Vendedoras de bernegales o tallas, Agaete de finales del siglo XIX. Plaza de Andamana, en la actualidad Plaza de Tomas Morales.
Durante muchos siglos, probablemente desde antes de la conquista, el abastecimiento de agua potable a la población de Agaete se tomaba de los nacientes que afloran en el lugar denominado "el Caidero", situados en el barranco junto al casco urbano de la villa.
De las noticias y documentos históricos que se tienen conocimiento, antiguamente se tomaba toda el agua que necesitaba la población en cacharros y bernegales, de un chorro que manaba debajo de una huerta, junto al llamado "Caidero", propiedad de D. Francisco Medina, denominada "fuente del Obispo".
La fuente del Obispo a finales del siglo XIX.
Las aguas sobrante discurría libremente y eran aprovechadas por la heredad denominada "del Caidero" o "Real", para el riego de fincas aguas abajo.
El 19 de febrero de 1896, un gran temporal de agua sobrevino sobre la villa, el barranco se dividió en dos a la altura del actual campo de fútbol, aislando el barrio de San Germán que quedó como una isla en medio de los dos cursos que tomaron las aguas, arrasando las huertas situadas sobre la primitiva fuente, cambiando la configuración del barranco, apareciendo el naciente en un lugar incómodo para abastecer a la población.
A la izquierda de la fotografía, lugar donde estaba la primitiva "fuente del obispo", el Caidero antes del temporal de 1896, (Fedac)
El ayuntamiento presidido por el alcalde Cristóbal Jiménez, ese mismo año de 1896, con las ayudas que habían llegado de la solidaridad de las islas y de la propia Reina regente que envía un donativo, procedió a la reparación del manantial, construyéndose un acueducto desde donde manaba el agua hasta un lugar algo más abajo donde se creía libre de peligro, en la orilla del barranco, construyendo una pequeña fuente con varios caños o chorros, siguiendo la población suministrandose de aguas sin límite alguno como lo venía haciendo de siempre, aprovechando la heredad las aguas sobrantes.
La fuente de los Chorros reconstruida tras el temporal de 1896.
La noche del 21 de octubre de 1927, otro fuerte temporal cayó sobre Tamadaba y todo el valle de Agaete, el fuerte barranco que corrió durante varios días destrozó la acequia y acueducto que trasladaba las aguas desde el manantial a la fuente, y no fue esto lo peor, la fuerza de la barranquera trasladó el naciente a un nivel más bajo del original, por lo que el agua dejo de manar de la fuente que quedo a un nivel más alto, por lo que la población se vio obligada a suministrase el agua directamente en el mismo naciente, con gran incomodidad y bastante peligro para la salud.
Dos años después del temporal, en octubre de 1929, el ayuntamiento procede a buscar una solución dadas las protestas de los vecinos, procediendo a construir una nueva fuente, para ello en el mismo naciente debajo de los antiguos huertos, practicaron un socavón de unos dos metros de profundidad al lado del mismo caidero, para buscar el nivel de las aguas que había ido bajando con los sucesivos barrancos, empalmando una tubería de cemento hasta la nueva fuente, situada en las proximidades de la anterior, que consta de varios caños o tomaderos, como la antigua.
Los sucesivos temporales causaron daños a la fuente que el ayuntamiento y la heredad reparaban, teniendo que ir bajando el nivel de los chorros para ir adaptándola al nivel del manantial, hasta como la conocemos en nuestros días.
Los Chorros tras una restauración en 1979.
Reparación de los chorros años 1978.
Los chorros y los lavaderos anexos fueron hasta finales de los cincuenta y principios de los años sesenta del pasado siglo, en que se generalizó la instalación del agua corriente en las viviendas de la villa, punto de encuentro, lugar de intercambio de cuentos y noticias, de discusiones por ocupar el mejor puesto del lavadero, de amores y desamores, de canto de las más "enraladas", mentidero oficial, lugar de juegos infantiles de múltiples generaciones. La cuesta de los chorros era un ir y venir hasta la madrugada de una multitud de gente con las tallas a la cabeza, de los aguadores como Manuel "el carila" o Francisco "el pupulo" con los cacharros al hombro.
Manuel "el carila", aguador .
De ir a buscar el agua a los chorros no se libraba nadie (costa de Moya, años cincuenta).
La acequia colindante año 1978.
A pesar de que en todos los programas de los partidos políticos, legislatura tras legislatura, siempre llevan actuaciones en el lugar para recuperar la memoria de los chorros y la acequia "Real", lo cierto es que el estado actual del lugar es lamentable, abandonado, el agua entubada y sucio.
Urge una actuación que recupere este espacio para el pueblo, dueño en parte desde tiempos inmemoriales según acta de pleno sobre inventario de propiedades municipales, de fecha de 26 de noviembre de 1959, que certifica los derechos que tienen los vecinos a la saca y toma del agua que necesiten para abasto y similares, lavadero y abrevadero, de las acequias ubicadas en el barranco "Real", de las aguas de la "Heredad del Caidero y Fuente del Álamo" (esta última estaba en el interior del actual Huerto de "Andreita", colindante con el aparcamiento del Huerto de las Flores.)
Urge una actuación que recupere este espacio para el pueblo, dueño en parte desde tiempos inmemoriales según acta de pleno sobre inventario de propiedades municipales, de fecha de 26 de noviembre de 1959, que certifica los derechos que tienen los vecinos a la saca y toma del agua que necesiten para abasto y similares, lavadero y abrevadero, de las acequias ubicadas en el barranco "Real", de las aguas de la "Heredad del Caidero y Fuente del Álamo" (esta última estaba en el interior del actual Huerto de "Andreita", colindante con el aparcamiento del Huerto de las Flores.)
Niños bañándose en la última crecida del agua hace unos años.
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