domingo, 17 de diciembre de 2017

EL CACIQUE QUE FUE EL MEJOR ALCALDE DE AGAETE, ANTONIO DE ARMAS Y JIMÉNEZ, 1820-1895.

D.  Antonio de Armas y Jiménez. a la izquierda la facha principal de la casa de Armas, hoy ayuntamiento de la villa.

"Chapado a la antigua, no conocía el engaño, la inconsecuencia ni la falsía. Modesto en su trato, afable y cariñoso por temperamento, sin mezcla de afectación, poseía ese don sobrenatural que atrae y seduce y que le hacía captarse las simpatías de todos cuantos tuvieron la ocasión de tratarle.

No hubo nadie que llamara a su puerta en demanda de auxilio o protección que no le hallara dispuesto a remediar necesidades, sin que, aún amargada su vida por las ingratitudes con que alguna vez fue recompensada su generosa prodigalidad, bastaran a hacerle variar de conducta ."

Así lo describía el diario de Las Palmas el 10 de diciembre de 1895, con ocasión de su fallecimiento. 
D. Antonio y sus hermanos. (fedac)

D. Antonio de Armas nace en Agaete el año de 1820, en el seno de una rica familia dedicada a la agricultura y ganadería entre otros negocios, es el primogénito de ocho hermanos, ocupó numerosos cargos  públicos a lo largo de su vida, siendo durante más de veinte años comisionado y alcalde de la villa. A él le debemos la configuración actual del casco histórico de la localidad y varios de los edificios más emblemáticos,  la plaza de mercado, actual biblioteca pública, la carnicería y pescadería, el arreglo de la fuente de abastecimiento de aguas,  la ampliación y construcción de las dos torres de la ermita de Las Nieves con su propio dinero ...
Lugar donde se comercializaba la carne y el pescado, a la izquierda la carnicería, a la derecha la pescadería.

De su militancia liberal  y amistad con el diputado y ministro Fernando León y Castillo le debemos la carretera desde el pueblo a Las Nieves, la construcción del muelle viejo, obra que fue adjudicada a una empresa suya. Aportó importantes donativos, materiales y mano de obra de sus trabajadores para la construcción de la iglesia actual, tras la destrucción por incendio de la antigua en 1874.
Según la prensa de la época, en el incendio de la antigua iglesia tuvo una actuación destacada en la salvación del archivo parroquial; " y todos en Agaete recuerdan el arrojo con que salvó el archivo parroquial y el riesgo personal con que pudo sustraer al voraz incendio unas cuantas alhajas consagradas, al culto." (diario Las Palmas, 10-12-1895)
En la construcción del muelle no escatimó en materiales, dejando a un lado las posibles ganancias y así lo demuestra la anotación que hace el ingeniero que dirige la obra D. Juan León y Castillo, en su visita de 3 de junio de 1876, en el diario de operaciones; "que no tiene que amonestar al contratista, por la magnífica obra que está realizando, elogiando que quiere dotar a Agaete del mejor muelle posible, no importándole las posibles ganancias."
Fue pionero del turismo de salud en Agaete, construyó el primer balneario de aguas termales y minerales en los terrenos de su propiedad en los Berrazales.
Primer y rudimentario balneario construido en los Berrazales por D. Antonio de Armas.

Impulsó las fiestas de Las Nieves, fue mayordomo de la virgen y la ermita. 
Los Armas trajeron de Sevilla a mediados del siglo XIX, parece que como dote de Leonor Merino, esposa de un hermano de D. Santiago, una imagen de la Virgen de los Dolores para la capilla de la casa familiar, sobre este hecho mi madre nos relataba una anécdota que su abuela adoptiva María del Pino y su madre adoptiva "Nina"  le habían contado (su madre biológica murió en el parto), ambas trabajaron desde niñas en el servicio domestico de la casa de los Armas y habían trasmitido la llegada del baúl donde venía la imagen de medio cuerpo de la Dolorosa, dejando D. Antonio abrirlo a los más pequeños de la casa, la imagen venia envuelta en paja y cubierta de juguetes y golosinas, lo que causa una gran algarabía entre los niños de la familia. La imagen después de muchos años en la casa de los Armas fue donada a la parroquia, hoy en día es la imagen que procesiona en la semana Santa de Agaete.

Virgen de los Dolores, donada por los Armas a la parroquia de Agaete.

D, Antonio de Armas, dedicado al comercio, a las exportaciones e importaciones, actividades que compaginaba con la administración de las tierras, negocios familiares y con los diferentes cargos públicos que ostentó a lo largo de su vida.
A la muerte de sus padres, heredó la jefatura de una numerosa familia, a la cual consagró por entero su existencia, jamás se casó o se le conoció relación alguna, siendo un verdadero padre de todos sus hermanos, a tres de los cuales dio carrera, y amparando a  sus sobrinos huérfanos.
Antonio de Armas fallece a los 75 años de edad en noviembre de 1895. 

Jardín de la casa familiar, hoy fachada de entrada al ayuntamiento.


