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viernes, 31 de marzo de 2017

D. JOSÉ DE ARMAS MEDINA, UN HOMBRE NO SUFICIENTEMENTE VALORADO.


Si tuviera  que elegir un personaje importante en la historia moderna de Agaete, no tendría ninguna duda, D. José de Armas Medina, artista como ninguno, autodidacta, político sin bajezas, apasionado de su pueblo y de su patria, la chica y la grande, hombre excepcional, sencillo, todo un caballero.
“Me duele España”,  “¡Soy Español!, Español de nacimiento, de educación, de cuerpo, de espíritu, de lengua y hasta de profesión y oficio; Español sobre todo y ante todo", estas palabras de Unamuno las hacía suya D. José de Armas, era ante todo un patriota, muy creyente.
Tuve la suerte de tener su amistad en los últimos diez  años de su vida que coincidieron con mi etapa profesional en Agaete, de compartir cada doce de octubre la festividad de nuestra patrona la virgen del Pilar, por la que sentía una gran devoción, a la que siempre acudía, primero en compañía de su esposa Doña Pilar y en sus últimos tiempos de su hija, con las que mantenía una eterna discusión por el número de güisquis que le dejaban tomar, nunca faltó a la cita mientras le acompañó la salud.

Con D. José de Armas,  principio de los años noventa, en el huerto de las flores, homenaje a los policías locales jubilados. 

Cuando el terrorismo de ETA nos golpeaba, la primera llamada de condolencia y ánimo que recibía era la de él, cosa que en esos momentos tan duros para la familia de la Guardia Civil era digno de agradecer. 
No pretendo hacer ninguna biografía, ya existen y muy completas, pretendo contar su historia y el importante legado que dejó al pueblo de Agaete.
D. José de Armas nace en "la casa de los Armas", actual Ayuntamiento de Agaete, el 27 de marzo de 1913, en la villa pasa los primeros ocho años de su vida, hasta que su padre decide llevarse toda la familia para Las Palmas. Nunca perdieron el contacto con el pueblo, donde pasaban los veranos y vacaciones escolares, regresó definitivamente tras su jubilación y el el cementerio parroquial de la villa reposan sus restos para la eternidad.
La tragedia de la guerra civil y sus horrores le marca para el resto de su vida, le pilla en Madrid, estudiando arquitectura. Está en el bando equivocado según las enseñanzas que había recibido y la fe que profesaba. Intenta salir de Madrid refugiándose en la embajada de Finlandia, en las puertas es detenido y trasladado a la Dirección General de Seguridad. La fortuna le sonríe, pocos días después la embajada es asaltada por milicianos y asesinados todos los refugiados.
Tras quince días de detención, las gestiones de sus familiares madrileños consiguen ponerlo en libertad y esconderlo en casa de un tío suyo. Harto de estar escondido, en vista que la guerra se alargaba y las tropas de Franco no llegaban, cuando se entera que su quinta es movilizada por la república, por lealtad geográfica, por salvar el pellejo y por no poner en riesgo el de su familia que le escondía, sin convencimiento se alista en el "ejército rojo" el 1 de marzo de 1937, convirtiéndose en el único culeto, al menos tengamos conocimiento, que "combatió" en el frente a las tropas de Franco, encuadrado en la 42 brigada mixta, 166 batallón, 2ª Compañía. 
Al ser estudiante universitario y buen dibujante, hace labores de enseñanza, de propaganda y actividades artísticas para el bando republicano.
Un incidente con sus compañeros y su republicanismo de última hora, hacen que le mande a primera línea del frente en la ciudad universitaria de Madrid.


Trincheras republicanas de la Ciudad Universitaria de Madrid.

