domingo, 11 de noviembre de 2018

RAZONES PARA CAMBIAR EL ESCUDO DE AGAETE.

Escudo propuesto en 1967, por el ayuntamiento de Agaete, rechazado por el Ministerio de la Gobernación. (archivo municipal).


Desde 1956, Agaete trató de tener un escudo heráldico, el alcalde Pedro Esparza Martín, abrió expediente de tramitación, comenzando a aportarse diferentes estudios y bocetos, se adjunta algunos que figuran en el archivo municipal realizados con los rudimentarios medios de la época:




Pero no es hasta mayo de 1967, cuando el ayuntamiento presidido por el alcalde Andrés Rodríguez Martín, retoma el asunto y encarga al profesor  José Antonio García Álamo, un estudio serio y riguroso con el objetivo de dotar de un escudo heráldico al municipio.
Hasta ese momento Agaete no tenía más escudo que los impuestos por los diferentes regímenes de la nación,  monarquías, república y dictadura.

El que debe de ser el primer sello conocido del ayuntamiento de Agaete 1876.


Escudo de los años de la monarquía de Alfonso XII y XIII.

Escudo de los años de la república.


Escudo de los años de la dictadura.


El 26 de mayo de 1967, José Antonio García Álamo, presenta el boceto e informe encargado por el consistorio sobre el proyecto de escudo heráldico, exponiendo el siguiente:

Justificándolo en un amplio informe, que sintetizado en lenguaje heráldico es el siguiente:
En el primer cuartel, en campo de gules, torre de color oro, recordado la torre fortaleza, primer asentamiento castellano, construida por Pedro de Vera.
Segundo cuartel, sobre campo de oro, cinco hojas de parra del escudo de Fernández de Lugo, primer alcaide de la torre de Agaete.
Tercer cuartel, sobre campo de azur, dos azucenas, símbolo de la Purísima Inmaculada Concepción, patrona de la villa desde 1523.
Cuarto cuartel, sobre campo de plata, dos ancoras cruzadas en sable, sobre ondas de plata y azur, símbolo de la tradición marinera de la villa de Agaete.
Rematando el escudo la corona oficial del régimen, la de los reyes católicos y los Austrias, no se admitía otra.
Borde de armiño con ocho magados y sables cruzados en gules, "símbolo de  la unión  de sangre de las razas canaria y castellana tras la hispanización".
Debajo el lema; "Esfuerzo en la tierra y en la mar la esperanza".
El ayuntamiento lo lleva a pleno el 7 de julio de 1967,  es aprobado por unanimidad como todo en la época y acuerdan remitirlo al todo poderoso ministerio de la gobernación para su aprobación, previo informe prevenido de la Academia de la Historia, guardián en ese momento de que todo se haga según la interpretación de la historia del régimen de Franco. 
Cuatro años después, en marzo de 1971, contesta el Ministerio de la Gobernación en amplio escrito que en resumen textualmente dice; que según la Real Academia, el escudo remitido le parece poco parco, complicado para ser trasladado a sellos y documentos, que los símbolos carecen de carácter definidor, ya que el carácter marinero y la devoción a la Concepción, "afortunadamente se ofrece en todas las época y en muchos parajes de España," que las hojas de parra son de los Figueroa y no de los Fernández de Lugo, estimando que el escudo podía organizarse en dos campos, en uno la torre edificada por Pedro de Vera y en otro el escudo de armas de los Fernández de Lugo, al timbre corona real abierta, la de los Austrias.
Finalizando con; "La Real Academia, como siempre, tiene la última palabra, más acertada."

Escudo impuesto y aceptado por el ayuntamiento de Agaete en 1971.

Durante el franquismo las sugerencias de la superioridad eran ordenes, más si venían de Madrid, "y las ordenes ni se discutían, ni se comentaban, simplemente se cumplían," al ayuntamiento no le queda otra opción que aceptar la propuesta si quiere tener blasón
El escudo va al consejo de ministro el 22 de octubre de 1971, presidido por su "Excelencia el Generalísimo, previa deliberación, se autoriza al ayuntamiento de Agaete para adoptar su escudo heráldico....". 
Y éste es el origen del "escudo impuesto", la torre de Pedro de Vera y las armas del apellido Lugo y que en la actualidad "representa" a la villa.
En el escudo actual se ha cambiado algo la torre, creo que fue el alcalde José Antonio García Álamo el que, en los años setenta del pasado siglo, realizó el cambió para hacerla parecer a la edificación sita en la finca denominada "la casa fuerte", propiedad de su familia, que durante un tiempo se intentó identificar con la torre o fortaleza, primera edificación realizada por el General Pedro de Vera. Hoy en día la mayoría de los historiadores e investigadores se inclinan por la opción de que esa edificación no tiene nada que ver con el antiguo fuerte de los castellanos, situandolo en los alrededores de la ermita de las Nieves.



