miércoles, 25 de noviembre de 2020

EL TEMPORAL DE SAN ANDRÉS, 30 DE NOVIEMBRE DE 1946.

Había transcurrido 50 años desde el último gran temporal que recordaba la memoria de los agaetenses, el de 1896, que se llevó el puente viejo y causó numerosos daños en la villa, según recordaba en 1946, D. Francisco de Armas Merino; "el agua caía sobre el tejado de las casas como si fueran piedras de diez kilos"

Había comenzado a llover de forma suave y persistente desde el mediodía anterior, pero no fue hasta las diez de la mañana de aquel sábado 30 de noviembre de 1946, día de San Andrés, cuando el diluvio comenzó.

Sobre el valle se situó una nube oscura que cubrió todas las montañas, causando un gran temor en la población, haciendo pensar que algo malo iba a pasar. La manta de agua que cayó sobre todo el valle fue impresionante, "parecía como si la estuvieran lanzando con cubos grades", mientras, en el pueblo apenas llovía. Cuatro horas después, a las dos de la tarde, el arco iris unía Caideros con Tamadaba y cesaba la tormenta, en 24 horas en Caidero se recogieron 218 litros por metro cuadrado. 


Las comunicaciones y la carretera que une el pueblo con El Valle quedaron cortadas por varios tramos, quedando los vecinos sin poder bajar al casco para dar cuenta de la gravedad de la situación, no teniendo las autoridades de la villa conocimiento de lo que estaba ocurriendo en el Valle.

Los daños fueron cuantiosos, roturas de todas las tuberías que bajaban de Tamadaba, acequias, estanques y troneras anegadas de tierra y escombros arrastrados por los barrancos, destrozos en las vías de comunicación, pérdida de las cosechas de papas y tomates fueron los principales daños. 

La tormenta estuvo concentrada en el centro y noroeste de la isla, sufriendo graves daños la carretera de la Aldea.

En el pueblo apenas hubo daños, solamente la fuente de abasto público de aguas de "Los Chorros" resultó dañada, por la llegada del agua que arrastraban los barrancos de forma impetuosa, lo que provocó el desabastecimiento de agua potable y que el domingo 1 de diciembre no se pudiera amasar pan en la villa. El agua corría por los tres ojos del puente.

Otra zona donde el temporal arreció y causó enormes daños fue Guayedra, los pequeños agricultores que explotaban las tierras, prácticamente solo por la comida, lo perdieron todo.

Uno de los pequeños propietarios, Don Teodoro Quintana Fernández lo contaba así: "Fue algo nunca visto, solo los más viejos recuerdan algo parecido, allá por los años noventa del pasado siglo, baste a usted decirle que estuvo lloviendo veinte horas. Esa gran cantidad de agua preparó el terreno para las inundaciones que llegaron en el momento que la gran tromba de agua cayó en el lugar del que hablamos y el pueblo mismo."

El agua arrancó los árboles, en especial numerosas higueras, arrastrándolos hasta los terrenos de cultivo que fueron destruidos en su mayor parte.

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En el barrio del Risco afectó a varias viviendas, dejando a sus moradores sin hogar. Uno de los grandes propietarios de tierras, Don José Trujillo Alemán tuvo pérdidas por valor de 70.000 pesetas, perdiéndose toda la zafra del tomate y graves daños en la de plátano.

Sin duda el pueblo más afectado por este temporal fue Tejeda, donde la tromba de agua destrozo viviendas, causando la muerte de cuatro personas y la desaparición de otras dos, sus cuerpos fueron a parar a la Aldea de San Nicolás.

Había un antiguo dicho que una ocasión escuché a mi padre que decía: "Si no ha llovido por Santa Catalina, espérala por San Andrés, y si no, mala señal es", santa Catalina es el 25 de noviembre.

Este temporal rescatado del olvido, junto con el ocurrido el día de Reyes de 1958, siempre estuvo en la memoria de nuestros mayores, como aquel famoso telegrama donde el alcalde Manuel Jiménez, del que se decía que prácticamente no sabía leer ni escribir, dando cuenta del temporal al Gobernador Civil, se tomó muy a pecho aquello de que las novedades tenían que ser lo más escuetas posible, comunicándole; "barranco de banda a banda, de Tamadaba nada se sabe".


Bibliografía utilizada:
Archivo Municipal de Agaete.
https://tagorormeteo./
La Prensa de la época a través del portal Jable.


viernes, 13 de noviembre de 2020

LA CONSAGRACIÓN DE AGAETE AL CORAZÓN DE JESÚS.