Su mayor angustia fue pensar que en las trincheras del otro lado de la Casa de Campo, hacia donde ellos disparaban y de donde les caían las bombas, se encontrara algunos de sus hermanos, todos movilizados en el ejército de Franco, Gabriel, Paquico médico militar, Juan, padre del escritor y académico JJ, Armas Marcelo o Fernando. Me contó en una ocasión que rezaba a escondidas, pues ya había visto fusilar a más de uno por rezar.
Fue herido por un obús de mortero en una pierna, lo que le llevó al hospital donde pasó el último año de la guerra, librándose de la carnicería que se formó en el frente de la Ciudad Universitaria, cuando fue asaltado por el ejército nacional.
En el hospital fue encontrado por su hermano Juan, Teniente de milicias, una vez ocupado Madrid, quedó incorporado a un batallón mixto hispano-italiano, donde era oficial su hermano. En julio de 1939, es desmovilizado, regresando a Canarias.
Su obra artística es muy extensa, desde sus primeras caricaturas, sus primeros bustos escultóricos, decenas de tallas religiosas hasta su obra cumbre, Santa Ana y la virgen niña, que preside el altar mayor de la catedral de Las Palmas.


¿Porqué lo considero el agaetense más importante?.
¿Qué cosas son importante para un agaetense?, nuestra virgen de las Nieves, nuestras fiesta de la rama, el Huerto de las flores,... ya nadie imagina la virgen de las Nieves sin ese trono lleno de elementos marineros o los  dos ángeles que sobre una nube la suben en volandas al pueblo cada cinco de agosto, obra de nuestro insigne escultor. Nadie imagina una rama sin esa tradición que él comenzó, realizando los papagüevos que representa a personajes conocidos y carismáticos del pueblo, como "Megui", el pupulo, el paletú, la pelica, Vicentillo, el carila,... todos realizados por José de Armas y que ahora sigue con esa tradición Rosendo Martín, que colaboró con él un tiempo. No se puede imaginar la semana Santa de la villa sin ese Cristo con la cruz a cuesta, obra del escultor o la virgen de los Dolores, donada al pueblo por la familia de Armas.


Ya no se puede comprender nuestro paisaje sin la estatua de Lorenzo Godoy, la de su padre, D. Francisco de Armas, decapitado en la puerta del ayuntamiento o la de los tres poetas, todas obras de nuestro predilecto hijo, José de Armas. 
La venta de su propiedad, el huerto de  las flores al ayuntamiento de Agaete, cuando podía haberlo vendido en el mercado a mejor precio, hizo que hoy todo el pueblo pueda disfrutar de ese hermoso jardín.
Siempre fue un luchador polémico, en los años sesenta del pasado siglo creó el CIT (Centro de Iniciativas y Turismo) de Agaete, para atraer visitantes y fomentar esa fuente de riqueza.
Luchó como nadie por la carretera y variante de la Cuesta de Silva. No tengo dudas de que si la madre del cordero en conseguir la construcción de la variante fue el CIT, el padre del cordero fue D. José de Armas Medina, junto con D. José Antonio García Álamo, y en menor medida los alcaldes de Guía, Galdar y Agaete.


El Eco de Canarias, 29 de marzo de 1971.

Se cuenta una anécdota, que cuando el ministro de obras públicas vino a la isla con ocasión de inaugurar la carretera del Rincón a Bañaderos,  consiguieron que llegará hasta la Aldea para que vieran las peligrosas comunicaciones que tenía la zona, a D. José no se le ocurre otra idea que ponerse de acuerdo con el alcalde de Guía para que tres camiones cargados de plátanos estén preparados al comienzo de la Cuesta de Silva y a la vista de la comitiva ministerial arrancaran para que el ministro viera la realidad diaria de los usuarios de la vía, la guardia civil se las vio y deseó para abrir paso a la caravana de la autoridad, nada más llegar a Madrid el ministro libró siete millones de pesetas para iniciar el proyecto de los puentes. D. José se llevo una reprimenda del gobernador Civil del momento, que rápidamente supo que detrás de lo de los camiones estaba él.