El escudo impuesto, en su segundo cuartel, refleja las armas del apellido Lugo, si bien es el correspondiente a dicho apellido de origen gallego, no lo es de Alonso Fernández de Lugo que era andaluz y tenía escudo de armas propio, lo que supone una grave anomalía del actual escudo de la villa.
Escudo de armas de Alonso Fernández de Lugo, anterior a 1496.

A este primer blasón de Fernández de Lugo, los Reyes Católicos, mediante merced de 5 de noviembre de 1496, le concede añadir en medio de su escudo dos cuarteles más, donde figuran dos islas y dos torres, en premio a la conquista de las islas de Tenerife y La Palma.

 Merced concedida por los Reyes Católicos:
"Merced para que Alonso Fernández de Lugo pueda traer ciertas armas.
Burgos, 5 de noviembre de 1496.
Don Fernando e doña Ysabel, etc. Por cuanto a los Reys e Prinçipes es propia cosa honrrar e sublimar a fezer graçias e merçedes asus subditos e naturales, espeçialmente aquellos que bien e lealmente les syrven; lo qual por nos acatado, e considerado los muchos e buenos e leales serviçios que vos Alonso de Lugo nos avedes fecho e fazedes de cada dia, ....,  que alende e demas de vuestras armas, devos dar por armas las dichas dos yslas e dos fortalezas en medio dellas, para que las podays; las quales vos tengays e traygays en vuestro escudo e resposteros e después de vos vuestros deçendientes e linaje; ......, De lo qual vos mandamos dar la presente, firmada de nuestros nonbres e sellada con nuestro sello. Dada en la çibdad de Burgos, a çinco dias del mes de novienbre, año del naçimiento del Nuestro Salvador Ihesu Christo de mill e quatroçientos e noventa e seys años.  Yo el rey, Yo la Reina.  E yo Miguel Peres d’Almaçan, secretario del Rey e de la Reyna, lo fiz escrevir por su mandado. E en las espaldas: M. el doctor Archidiaconus de Talavera.  Liçenciado Çapta.  Suarez, in decretis baccalareur." (archivo de Simancas)

Como se ve en la anterior ilustración, el verdadero y último escudo de Alonso Fernández de Lugo, concedido por los reyes católicos, nada tiene que ver con el que aparece en el escudo actual de Agaete, que es el general del apellido gallego Lugo, relacionado con el topónimo de la ciudad del mismo nombre desde el siglo XII, si bien Alonso Fernández de Lugo era andaluz, nació en Sanlúcar de Barrameda, provincia de Cádiz.
A la vista del cuarto cuartel de dicho escudo, tenía toda la razón quien diseñó el boceto de 1967, e introdujo las cinco hojas de parra en representación de Fernández de Lugo y que la Academia de la historia le denegó.
No se entiende el rechazo al presentado por el ayuntamiento, ya que en la misma época se aprueban otros escudos más complejos, como el de Galdar, Aguimes o San Mateo.
Buscando explicación a la imposición de las armas del apellido gallego Lugo, encuentro que el académico que firma el informe previo, con fecha 14 de noviembre de 1970, es el General Dalmiro de la Válgoma y Díaz-Varela, gallego natural de la provincia de Lugo, ¿qué casualidad?, militar, abogado e historiador, miembro de la Real Academia de la historia desde 1958, hasta su fallecimiento en 1990.
Otro de los elementos no puesto al día del actual escudo es la corona que lo preside, corona imperial de los Reyes Católicos y los Austrias, ampliamente usada en el régimen de Franco, incluida en el escudo de España anterior.
En 1982, el gobierno autónomo de Canarias asume las competencias sobre blasones heráldicos y en decreto 123/1990, de 29 de junio, legisla sobre la competencia y confección de escudos y banderas de la comunidad autónoma y municipios, dando una serie de normas entre las que exige que la corona que los preside tiene que ser la cerrada, correspondiente a la actual monarquía reinante, los Borbones y que el informe previo lo debe efectuar la academia canaria de la historia. Muchos municipios adaptaron su escudos a la nueva normativa. 
Ya tenemos otra anomalía más en el actual escudo de Agaete, la corona, si bien la normativa admite otra siempre que esté debidamente justificada.
Anexo al decreto de 123/1990, de 29 de junio, del Gobierno de Canarias donde se dan las normas básicas para los escudos de la comunidad autónoma.

