"Una larga calle solitaria, el pueblo transcurre perpendicular al mar, casas de una sola planta y de techo plano, con la única excepción al final de la calle, la casa de D. Antonio de Armas (actual ayuntamiento)... Allá abajo, al final del valle se encuentra el mar, mientras que a derecha, izquierda y detrás de nosotros se elevan las montañas. La vista es encantadora, el silencio sepulcral, solo roto por el suave murmullo del arroyo. Las mujeres del pueblo son bonitas, algunas hermosas, un hecho que no pasa desapercibido desde el punto de vista artístico. Mientras seamos humanos no podemos dejar de admirar la belleza, ya sea en las cosas animadas o inanimadas. Así que a las diez ventajas de mi amiga de Agaete; valle, clima, frutas, pescado, cascada de agua, iglesia, aguas minerales, cementerio guanche, buen puerto y carretera en construcción, permítanme agregar una undécima, bellas mujeres."
Así describe Agaete la escritora de viajes británica Olivia Stone, en su libro "Tenerife y sus seis satélites", tras su visita a la villa a finales del siglo XIX.
Este es el Agaete que en 1910, encuentra el joven licenciado en medicina y cirugía Tomás Morales Castellano, cuando recién acabada la carrera, con 26 años llega a la villa para sustituir al convaleciente médico titular D. Sebastián Petit. La enfermedad del médico se agrava, falleciendo el Doctor Petit el 10 de marzo de 1911.
Tumba del médico titular D. Sebastián Petit, en el cementerio parroquial de Agaete.
El pleno del ayuntamiento celebra sesión extraordinaria al día siguiente 12 de marzo de 1911, acordando que D. Tomás Morales continúe como médico de las familias del pueblo, acordándose solicitar su titularidad.
El joven médico se gana la confianza del vecindario, su extremada generosidad; cobrando sus visitas solo cuando los enfermos tenían medios, le hizo ganarse el aprecio y la simpatía de los agaetenses. El salario apenas le daba para mantenerse y mantener su caballo, que además de su pasión era su vehículo para dirigirse a los caseríos más alejados o aislados de la villa cuando era solicitada su presencia para atender un enfermo.
Hizo grandes amistades en el pueblo, entre otros el joven farmacéutico titular D. Narciso Burell de Magro y D. Cirilo Armas Galván, hermano del que fue alcalde "Pepito Armas", que le acompañaban cuando tenía que visitar enfermos en sitios aislados.
Desde el primer momento se integró en la vida social de la villa, formando parte de la junta local de primera enseñanza, órgano parecido a los actuales consejos escolares, preocupado por la enseñanza y alfabetización de los niños de la época.
El 19 de diciembre de 1911, fue elegido presidente de la "sociedad recreativa la luz", donde además colabora en el grupo de teatro que organiza su amigo Cirilo Armas Galvan.
Desde el primer momento se integró en la vida social de la villa, formando parte de la junta local de primera enseñanza, órgano parecido a los actuales consejos escolares, preocupado por la enseñanza y alfabetización de los niños de la época.
El 19 de diciembre de 1911, fue elegido presidente de la "sociedad recreativa la luz", donde además colabora en el grupo de teatro que organiza su amigo Cirilo Armas Galvan.
Tomás, aunque la tenía algo abandonada en los últimos años, era un apasionado de la poesía desde su niñez y había obtenido varios premios en certámenes literarios. Parece que como le sucede a la mayoría de los escritores, atravesó una etapa de falta de inspiración y esa inspiración le llegó con el amor.
En la calle la Concepción de la villa, en una vivienda sita donde se encuentra el actual casino, "Sociedad la Luz", vivía una jovencita de apenas 16 años de nombre Leonor, hija única de Graciliano Ramos Medina y de Ana María de Armas Merino, siendo sus padres acaudalados propietarios de tierras, sobrina nieta del polifacético alcalde del siglo XIX, don Antonio de Armas Jiménez.
Con dichas familias trabajaron toda su vida como sirvientas y niñeras mi abuela "Nina" y mi bisabuela "María del Pino", primero con Doña Ana, madre de Leonor, después con la propia Leonor y más tarde con su prima Doña Inés de Armas, en la Fuente Santa.
