A finales de los años setenta del pasado siglo apareció por Agaete un joven matrimonio y su pequeño hijo, de nacionalidad alemana. Era bastante habitual en aquellos años la llegada a la villa de jóvenes extranjeros, digamos algo bohemios por no llamarlos hippie directamente. Se instalan en unos apartamentos en el lugar conocido como la "Fuente Santa", próximos al Puerto de Las Nieves, allí permanecen tres meses.
En ese tiempo Peter Graf, que así se llamaba nuestro protagonista, se enamora del pueblo, en especial de los Berrazales. Buscan casa o solar para construir una vivienda según sus posibilidades, pero al cabo de tres meses regresan a Alemania, sin cumplir su deseo.
Según él, parece que se dedica a la producción musical en Berlín.
El 20 de marzo de 1971, tiene entrada en el ayuntamiento de Agaete, carta fechada el 12 de marzo anterior, procedente de Berlín, parte de la Alemania federal, en aquellos tiempos dividido y cercado por el "muro", donde Peter Graf expone a la alcaldía, en esos momentos ocupada por el polifacético alcalde Don José Antonio García Álamo, la idea de la realización de un concierto al aire libre, que duraría varios días, donde participarían entre otros, los célebres grupos de fama mundial por aquellos años; los Rolling Stone y Pink Floyd. Incluso asegura que había hablado personalmente con dichos músicos y que estaban muy interesados en tocar en nuestro valle. El festival duraría dos o tres días y sería en invierno, para aprovechar las bondades de nuestro clima. Incluso da las cifras de posible asistencia, unas ocho o diez mil personas.
El teniente alcalde de aquellos tiempos y concejal de festejos, Don Alberto Hernandez (el del cine) se lo tomó con entusiasmo y lo llevó a la comisión de gobierno, figurando la propuesta y su estudio en el acta de sesiones de 20 de marzo de 1971. La comisión consideró que la idea es muy acertada y acuerdan establecer contactos con el fulano alemán, para concretar el asunto en cuestión, incluso el alcalde participa que ha hablado con el encargado de las obras que se están realizando en el valle, para parchear los baches que hay en las calles de acceso.
La cuestión es que una vez levantada el acta, el alcalde Don José Antonio García Álamo, que como erudito de la música si sabía quiénes eran los Rolling y Pink Floyd, con la mosca tras la oreja, aquello le debió empezar a oler a "batata de las grande" y termina contestando al ciudadano alemán en unos términos, que a mí me suenan a mordaz ironía:
"Mi querido amigo: Muchas gracias por su amable carta del pasado día 12. Realmente maravillosa y hermosa su idea.
Hace dos meses expuse a un grupo de amigos poetas y artistas, la posibilidad de celebrar un concierto al aire libre de canto gregoriano, en la necrópolis guanche situada en medio del valle, ¿Qué le parece un festival pop en medio del cementerio guanche?
Vd. debe de pensar que nuestro pueblo es pobre; ¿Cómo pagar a los Rollig y a los Pink Floid dos grupos famosos en el mundo?
Esta es la pequeña dificulta: el dinero.
Esperando sus sugerencias siempre suyo.
Jose Antonio García Álamo."
Cincuenta años después, aun seguimos esperando el milagro o que llegue Míster Marshall, diría Berlanga.
Bibliografía consultada:
Archivo municipal de Agaete.
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