Mi conclusión es que el actual escudo de la villa fue impuesto de forma caprichosa y me atrevería a decir que hasta ignorante, probablemente el académico informante desconocía nuestra historia y supongo que nunca pisó nuestro pueblo, poco o nada representativo, las armas del apellido Lugo del segundo cuartel no se corresponde con las de Alonso Fernández de Lugo, un personaje que según Rumeu de Armas, el mejor biógrafo del adelantado, era; "ambicioso, temerario, y como tal, andariego e inquieto, rebelde unas veces, sumiso y obediente otras, según las circunstancias, ... En fin, hábil, mañoso, interesado, con pocos escrúpulos, arbitrario, despótico, gran protector de los de su linaje y en extremo devoto de los santos...". Como todos los conquistadores de la época.
No podemos negar el despotismo y la mano dura del personaje, discípulo del otro representado en nuestro blasón, el "laja" del gobernador Pedro de Vera, el otro responsable del mal trato, la crueldad y el exterminio a que fue sometida la población aborigen de Agaete, confiscadas sus tierras y sus aguas, muchos sometidos a esclavitud.

"Pasó el gobernador a reconocer un lugar que decían El Gayete, a donde hasta entonces no había entrado cristiano ninguno; y entróles por fuerza de combate un gran risco que tenían y hubo entre ellos tal pelea que murieron muchos canarios y salieron heridos algunos de los nuestros.(Jerónimo de Zurita 1562)"


Su desmesurada codicia le lleva a vender sus propiedades en la villa, vender indígenas como esclavos en los mercados de Valencia, como si fueran mercancías, para financiar y proponer a los reyes la conquista de la Palma y Tenerife a cambio de dinero, tierras y cargos. Los acuerdos con la Corona incluían, además de un quinto de los cautivos apresados, setecientos mil maravedíes si la conquista de La Palma la realizaba en un plazo de un año. 
Lugo es hombre de poco tacto a la hora de esclavizar, incluso la Corona se ve en la obligación de intervenir, mandando al gobernador de Gran Canaria, Sánchez de Valenzuela, con la orden de liberar a todos los isleños sometidos por Vera y Lugo a la más dura esclavitud.
El descontrolado Pedro de Vera se llevó reprimenda por escrito de los propios Reyes Católicos, por sus métodos y hasta por estafar a el propio Fernando Guanarteme. 
Con los parámetros de hoy en día, personajes como estos no pueden tener todo el protagonismo en un escudo que debe representarnos a todos y a nuestra historia.
Después de tener conocimiento de cómo fue impuesto, los errores que contiene y lo que representa, aunque el escudo actual viene usándose desde hace muchos años, no quiere decir que debe de seguir manteniéndose por los siglos de los siglos. 
Dentro de unos días celebraremos 40 años de la Constitución, es hora de reparar el error. Que desde la alcaldía, concejalía  de cultura e identidad o la de patrimonio, se abra expediente, se proponga una mesa de expertos en historia de Agaete que decidan que escudo nos debe representar de acuerdo con la normativa, donde nadie se sienta excluido y que sea fiel reflejo de todos nuestros anales.
Como ciudadano agaetense, aprovecho y también hago mi propuesta, por si algún día  llega a algún sitio y fuera tenida en consideración.


La explicación salta a la vista, se trata de la representación de las razas o culturas  que habitaron este lugar llamado Agaete y que tras más de cinco siglos de historia común y mestizaje han dado lugar a la actual población de la villa.
En lenguaje técnico heráldico sería:
El escudo se organiza en tres cuarteles, medio partido y cortado.
Primer cuartel; sobre campo de gules (rojo), en representación de la primitiva población nativa prehispánica, en oro (amarillo) el sello o pintadera aborigen encontrada en 1980, en el valle de Guayedra, Majada de Altabaca, lugar predilecto del ultimo Guanarteme Tenesor Semidan, bautizado Fernando Guanarteme, que solicitó a los Reyes y le fue concedido para vivir él y sus allegados una vez cristianizado y pacificada la isla.
Segundo cuartel; sobre campo azur (azul), la torre sable (negra), en representación de los primeros europeos conquistadores, mayoritariamente castellanos y andaluces, que construyeron en las proximidades del puerto de Las Nieves el primer asentamiento-fortaleza. Es negra como la arena de las playas de Agaete y la piedra volcánica con que la edificaron.
Tercer cuartel sobre campo de sinople (verde), cara de moro, en representación de los esclavos, berberiscos y negros, que durante los siglos XV-XVIII, fueron traídos a Agaete para trabajar en los ingenios azucareros o servir a los hacendados y que formaron parte importante de la población, dejándonos además de los rasgos físicos en buena parte de los agaetenses, numerosos topónimos aún vigentes, como la cueva del moro, la playa del negro, el barranquillo de los moros, las moriscas, la cueva de la negra, la baja del negro, montaña morisca,...  
La cabeza de moro es muy habitual en la heráldica europea, incluso el Papa Benedicto XVI la introdujo en su escudo papal.
Escudo del Papa Benedicto XVI.