En mi casa crecimos escuchando muchas historias y anécdotas de los Armas, como la de que cuando llegó procedente de la península a mediados del siglo XIX, por encargo de la familia de Armas, la imagen de la virgen de los Dolores que se venera en la parroquia de la Concepción, en el arcón como protección, venía rellenado de juguetes y golosinas para los más pequeños de la familia.
En mi casa crecimos escuchando muchas historias y anécdotas de los Armas, como la de que cuando llegó procedente de la península a mediados del siglo XIX, por encargo de la familia de Armas, la imagen de la virgen de los Dolores que se venera en la parroquia de la Concepción, en el arcón como protección, venía rellenado de juguetes y golosinas para los más pequeños de la familia.
Leonor Ramos de Armas
El apuesto y joven médico Tomás, le gustaba pasear a caballo por las calles del pueblo en sus ratos libres, en una de esas cabalgaduras cruzó la mirada con la joven Leonor, que se encontraba asomada en uno de los amplios ventanales de su casa, según contaba mi abuela le dijo; "me voy a casar contigo".
Surgió la chispa del amor entre ambos, parece que en principio los Armas no consideraban al médico buen partido, pues su aspecto algo desaliñado y bohemio, chocaba con sus principios y posición social, acostumbrados a los casamientos de sus herederos con otros grandes propietarios de tierras para ampliar sus posesiones.
Leonor y Tomas intercambiaban notas a través de mi abuela. Al final triunfó el amor y formalizaron la relación.
El enamoramiento, los paseos por esa maravilla de la botánica llamado "huerto de las flores", propiedad de la familia materna de Leonor, y la insistencia de esta de que retomara la poesía, obran el milagro y Tomás vuelve a crear versos tras más de cinco años de inactividad.
Poema dedicado a su esposa Leonor.
El lunes 19 de enero de 1914, a las dos de la tarde, Tomás y Leonor contraen matrimonio, el casorio se celebra en la intimidad de la vivienda de Doña Leonor en la calle la Concepción, donde se traslada el cura y el amigo de Tomás, el farmacéutico Narciso Burell, delegado por el juez de paz para certificar el matrimonio. No hay invitados, solo asisten los familiares más directos, con la ausencia del padre del novio y la madre de la novia ya fallecidos.
Así consta el acta matrimonial de la parroquia de Agaete:
Boda en el salón de la casa de la novia.
Así consta el acta matrimonial de la parroquia de Agaete:
"En la Parroquia de Nuestra Señora de la Concepción, Villa de Agaete de Gran Canaria, a diecinueve de Enero de mil novecientos catorce. Yo el infrascrito Don Virgilio Quesada Saavedra, Cura párroco ecónomo de la misma, casé por palabras de presente a Don Tomás Morales Castellano con Doña Leonor Ramos Armas, ambos de estado solteros, el primero Licenciado en Medicina y Cirugía y médico titular de esta Villa, natural del pueblo de Moya y de veintinueve años de edad, hijo legítimo de Don Manuel Morales González, difunto y de Doña Tomasa Castellano y Villa; y la segunda, natural y vecina de esta referida Villa, propietaria y de diecinueve años de edad, hija legítima de Don Graciliano Ramos Medina y de Doña Ana de Armas Merino, difunta; habiendo precedido todos los requisitos exigidos para la validez y legitimidad de este matrimonio. Fueron testigos presenciales del acto Don Graciliano Ramos Medina y Doña Tomasa Castellano y Villa, padre y madre, respectivamente de los contrayentes, aquel de esta vecindad y esta de Las Palmas; y ambos propietarios. En prueba de lo cual firmo la presente partida. Virgilio Quesada, cura párroco".
Fotografía de la boda de Tomás y Leonor.
Acta de matrimonio de Doña Leonor Ramos de Armas y Don Tomás Morales Castellano.
Comienzan las tertulias en el "huerto de las flores", Néstor y Claudio de la Torre, Saulo Torón, Alonso Quesada, Rafael Cabrera, Nicolás Massieu, Luis Doreste Silva..., poetas, artistas, médicos y periodistas visitan a Tomás Morales y amenizan las agradables conversaciones.
