jueves, 23 de septiembre de 2021

AGAETE, TIERRA DE TEMBLORES, 1902.



Agaete principios del siglo XX, secadero de cochinilla en el huerto de "Los Julianes", actual parque de la escuela de música.

Antiguamente se tenía la creencia de que era el Teide, a través de sus “raíces”, el responsable de todos los movimientos; terremotos, y erupciones en todas las islas, que los avisos los mandaba por conducto de los temblores en Agaete, donde se decía que estaba la raíz más cercana de dicho volcán.
Hoy en día por el avance del saber científico sabemos que cada isla es un mundo en cuanto a vulcanismo se refiere y que eso de las "raíces del Teide", al que se le echaba todas las culpas, a pesar de que desde el siglo XVIII está dormido, era simplemente una leyenda o tal vez una de las consecuencias del eterno pleito insular.

                          

En el pasado, cada vez que Agaete temblaba, la gente salía a la calle a mirar para el Teide.

Los temblores son bastante frecuentes en la Villa, hoy sabemos que en su gran mayoría se deben al volcán de en medio, una zona en el fondo del océano con gran cantidad de actividad sísmica, a medio camino entre Tenerife y Gran Canaria.

Hay noticias desde mediados del siglo XIX de los movimientos sísmicos en la comarca, pero no es hasta noviembre de 1902, cuando tenemos el dato de los mayores temblores sentidos por la población. Los pequeños terremotos comenzaron a principios de dicho mes, poniendo en aviso a los moradores, culminando con un gran temblor la noche del 26. A la mañana siguiente los habitantes de Agaete, desde sus observatorios particulares, dícese azoteas, no hicieron sino dirigir sus miradas hacia el vecino omnipresente, el pico Teide, a ver si humeaba o daba alguna otra señal.

Un cronista de la época, tras entrevistar a un inteligente agaetense “en materia cósmica”, en tono jocoso, se atrevió a dictar las siguientes normas precautorias:

1. Que se vigile el Pico y tan pronto en su cono se divise humo, echar al vuelo las campanas de la iglesia y sacar en procesión al sargento de la guardia municipal, sable en mano.

2. Dormir vestidos y con un ojo abierto y otro cerrado y las puertas y ventanas de par en par.

3. Ser parcos en la alimentación y en los placeres para tener más ágiles las piernas.

4. Que la junta de autoridades declare la villa en estado de alarma y organice una ronda permanente para avisos domiciliarios.

5. Que se depositen en lugar seguro los objetos de valor y los niños, el archivo del Ayuntamiento y el juzgado municipal con su alguacil.

6. Que se prohíba, bajo severas penas la blasfemia, por más que allí no es frecuente incurrir en ese feo vicio.

7. Suprimir el telégrafo y el telegrafista, dado que la electricidad constituye un peligro.

Y 8. Asegurar en La Previsora, de Barcelona, la vida de los habitantes como medio infalible de no perderlo todo en caso de hecatombe.

Estos temblores no solo desataron el pánico en Agaete, sino en casi toda la isla, llevando a enfermar del estómago a muchas personas por el susto y posteriores nervios, acabándose la “tila” en la localidad.

El cinco de enero de 1909, por la noche se produjo otro gran temblor, causando daños en numerosas viviendas y mucho temor en la población que corrió justo a donde no tenían que correr, dirección Las Nieves, pues era creencia que junto al mar los efectos eran menores. Según la prensa de la época, previamente pusieron a buen resguardo; "sus ajuares y sus riquezas; cochinilla y cereales". Este fue muy sentido en Tenerife donde según las crónicas “la tierra parecía que la removían de abajo hacia arriba”.

Otros de los que hay datos ocurrieron en abril de 1911; en febrero de 1916; y muchos más de menor importancia.

El último de gran notoriedad, ocurrió a las tres y media de la madrugada del 9 de mayo de 1989,  interrumpió el sueño de los agaetenses y de toda la comarca norte, saliendo la gente a la calle en medio de la oscuridad, ya que el fuerte temblor hizo saltar los plomos y el suministro eléctrico a la localidad.
La Provincia 10 de mayo de 1989.

Es el seísmo de mayor grado que ha soportado las islas desde que tenemos datos, 5,3. Apenas duró seis segundos, suficientes para despertar a la villa donde se cayeron algunos muebles en el interior de las viviendas.

Este tuvo hasta sus teorías conspirativas y así lo publicaba el diario de Las Palmas el 9 de mayo de 1989: Por último, en horas cercanas al mediodía de hoy, una persona con acento extranjero y que no quiso identificarse llamó a este periódico para decir que «esto podría ser una maniobra política por la presencia de Kasparov y de Barríonuevo en las islas». Este curioso personaje añadió que había trabajado en una comisión de energía atómica para su país y que este fenómeno sucede con cierta frecuencia.

 O esta otra muy curiosa y que publica la Provincia el 10 de mayo de 1989, en medio del pleito insular por la universidad:

En los municipios grancanarios donde más se sintió el temblor de tierra —Guía, Gáldar y Agaete—, la mayoría de la gente comentaba, ya sin temor en sus labios, que el suceso: «fue obra de los chicharreros, que no quieren que tengamos Universidad».

No hubo más daños que unas 500 gallinas que murieron del susto en Piso Firme, según la prensa de la época.

Como dice la canción somos, salitre y lava, eso en Agaete es evidente. Hace unos dos mil años que la última colada de lava atravesó el valle de la villa en dirección al mar, espero que pasen muchos miles más. Aquí nacimos y aquí queremos morir, es lo que nos ha tocado y debemos de acostumbrarnos a convivir con los volcanes.

¡FUERZA LA PALMA! (redactado durante la erupción del volcán "cumbre vieja")