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martes, 10 de julio de 2018

1894, VISITA DEL MARQUÉS DE AHUMADA.

Agaete 1889.

El 22 de noviembre de 1893, el Teniente General D. Francisco Girón y Aragón, Marqués de Ahumada, se incorpora la Capitanía General de Canarias en Santa Cruz de Tenerife, como Capitán General de las islas.
D. Francisco Girón era hijo del fundador y primer director General de la Guardia Civil D. Francisco Javier Girón y Ezpeleta, Duque de Ahumada.
Excmo. Sr. D. Francisco Girón y Aragón , Marques de Ahumada.

Nada más llegar se dedicó a conocer las islas y a visitar sus pueblos. En la primera semana de julio de 1894, le tocó visitar el norte, el jueves 5 de julio visita Agaete y como no puede ser de otra manera en un pueblo que es fiesta permanente, hizo de la visita una fiesta que relató profusamente la prensa local.
A primera hora de la mañana de aquel día, en medio de una afable y cariñosa despedida la comitiva partió de Galdar rumbo a Agaete, tres carruajes ocupaban al elemento militar y otros tantos por la comitiva civil que les acompañaba, entre otros los alcaldes de Guía, Galdar y Agaete.
Entran en la villa por las "chisqueras", estrenando algunos de los tramos de la nueva carretera a Las Palmas, aun en construcción. Toda la villa salió a recibirlo, aquel día por orden municipal habían dejado las labores para otro momento.
Recuerdo de la visita a la isla.

Tres grandes arcos de lado a lado de la calle Real, hoy León y Castillo, daban la bienvenida al Capitán General, en el primero confeccionado con ramajes se podía leer, "La villa de Agaete al Capitán General",  en el segundo, "el ayuntamiento de Agaete al Marqués de Ahumada" y el tercero artísticamente trabajado con fusiles, cañones y espadas, dedicado al ejército. Todo el pueblo se hallaba engalanado con mástiles con banderas de España.
Al llegar la comitiva a la plaza de Andamana, actual plaza de Tomás Morales, desde el monte de las Peñas o la Cruz, llamado posteriormente y popularmente Gurugú, (A. Cruz y Saavedra, Cañones y Culebrinas) igual que su homónimo sito en las proximidades de Melilla, desde donde las kabilas de Abdelkrim cañonearon la ciudad y masacraban a las tropas españolas, se disparan nueve salvas de ordenanza por dos pequeños cañones o culebrinas, honores que llamaron poderosamente la atención al General y su estado mayor que desconocían que la localidad pudiera tener esas piezas de artillería para salvas. El alcalde Don Matías Ramos Ponce le dio la correspondiente explicación del porqué de los cañones, comprados por los fieles y que se usaban desde tiempos inmemoriales para recibir y despedir con salvas cada cinco de agosto a la Virgen de Las Nieves y anunciar las fiestas. Mientras sonaban las salvas una banda de música hacía sonar los acordes de la marcha real (Himno nacional).  
Después de pasar revista a la sección de reservistas de la milicia local, dependiente del regimiento de Santa María de Guía, las autoridades y el séquito pasaron a tomar un refrigerio en los salones del ayuntamiento.
Posteriormente el General montó a caballo al igual que toda  la comitiva y se dirigieron al Valle, donde en una finca propiedad D. Antonio de Armas y Jiménez, rico hacendado, patricio de la localidad que fue alcalde durante muchos años, a la sombra de una arboleda se sirvió una suculenta comida, pasando en dicho lugar unas agradables horas, donde se contaron agudezas ingeniosas, chistes y se hicieron brindis por el rey y España.
La fiesta se prolongaba, cuando la alegría del vino y el ron de la localidad empezó a hacer efecto, a alguien se le ocurrió la idea de  improvisar un baile campestre, trasladándose los comensales al piso superior de la casa de la finca. Allí se bailó todo lo que se quiso bajo los sones de una parranda, participando desde los oficiales y autoridades, hasta las modestas y simpáticas campesinas de Agaete. El campechano General aplaudió mucho la iniciativa según la prensa de la época. A las cuatro de la tarde se dio por finalizado el jolgorio.
Camino del valle a finales del siglo XIX.

A esa hora la comitiva a caballo y burros, inició el regreso al pueblo, donde retomaron los carruajes para dirigirse en visita al Puerto de Las Nieves, lugar de notable interés militar, como así lo manifestó el General. Tras tomar un refrigerio en la casa que posee en dicho lugar el diputado provincial D. Francisco Bethencour Armas, la cual se había engalanado para la ocasión, visitaron la ermita y la virgen de Las Nieves, regresando al pueblo donde visitaron la parroquia de la Concepción y tras recorrer algunas callejuelas del pueblo se dirigieron al paraje conocido por la gruta del "Caidero", visitando el lugar donde nace el manantial que suministra agua potable a la villa y riega toda la vega baja de Agaete, la gruta en su interior está formada por exuberante vegetación, (fue destruida por el temporal ocurrido el 19 de febrero de 1896) el Marques de Ahumada quedó prendado de dicho lugar.

El manantial del caidero de los chorros, finales del siglo XIX.


Por la noche se celebró la cena oficial en los recién terminados salones del ayuntamiento, (el ayuntamiento se encontraba en la plaza Tenesor, entre la actual panadería la esquina y el despacho de loterías, fue destruido por un incendio el 22-09-1910). Preside el salón un gran y bien pintado retrato de su majestad el Rey D. Alfonso XIII, obra del pintor Nicolás Massieu.
Tras la cena se trasladaron a un jardín próximo, actual huerto de las flores, iluminado a la veneciana, (Farolillos de papel iluminados con luz de velas o de gas) propiedad de Don Antonio de Armas, donde degustaron el café del país, debajo de las propias plantas que lo producen.
Se pronunciaron oportunos y patrióticos brindis por los generales, diputados provinciales señores Bento, Bautista y Bethencourt Armas, Alcalde de Guía Sr. Bautista, párrocos de Guía y Galdar, médico Sr. Monagas, maestro de escuela de Agaete D. José Sánchez y D. Ramón Aguilar, Juez de Instrucción de Guía. 
La velada se prolongó hasta las once de la noche. El Marques de Ahumada se alojó en la casa de D. Antonio de Armas, actual ayuntamiento y a la mañana siguiente  la comitiva partió con destino a la villa de Teror, siguiente localidad a visitar. 
El Agaete de 1894.


Bibliografía; la prensa de la época a través del portal Jable. de la ULPGC.


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