En los años sesenta al párroco de la villa, D. Teodoro, no se le ocurre otra cosa ante el deterioro que sufre la ermita de las Nieves, que proponer la disparatada idea de la demolición, excepto la parte del presbítero y la construcción de un templo nuevo mayor. Empieza un rife y rafe donde D. José de Armas contrario a la propuesta de la iglesia, maniobra con sus allegados y logra la declaración de monumento histórico provincial de la ermita en tiempo récord, con fecha 5 de abril de 1971, por lo que consigue que solo se puedan hacer obras de conservación y restauración en la edificación, paralizando las intenciones de la iglesia.
Otras de sus luchas  y polémicas fue la defensa del puerto deportivo comercial de Las Nieves, que levantó pasiones en la villa, encabezó las manifestaciones, movilizó a los pescadores y a todo el pueblo, tuvo la suerte de verlo culminado.

Portada diario la Falange 12 de octubre de 1954, dibujo realizado por D. José de Armas.

En 1983, siguiendo la tradición de Los Armas, se presenta nuevamente a la alcaldía de Agaete por el partido Alianza Popular, esta vez gana y preside el ayuntamiento. En el primer pleno renuncia a cualquier remuneración, cosa que hacen todos sus concejales,  son tiempos difíciles,  el presupuesto apenas da para pagar los empleados y los problemas de abastecimiento de agua agobian la localidad. 
Su obra más emblemática es el paseo de los Poetas del puerto de Las Nieves, sus presiones hacen que el nuevo refugio pesquero y muelle comercial se haga realidad, las fiestas se potencian . El 30 de junio de 1987, da por finalizada esta etapa y abandona la política.
A pesar de ser un hombre acomodado, nunca hizo ostentación de riqueza, vivía de forma sencilla con su pequeño utilitario que le traía y llevaba al Angosto, en sus últimos años donaba la mayor parte de su pensión a Caritas, era un creyente fervoroso.
El 29 de diciembre de 1995, el ayuntamiento de Agaete, en un acto celebrado en su querido huerto de las flores, le nombra hijo predilecto de la villa.
Fallece en su domicilio del "Angosto", el 18 de diciembre de 1996.
D. José de Armas siempre se consideró un liberal de derechas, si bien siempre le escuché llamar a la Guerra Civil, guerra de liberación o cruzada, le dolía no haber podido luchar en las filas franquistas como sus hermanos, lo único que le interesaba de su etapa en el "Ejército Rojo", era que le había valido para sumar un trienio más a su pensión de jubilación y eso no es de muy liberal.
Hay quien dice que para triunfar en el mundo del arte hay que ser de izquierdas, quizás esa sea la razón por la que no se le ha valorado suficientemente desde mi punto de vista.

1996, inauguración de la avenida que lleva su nombre en el Puerto de Las Nieves.


D. José De Armas Medina con su familia. (FEDAC)



Bibliografía consultada;
El Imaginero José de Armas García (Javier Campos Oramas 2008)
Prensa de la época
Mis recuerdos.


viernes, 17 de marzo de 2017

TOMAS MORALES, EL POETA DE LAS OLAS, AGAETE 1910-1919.


Calle principal de Agaete a principios del siglo XX, a la derecha la vivienda de dos pisos con balcón, la casa de Dña. Leonor Ramos de Armas y Tomás Morales, actual casino "la luz".

