibliografía:
Enlace al cuento completo. La señorita de compañía
https://www.agathachristie.com/stories/the-companion
Autobiografía de  Agatha Christie, https://freeditorial.com/es/books/autobiografia-de-agatha-christie