Tertulia en el Huerto de Las Flores (1916): Antonio Abad Ramos Medina, Eladio Moreno Durán, Tomás Morales Castellano con su hijo Tomás Morales Ramos, Rafael Romero Quesada (“Alonso Quesada”), Graciliano Ramos Medina con su nieto Graciliano Morales Ramos, Rafael Cabrera Suárez, Saulo Torón Navarro, Claudio de la Torre Millares, Manuel González Cabrera, Francisco de Armas Merino, la joven del fondo, posiblemente mi abuela Faustina, cuidadora de los niños de Don Tomás.
Tomás es nombrado en septiembre de 1913, médico habilitado de sanidad exterior en el puerto de Agaete, lo que le hace pasar muchas horas paseando y contemplando el mar mientras ejerce su labor de inspección de pasajeros y mercancías del entonces bullicioso puerto de Agaete. En esos años Tomás comienza a escribir y recopilar buena parte de los poemas relacionados con el mar y sus hombres, los puertos, las olas, el atlántico, el Teide..., que luego serían plasmados en sus célebre libro "Las Rosas de Hércules". No me cabe duda que el idílico paisaje del Puerto de Las Nieves, las olas y el mar de Agaete, fueron fuentes de su inspiración.
El nombramiento de médico de sanidad exterior en el Puerto de Agaete, en la prensa de Tenerife.
Son años tranquilos, nacen sus cuatro hijos. Tomás cambia el caballo por un coche, toda una novedad, es de los primeros vehículos particulares que se ven circular por la villa, cargado de poetas y amigos.
D. Tomas al volante de su vehículo en la carretera de las Nieves, con sus amigos de las tertulias. (Foto FEDAC)
Doña Leonor con uno de sus hijos en la azotea de su casa de Agaete, sobre 1915. (Foto FEDAC)
Telegrama de 19 de marzo de 1919, del subdelegado de medicina, en el que piden al ayuntamiento informe de las deudas con el médico titular (Archivo municipal de Agaete).
El día 13 de marzo de 1919, el poeta presenta un escrito en el ayuntamiento renunciando a su plaza de médico, ese mismo día el pleno del ayuntamiento reunido en sesión ordinaria, acuerda aceptar la renuncia, así consta en el libro de actas:
"...Y así mismos se acordó hacer constar en el acta el sentimiento de la Corporación por la ausencia y renuncia del Médico Titular D. Tomás Morales Castellano, cuyo cargo ha desempeñado bien y fielmente a entera satisfacción del Ayuntamiento y vecindario en general, dentro del cumplimiento de su deber".
Tomás y la familia marcha a Las Palmas donde instalan en una vivienda sita en la calle Pérez Galdós, a los pocos meses es nombrado vicepresidente del Cabildo de Gran Canaria y publica su libro "las rosas de Hércules", que es una revolución literaria en todo el país, consagrándose como uno de los mejores poetas modernistas en lengua castellana de la época.
Las Rosas de Hércules, tomos I y II.
Acta de 25 de julio de 1920, en que se acuerda renombrar la plaza de Andamana con el nombre de Plaza de Tomás Morales. (A.M.A)
El 25 de Julio el pleno del ayuntamiento de Agaete, delibera sobre la solicitud vecinal, habiéndose previamente retirado el Alcalde D. Graciliano Ramos y el Teniente Alcalde D. Francisco de Armas Merino, suegro y tío político respectivamente de D. Tomás, para que el resto del pleno delibere con total libertad. Acordándose por unanimidad acceder a la petición de los vecinos, procediéndose al cambio y rotulación de la nueva plaza de inmediato.
Actual Plaza de Tomas Morales de Agaete, antes plaza Andamana.
Poco tiempo después, cuando le sonreía la felicidad del hogar y su genio estaba enriqueciendo nuestra literatura con sus creaciones poéticas, los problemas de salud de D. Tomás Morales se agravan y el 15 de Agosto de 1921, las campanas de Agaete doblan a muerto, murió el poeta a la temprana edad de 36 años. La noticia tiñó de dolor y tristeza la villa, todos lo recordaban como aquel médico que nunca dejó de atender una dolencia, sin importarle ricos o pobres.