"Una larga calle solitaria, el pueblo transcurre perpendicular al mar, casas de una sola planta y de techo plano, con la única excepción al final de la calle, la casa de D. Antonio de Armas (actual ayuntamiento)... Allá abajo, al final del valle se encuentra el mar, mientras que a derecha, izquierda y detrás de nosotros se elevan las montañas. La vista es encantadora, el silencio sepulcral, solo roto por el suave murmullo del arroyo. Las mujeres del pueblo son bonitas, algunas hermosas, un hecho que no pasa desapercibido desde el punto de vista artístico. Mientras seamos humanos no podemos dejar de admirar la belleza, ya sea en las cosas animadas o inanimadas. Así que a las diez ventajas de mi amiga de Agaete; valle, clima, frutas, pescado, cascada de agua, iglesia, aguas minerales, cementerio guanche, buen puerto y carretera en construcción, permítanme agregar una undécima, bellas mujeres."
Así describe Agaete la escritora de viajes británica Olivia Stone, en su libro "Tenerife y sus seis satélites", tras su visita a la villa a finales del siglo XIX.

Este es el Agaete que en 1910, encuentra el joven licenciado en medicina y cirugía Tomás Morales Castellano, cuando recién acabada la carrera, con 26 años llega a la villa para sustituir al convaleciente médico titular D. Sebastián Petit. La enfermedad del médico se agrava, falleciendo el Doctor Petit el 10 de marzo de 1911.
Tumba del médico titular D. Sebastián Petit, en el cementerio parroquial de Agaete.


El pleno del ayuntamiento celebra sesión extraordinaria al día siguiente 12 de marzo de 1911, acordando que D. Tomás Morales continúe como médico de las familias del pueblo, acordándose solicitar su titularidad.


Acta del pleno de 12 de Marzo de 1911, donde se comunica la muerte del médico titular y se acuerda la continuidad de D. Tomás  y la publicación de la vacante.(Archivo municipal de Agaete)

El joven médico se gana la confianza del vecindario, su extremada generosidad; cobrando sus visitas solo cuando los enfermos tenían medios, le hizo ganarse el aprecio y la simpatía de los agaetenses. El salario apenas le daba para mantenerse y mantener su caballo, que además de su pasión era su vehículo para dirigirse a los caseríos más alejados o aislados de la villa cuando era solicitada su presencia para atender un enfermo.

El joven médico Tomas Morales. (FEDAC)

Hizo grandes amistades en el pueblo, entre otros el joven farmacéutico titular D. Narciso Burell de Magro y D. Cirilo Armas Galván, hermano del que fue alcalde "Pepito Armas", que le acompañaban cuando tenía que visitar enfermos en sitios aislados. 
Desde el primer momento se integró en la vida social de la villa, formando parte de la junta local de primera enseñanza, órgano parecido a los actuales consejos escolares, preocupado por la enseñanza y alfabetización de los niños de la época. 
El 19 de diciembre de 1911, fue elegido presidente de la "sociedad recreativa la luz", donde además colabora en el grupo de teatro que organiza su amigo Cirilo Armas Galvan.



Tomás, aunque la tenía algo abandonada en los últimos años, era un apasionado de la poesía desde su niñez y había obtenido varios premios en certámenes literarios. Parece que como le sucede a la mayoría de los escritores, atravesó una etapa de falta de inspiración y esa inspiración le llegó con el amor.

En la calle la Concepción de la villa, en una vivienda sita donde se encuentra el actual casino, "Sociedad la Luz", vivía una jovencita de apenas 16 años de nombre Leonor, hija única de Graciliano Ramos Medina y de Ana María de Armas Merino, siendo sus padres acaudalados propietarios de tierras, sobrina nieta del polifacético alcalde del siglo XIX, don Antonio de Armas Jiménez.
Con dichas familias trabajaron toda su vida como sirvientas y niñeras mi abuela "Nina" y mi bisabuela "María del Pino", primero con Doña Ana, madre de Leonor, después con la propia Leonor y más tarde con su prima Doña Inés de Armas, en la Fuente Santa. 
En mi casa crecimos escuchando muchas historias y anécdotas  de los Armas, como la de que cuando llegó procedente  de la península a mediados del siglo XIX, por encargo de la familia de Armas, la imagen de la virgen de los Dolores que se venera en la parroquia de la Concepción, en el arcón como protección, venía rellenado de juguetes y golosinas para los más pequeños de la familia.