Domingo 23 de mayo de 1926, consagración del pueblo de Agaete al Corazón de Jesús.

La primera consagración de España al Sagrado Corazón fue realizada el 29 de junio de 1911, durante el XXII Congreso Eucarístico de España. Tras concluir la procesión eucarística en el Salón del Trono del Palacio Real, el claretiano Joan Postius Sala, leyó la consagración:

Soberano Señor Sacramentado, Rey de Reyes y Señor de los que dominan: ante vuestro augusto trono de gracia y de misericordia se postra España entera, hija amada de vuestro Corazón. Somos vuestro pueblo. Reinad sobre nosotros. Que vuestro imperio dure siempre por los siglos de los siglos. Amén.

La imagen que se venera en la actualidad en Agaete del corazón de Jesús, llega al pueblo en 1914.
El 30 de abril de 1926, se recibe escrito en el ayuntamiento, procedente de la ciudad de Las Palmas en el que, un grupo de mujeres relacionadas con la villa, residentes en dicha ciudad, entre otras, Doña Leonor Ramos, viuda del poeta Tomás Morales,  Doña Luisa Bravo de Laguna Manrique de Lara y el misionero comisionado por el apostolado diocesano de la oración de Las Palmas, para promocionar la consagración de las entidades al "divino corazón de Jesús", D. Manuel María Menchacas, exponen a la corporación que; habiendo su majestad el Rey, Alfonso XIII, consagrado en el Cerro de los Ángeles, Madrid, al rey de reyes, señor de los que domina, Sagrado Corazón de Jesús... 
Siguiendo las directrices de su Santidad el Papa Pio XI, solicitan; la consagración del ayuntamiento de Agaete, como antes lo habían hecho muchos ayuntamientos de Canarias y la península.
El ayuntamiento en sesión plenaria el 14 de mayo de 1926, presidida por el alcalde D. Matías García Martín, acuerda; consagrar la villa al "Sagrado Corazón de Jesús". 
El domingo 23 de mayo de 1926, el pueblo se consagra al corazón de Jesús.
Plaza de Agaete, años veinte del siglo XX.

La semana anterior a la consagración, dos misioneros jesuitas enviados por la iglesia, padres Vicente Alcorta y Manuel María Menchacas, fueron preparando al pueblo por medio de su santa misión. Fueron recibidos por el párroco Don Juan Hernández Quintana, por el ayuntamiento en pleno y todo el pueblo según las crónicas de la época. Aquella misma noche comenzaron las charlas, vigilias, confesiones y comuniones, típicas de las "santas misiones".
Participan los trescientos niños y niñas de las escuelas del casco y del valle. El fin era sembrar la semilla de la moral cristiana entre los futuros padres y madres.
Tras una semana de espiritualidad desbordada, la tarde del domingo 23 de mayo de 1926, tuvo lugar el acto solemne de la consagración del ayuntamiento en nombre del pueblo, al Corazón de Jesús.
La imagen fue sacada en procesión por las calles engalanadas de la villa, dirigiéndose posteriormente a la ermita de Las Nieves. Tras visitar a la virgen marinera, regresó al pueblo acompañado por las autoridades, la banda municipal de música y numerosos fieles, teniendo lugar la consagración a su regreso en la fachada del templo, donde diversas personalidades y el alcalde dieron discursos.

El Corazón de Jesús entrando en las Nieves, 23 de mayo de 1926.

El padre misionero Manuel María Menchacas, realizó los actos de la "santa misión" con los parroquianos del Valle en la ermita de San Pedro, dejando como recuerdo la cruz que se encuentra en el roque del lomo de San Pedro.
Cruz del roque de San Pedro en la actualidad, del interesante blog cruces de Gran Canaria.  http://crucesgc.blogspot.com/2018/11/cruz-del-roque-el-valle.html

El Corazón de Jesús en la actualidad, iglesia parroquial.

Estas "santas misiones" fueron frecuentes por todos los pueblos de España y latino América, forman parte de nuestra historia, la última ya tratada en el blog, tuvo lugar el entre el 10 y el 19 de diciembre de 1951, culminando con la visita a todos los barrios de la villa de la imagen de la virgen peregrina, nuestra señora de Fátima, de grato recuerdo en la memoria de nuestros mayores.

Bibliografía consultada:
Archivo Municipal.
Prensa de la época a través del portal Jable.