El pleno del ayuntamiento se reunió en sesión ordinaria el día 19 de agosto de 1921, acuerda levantar la sesión en señal de duelo y trasladar en nombre del pueblo de Agaete su pésame a la familia por tan dolorosa perdida.
Acta de la sesión plenaria del ayuntamiento de Agaete, donde se acuerda levantar la sesión en señal de duelo y trasladar el dolor y pesar del pueblo por la muerte del poeta. (A.M.A.)
Tomas Morales en su lecho de muerte. (FEDAC)
Doña Leonor siguió visitando frecuentemente su pueblo natal hasta su muerte en 1948, gestionando sus tierras y propiedades.
Nunca dejo de visitar a las que fueron sus fieles sirvientas y cuidadoras de sus hijos pequeños, mi bisabuela y abuela, dejando dicho a sus mayordomos de las fincas, que nunca le faltaran frutas y verduras y así fue mientras ella vivió.
Mi familia conservó durante cerca de cien años un regalo que le hizo la "Señorita Leonor" a mi bisabuela, un libro de misa impreso en 1871, y que por expreso deseo de mi madre Andrea Suárez García, tras su fallecimiento fue entregado a la nieta mayor de D. Tomás Morales y Leonor Ramos, conservándolo en la actualidad su biznieta Leonor Valle Morales, una apasionada de los recuerdos de sus bisabuelos.
Imágenes del libro de misa, regalo de Doña Leonor Ramos de Armas a mi bisabuela María del Pino.
La familia Morales Ramos sigue muy vinculada a la Villa de Agaete, donde viven en la actualidad muchos de sus descendientes.
Agaete le rindió homenaje dedicándole un monumento junto a sus dos compañero y "las olas del mar", los poetas Alonso Quesada y Saulo Torón, obra del insigne escultor de la villa D. José de Armas Medina, primo de la esposa del poeta.
Galería de fotos y artículos de prensa, relativos a D. Tomás Morales y Doña Leonor Ramos (Fotos FEDAC):
En las escalinatas del muelle viejo.
Su amigo Cirilo Armas Galván.
En la playa de Agaete con sus amigos.
Alonso Quesada en la azotea de la casa de Tomas.
Con su hijo Tomas, en la punta del muelle viejo.
Calle principal de Agaete y vivienda de Leonor a principios del siglo XX. (A.M.A.)
Leonor Ramos de Armas
Los poetas y sus amigos.
Detalle de la foto de la boda.
El cura que los casó D. Virgilio Quesada Saavedra.(1864-1920)
Tomas al microscopio (FEDAC)
Su muerte en la prensa de la época.
Sello médico de D. Tomas.
Saludo y foto dedicada a su amigo Saulo Toron.
Poema inédito escrito en una receta médica, propiedad de la familia de Armas Medina.
Don Graciliano Ramos Medina, suegro del poeta con dos de sus nietos. (familia de Armas)
El suegro del poeta Graciliano Ramos y una señora en el huerto de las flores de Agaete.
La casa del poeta en Agaete, su hermana Guillermina y su esposa Leonor, 1915.
Mi abuela Faustina, 1895-1980, creemos que puede ser la que aparece detrás de los poetas en la foto de 1916, del Huerto de las flores, ya que están presente dos niños pequeños de D. Tomás Morales y ella era quien los cuidaba.
Mi bisabuela María del Pino, 1877-1958, toda su vida al servicio de los Armas.
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Espectacular me gusta estas historias tan llenas de vida y sabiduria muchas gracias Pepe
ResponderEliminarGracias a ti por leerlos Paco.
ResponderEliminarPrecioso y esmerado relato, un trozo de historia de nuestra tierra. Muy importante recordar nuestro pasado para poder caminar a nuestro futuro. Gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias por este tesoro. De uno de los bisnietos de Tomás Morales.
ResponderEliminarMaravilloso que compartas esta historia con el mundo!!
ResponderEliminarMe ha encantado leerlo, desde Tenerife buscando información sobre el poeta.