Leonor Ramos de Armas


El apuesto y joven médico Tomás, le gustaba pasear a caballo por las calles del pueblo en sus ratos libres, en una de esas cabalgaduras cruzó la mirada con la joven Leonor, que se encontraba asomada en uno de los amplios ventanales de su casa, según contaba mi abuela le dijo; "me voy a casar contigo". 
Surgió la chispa del amor entre ambos, parece que en principio los Armas no consideraban al médico buen partido, pues su aspecto algo desaliñado y bohemio, chocaba con sus principios y posición social, acostumbrados a los casamientos de sus herederos con otros grandes propietarios de tierras para ampliar sus posesiones. 
Leonor y Tomas intercambiaban notas a través de mi abuela. Al final triunfó el amor y formalizaron la relación.

El enamoramiento, los paseos por esa maravilla de la botánica llamado "huerto de las flores", propiedad de la familia materna de Leonor,  y la insistencia de esta de que retomara la poesía, obran el milagro y Tomás vuelve a crear versos tras más de cinco años de inactividad. 
Poema dedicado a su esposa Leonor.

El lunes 19 de enero de 1914, a las dos de la tarde, Tomás y Leonor contraen matrimonio, el casorio se celebra en la intimidad de la vivienda de Doña Leonor en la calle la Concepción, donde se traslada el cura y el amigo de Tomás, el farmacéutico Narciso Burell, delegado por el juez de paz para certificar el matrimonio. No hay invitados, solo asisten los familiares más directos, con la ausencia del padre del novio y la madre de la novia ya fallecidos.
Boda en el salón de la casa de la novia. 

Así consta el acta matrimonial de la parroquia de Agaete:

"En la Parroquia de Nuestra Señora de la Concepción, Villa de Agaete de Gran Canaria, a diecinueve de Enero de mil novecientos catorce. Yo el infrascrito Don Virgilio Quesada Saavedra, Cura párroco ecónomo de la misma, casé por palabras de presente a Don Tomás Morales Castellano con Doña Leonor Ramos Armas, ambos de estado solteros, el primero Licenciado en Medicina y Cirugía y médico titular de esta Villa, natural del pueblo de Moya y de veintinueve años de edad, hijo legítimo de Don Manuel Morales González, difunto y de Doña Tomasa Castellano y Villa; y la segunda, natural y vecina de esta referida Villa, propietaria y de diecinueve años de edad, hija legítima de Don Graciliano Ramos Medina y de Doña Ana de Armas Merino, difunta; habiendo precedido todos los requisitos exigidos para la validez y legitimidad de este matrimonio. Fueron testigos presenciales del acto Don Graciliano Ramos Medina y Doña Tomasa Castellano y Villa, padre y madre, respectivamente de los contrayentes, aquel de esta vecindad y esta de Las Palmas; y ambos propietarios. En prueba de lo cual firmo la presente partida. Virgilio Quesada, cura párroco".


Fotografía de la boda de Tomás y Leonor.


Acta de matrimonio  de Doña Leonor Ramos de Armas y Don Tomás Morales Castellano.



Comienzan las tertulias en el "huerto de las flores", Néstor y Claudio de la Torre, Saulo Torón, Alonso Quesada, Rafael Cabrera, Nicolás Massieu, Luis Doreste Silva..., poetas, artistas, médicos y periodistas visitan a Tomás Morales y amenizan las agradables conversaciones.




Tertulia en el Huerto de Las Flores (1916): Antonio Abad Ramos Medina, Eladio Moreno Durán, Tomás Morales Castellano con su hijo Tomás Morales Ramos, Rafael Romero Quesada (“Alonso Quesada”), Graciliano Ramos Medina con su nieto Graciliano Morales Ramos, Rafael Cabrera Suárez, Saulo Torón Navarro, Claudio de la Torre Millares, Manuel González Cabrera, Francisco de Armas Merino, la joven del fondo, posiblemente mi abuela Faustina, cuidadora de los niños de Don Tomás.