El polifacético maestro  D. José Sánchez y Sánchez narra su entierro en un artículo  que publica el "diario la Provincia", el 10 de diciembre de 1895:

"El pueblo entero participó en los actos fúnebres, jamás se había visto  una manifestación de duelo más solemne. D. Antonio falleció en su casa familiar (el actual ayuntamiento), rodeado de sus familiares y amigos. En cuanto corrió la noticia de su muerte los vecinos sin distinción de clases sociales llenaron los alrededores de su vivienda, deseosos de acompañar  el cadáver, cerrándose todos los establecimientos y casas particulares, llegando al pueblo multitud de personas de los barrios y pagos de las poblaciones vecinas de Galdar, Guía y Artenara.
(Recreación)

El velatorio quedó instalado en la capilla de la casa familiar, bajo la imagen de la virgen de los Dolores (en la actualidad está en la iglesia parroquial), más de treinta cirios iluminaban la estancia, negros crespones rodeaban el féretro que desaparecía en medio de coronas y flores.
Durante 24 horas estuvo expuesto el cadáver los agaetenses se disputaron el honor de velarlo.
A las 6 de la tarde  abandonaba la casona familiar, poniéndose en marcha el cortejo fúnebre rumbo a la iglesia de la Concepción, lo preside el clero parroquial con las mejores galas, conduciendo el ataúd en hombros D. Francisco Bethencourt de Armas, don Juan y D. Francisco de Armas y Merino y D. Graciliano Ramos, sobrinos y sobrino político respectivamente del finado, llevan las cintas  los señores D. Pedro Bautistas, primer teniente Alcalde de Guía, don Andrés Domínguez, Alcalde de Galdar, don Manuel Díaz Quintana en representación de Artenara y D. Fernando Ramos, Juez
municipal de aquella villa.
El féretro iba cubierto de hermosas coronas con sentidas dedicatorias de hermanas y demás familia y a continuación seguía un carruaje enlutado conduciendo otras coronas entre las cuales sobresalía una de colosal tamaño adquirida por suscripción
con la siguiente dedicatoria: «la villa de Agaete a su más esclarecido hijo D. Antonio de Armas y Jiménez",  otra en cuya cinta se leía: "El Ayuntamiento al BIENHECHOR del pueblo", y otras de D. Pedro Martín González, Díaz Quintana, conteniendo también expresivas dedicatorias,... 


(Reconstrucción de un entierro por las calles de Agaete, actual plaza de Tomas Morales, en aquel entonces Plaza de Andamana.)

Presidian el duelo D. José Bethencourt 
en representación de la familia y las personas más caracterizadas de Agaete, Guía y Galdar, formando una segunda cabecera la comisión del Iltre. Ayuntamiento.
Cerca de las oraciones dio principio en el templo la Vigilia cantada con toda solemnidad. En el centro de la Iglesia, literalmente ocupada por el acompañamiento, se había levantado un elegante catafalco, profusamente iluminado así como el resto del templo.
A las ocho de la noche se reanudó la marcha en dirección al cementerio, haciendo más imponente el acto la multitud de luces en faroles y de hachones conducidos por los dependientes de la casa y pobres de la población.
La manifestación de duelo resultó en suma digna demostración de que aquel pueblo no es ingrato a los beneficios recibidos por mediación de D. Antonio de Armas, cuya memoria se perpetuó, poniendo el nombre de Armas y Jiménez a una de las calles abiertas en Agaete, merced a la iniciativa del finado, antigua calle El Carmen."

Actual calle "Antonio de Armas", antigua fachada principal de la casa de Armas y ayuntamiento de la villa.


Sus ocupaciones comerciales no fueron obstáculo para que abrazara la carrera de las armas,  (en esa época en buena parte los cargos militares eran más simbólicos que reales, se "compraban" o se heredaban) ingresó con el grado de Subteniente. Alcanzó el empleo de Capitán con cargo de Comandante, habiendo sido condecorado con las cruces del mérito militar y de Isabel la Católica. Tuvo a cargo en varias ocasiones la Jefatura accidental del Batallón de Guía, cuando sus mandos naturales estaban ausentes, y fue hasta que obtuvo su retiro en el año de 1890, Capitán Comandante de armas de Agaete. "Los soldados que sirvieron a sus órdenes le respetaban más con el cariño de padre que con el carácter de superior"Durante las turbulencias que siguieron a la revolución de Septiembre de 1868, fue objeto de vanas persecuciones por su adhesión a la causa de los Borbones.

Merced a su posición y a sus excelentes prendas de carácter, llegó a ser la persona más influyente no solo en Agaete sino en toda la comarca norte.
Era D. Antonio de Armas socio de la Sociedad Económica de Amigos del País y del Museo Canario a cuyo centro hizo varios donativos de objetos pertenecientes a los antiguos habitantes de la isla,  contribuyó asimismo a la construcción del nuevo Teatro de Las Palmas "Pérez Galdós".
"No había exposición ni certamen al cual no concurriese el Sr. de Armas con sus productos, habiendo obtenido varios premios así en los celebrados en esta provincia desde el año de 1.862, hasta su fallecimiento como en otras exposiciones extranjeras. En la de minería celebrada en Madrid presentó varias muestras de las aguas termales que nacen en una de sus propiedades en los Berrazales y que conteniendo cualidades medicinales hizo analizar en un laboratorio de Londres, construyendo un pequeño balneario en el sitio denominado los Berrazales, a donde concurren multitud de pobres a quienes concedía gratuitamente permiso para utilizarlo.



En sus últimos años los esfuerzos del trabajo habían quebrantado su naturaleza vigorosa. Su privilegiada inteligencia había sido herida de muerte por una traidora afección cerebral; aquella inteligencia que se había gastado en provecho del pueblo que le vio crecer, solo conservaba un destello de luz cuando a su presencia se trataba de algo que significara mejora y adelanto para su país. Entonces tomaba parte en la conversación; entonces parecía que se reanimaba, que revivía; pero si el asunto versaba sobre cuestiones de intereses suyos particulares, permanecía en el mayor ostracismo e indiferente a todo.

A tal estado le habían conducido sus penosos padecimientos, cuando contaba la edad de 75 años.



¡Descanse en paz el distinguido patricio!"

José Sanchez y Sanchez.

La recova o plaza mercado, actual biblioteca.

Bibliografía consultada la prensa y boletines oficiales de la época a través del portal de la ULPGC "Jable". 


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