Tomás es nombrado en septiembre de 1913, médico habilitado de sanidad exterior en el puerto de Agaete, lo que le hace pasar muchas horas paseando y contemplando el mar mientras ejerce su labor de inspección de pasajeros y mercancías del entonces bullicioso puerto de Agaete. En esos años Tomás comienza a escribir y recopilar buena parte de los poemas relacionados con el mar y sus hombres, los puertos, las olas, el atlántico, el Teide..., que luego serían plasmados en sus célebre libro "Las Rosas de Hércules". No me cabe duda que el idílico paisaje del Puerto de Las Nieves, las olas y el mar de Agaete, fueron fuentes de su inspiración.


El nombramiento de médico de sanidad exterior en el Puerto de Agaete, en la prensa de Tenerife.

Son años tranquilos, nacen sus cuatro hijos. Tomás cambia el caballo por un coche, toda una novedad, es de los primeros vehículos particulares que se ven circular por la villa, cargado de poetas y amigos.




D. Tomas al volante de su vehículo en la carretera de las Nieves, con sus amigos de las tertulias. (Foto FEDAC)

Doña Leonor con uno de sus hijos en la azotea de su casa de Agaete, sobre 1915. (Foto FEDAC)

Tomas aspira a ser una figura en la poesía y tiene inquietudes políticas, aspiraciones que en un pequeño pueblo muy alejado de la capital no podía satisfacer, además parece que el ayuntamiento paga tarde y mal.



Telegrama de 19 de marzo de 1919, del subdelegado de medicina, en el que piden al ayuntamiento informe de las deudas con el médico titular (Archivo municipal de Agaete).

El día 13 de marzo de 1919, el poeta presenta un escrito en el ayuntamiento renunciando a su plaza de médico, ese mismo día el pleno del ayuntamiento reunido en sesión ordinaria, acuerda aceptar la renuncia, así consta en el libro de actas:
"...Y así mismos se acordó hacer constar en el acta el sentimiento de la Corporación por la ausencia y renuncia del Médico Titular D. Tomás Morales Castellano, cuyo cargo ha desempeñado bien y fielmente a entera satisfacción del Ayuntamiento y vecindario en general, dentro del cumplimiento de su deber".
Tomás y la familia marcha a Las Palmas donde instalan en una vivienda sita en la calle Pérez Galdós, a los pocos meses es nombrado vicepresidente del Cabildo de Gran Canaria y publica su libro "las rosas de Hércules", que es una revolución literaria en todo el país, consagrándose como uno de los mejores poetas modernistas en lengua castellana de la época.
Las Rosas de Hércules, tomos I y II.


En julio de 1920, el pueblo de Agaete no ajeno al éxito de D. Tomás Morales, recogió firmas que presenta en el ayuntamiento, solicitando que para perpetuar su recuerdo a las futuras generaciones, la plaza "Andamana", sita en el centro del pueblo, próxima al domicilio familiar que ocupó durante su estancia en la villa, se llamé "Plaza de Tomás Morales".
Acta de 25 de julio de 1920, en que se acuerda renombrar la plaza de Andamana con el nombre de Plaza de Tomás Morales. (A.M.A)

El 25 de Julio el pleno del ayuntamiento de Agaete, delibera sobre la solicitud vecinal, habiéndose previamente retirado el Alcalde D. Graciliano Ramos y el Teniente Alcalde D. Francisco de Armas Merino, suegro y tío político respectivamente de D. Tomás, para que el resto del pleno delibere con total libertad. Acordándose por unanimidad acceder a la petición de los vecinos, procediéndose al cambio y rotulación de la nueva plaza de inmediato.


Actual Plaza de Tomas Morales de Agaete, antes plaza Andamana.

Poco tiempo después, cuando le sonreía la felicidad del hogar y su genio estaba enriqueciendo nuestra literatura con sus creaciones poéticas, los problemas de salud de D. Tomás Morales se agravan y el 15 de Agosto de 1921, las campanas de Agaete doblan a muerto, murió el poeta a la temprana edad de 36 años. La noticia tiñó de dolor y tristeza la villa, todos lo recordaban como aquel médico que nunca dejó de atender una dolencia, sin importarle ricos o pobres. 
El pleno del ayuntamiento se reunió  en sesión ordinaria el día 19 de agosto de 1921, acuerda levantar la sesión en señal de duelo y trasladar en nombre del pueblo de Agaete su pésame a la familia por tan dolorosa perdida.
Acta de la sesión plenaria del ayuntamiento de Agaete, donde se acuerda levantar la sesión en señal de duelo y trasladar el dolor y pesar del pueblo por la muerte del poeta. (A.M.A.)


Tomas Morales en su lecho de muerte. (FEDAC)

Doña Leonor siguió visitando frecuentemente su pueblo natal hasta su muerte en 1948, gestionando sus tierras y propiedades.
Nunca dejo de visitar a las que fueron sus fieles sirvientas y cuidadoras de sus hijos pequeños, mi bisabuela y abuela, dejando dicho a sus mayordomos de las fincas, que nunca le faltaran frutas y verduras y así fue mientras ella vivió.
Mi familia conservó durante cerca de cien años un regalo que le hizo la "Señorita Leonor" a mi bisabuela, un libro de misa impreso en 1871, y que por expreso deseo de mi madre Andrea Suárez García, tras su fallecimiento fue entregado a la nieta mayor de D. Tomás Morales y Leonor Ramos, conservándolo en la actualidad su biznieta Leonor Valle Morales, una apasionada de los recuerdos de sus bisabuelos.




Imágenes del libro de misa, regalo de Doña Leonor Ramos de Armas a mi bisabuela  María del Pino.

La familia Morales Ramos sigue muy vinculada a la Villa de Agaete, donde viven en la actualidad muchos de sus descendientes.


Agaete le rindió homenaje dedicándole un monumento junto a sus dos compañero y  "las olas del mar", los poetas Alonso Quesada y Saulo Torón, obra del insigne escultor de la villa D. José de Armas Medina, primo de la esposa del poeta.

Galería de fotos y artículos de prensa, relativos a D. Tomás Morales y Doña Leonor Ramos (Fotos FEDAC):

En las escalinatas del muelle viejo.



Su amigo Cirilo Armas Galván.



En la playa de Agaete con sus amigos.








Alonso Quesada en la azotea de la casa de Tomas.

Con su hijo Tomas, en la punta del muelle viejo.

Calle principal de Agaete y vivienda de Leonor a principios del siglo XX. (A.M.A.)

Leonor Ramos de Armas

Los poetas y sus amigos.

Detalle de la foto de la boda.

El cura que los casó D. Virgilio Quesada Saavedra.(1864-1920)

Tomas al microscopio (FEDAC)


Su muerte en la prensa de la época. 

 Sello médico de D. Tomas.

 Saludo y foto dedicada a su amigo Saulo Toron.


Poema inédito escrito en una receta médica, propiedad de la familia de Armas Medina.


Don Graciliano Ramos Medina, suegro del poeta con dos de sus nietos. (familia de Armas)


El suegro del poeta Graciliano Ramos y una señora en el huerto de las flores de Agaete.


La casa del poeta en Agaete, su hermana Guillermina y su esposa Leonor, 1915.




Mi abuela Faustina, 1895-1980, creemos que puede ser la que aparece detrás de los poetas en la foto de 1916, del Huerto de las flores, ya que están presente dos niños pequeños de D. Tomás Morales y ella era quien los cuidaba.


Mi bisabuela María del Pino, 1877-1958, toda su vida al servicio de los Armas.




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