La corona suele ser polémica pero de momento es un imperativo legal y hay que utilizarla guste o no guste, siempre se puede sustituir por otra, siempre debidamente justificado.
Los colores de los cuarteles; el rojo y azul, colores tradicionales y representativos de la villa durante muchos años, colores que tienen su origen en la vestimenta de la virgen de Las Nieves durante varios siglos hasta que fue descubierta en 1963, la autentica pintura flamenca. Colores de la bandera que nos representa, usado por nuestros equipos deportivos y como hábito religioso de muchas generaciones. El rojo o gules es en heráldica fortaleza, ardid, alteza, osadía, fuego y victoria. El azur o azul, representa la lealtad, hermosura, justicia, verdad, celo y claridad. Además de representar el cielo, el mar y la tradición marinera de la villa.
El verde o sinople del tercer cuartel, representa los vergeles de nuestros valles, nuestros frondosos pinares como el de Tamadaba o Tirma, los antiguos cañaverales azucareros que cubrían todo el territorio, lugar de trabajo de cientos de esclavos negros y berberiscos a lo largo de los siglos.




Por supuesto que todo esto está sometido a críticas y debate, ahí lo dejo y que nuestros representantes políticos resuelvan. 
Un escudo que dice lo que no es, que no simboliza la idiosincrasia de un pueblo, flaco favor hace a los que nos representa.


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Merced a Alonso Fernández de Lugo, vecino de Sevilla, concedida por los Reyes Católicos.
Archivo General de Simancas,RGS,LEG,149207,18


Fuentes:

Archivo Municipal de Agaete.
Jerónimo de Zurita 1562, Biblioteca Nacional.
Archivo provincial de Santa Cruz de Tenerife.
Boletín de la Real Academia de la Historia. TOMO CLXXI. NUMERO I. 
Archivo de Simancas.
Tomás Arias Marín y Cubas, Historia de las siete islas de Canaria.
Elmuseocanario.com
Terminoredondodeguayedra.blosspot.com
Fundamentos de heráldica.
ABC Canarias.




jueves, 1 de noviembre de 2018

NACIMIENTO Y MUERTE DEL BELÉN VIVIENTE DE AGAETE, 1970-1988.

Años cuarenta-cincuenta, representación del auto de los reyes magos.

La navidad de Agaete siempre fue peculiar, ya desde 1630, tenemos datos de las misas de la luz, cuando Alonso de Medina dona parte de su tierras a la iglesia para el sufragio de dichas celebraciones, misas que han ido evolucionando hasta llegar a la actualidad, donde los antes llamados cantores, más tarde luceros del alba y hoy luceros de la madrugada, recorren el pueblo al alba los nueve días previos al 25 de diciembre, despertando con alegres villancicos a los vecinos para que acudan a misa a la aurora.
En los años veinte del pasado siglo ya se representaba el auto de los reyes magos en la parroquia por navidad y recorrían el pueblo diversas parradas cantando canciones típicas, pero es tras la guerra civil, con la llegada del párroco don Manuel Alonso Lujan, cuando la navidad agaetense tiene su máximo esplendor. 
El cura fomenta la construcción de nacimientos, que es como siempre se ha llamado en Agaete a los belenes, organiza visitas y concursos para fomentar que los vecinos los construya. 
En la noche buena de 1947, se inauguran las lámparas de araña de las que aun sobreviven algunas en el templo parroquial y se realizan por los niños de la escuela representaciones de las escenas evangélicas de la navidad después de la misa del gallo. 
En 1952, destaca la prensa que el belén de la casa parroquial sobresale por "la utilización de una extraña combinación de luces multicolores."
El 16 de diciembre de 1959, D. Tomás Martín, Tomasito como cariñosamente le llamamos los agaetenses, con el coro parroquial, deciden salir en la madrugada cantando villancicos y otras canciones populares, recorriendo la villa para anunciar las nueve misas de la luz, en conmemoración a los nueve meses de embarazos de la Virgen María y el posterior nacimiento de Jesús, luz del mundo, costumbre que se mantiene hasta nuestros días.

En la navidad de 1970, tiene lugar un acontecimiento que podemos calificar de histórico, porque durante 18 años fue un referente de la navidad de toda la comarca norte de la isla, el belén viviente.

Agaete siempre ha sido un pueblo inquieto, original, festivo e ingenioso y eso es lo que pusieron en práctica con escasos medios un grupo de jóvenes y no tan jóvenes, en la "placilla", hoy remodelada plaza de Fernando Egea. Con muy buen gusto, ambientación y con el armónico canto de canciones populares y navideñas de fondo, montaron el primer belén viviente. 

A la una de la madrugada del día 25 de diciembre de 1970, al terminar la misa del gallo, detrás del coro parroquial que cantaba alegres villancicos, todo el pueblo se dirigió a "la placilla".
Los figurantes, unas cincuenta personas con vestimenta típica del campesino canario, escenificaron varias escenas de la natividad según los evangelios, así se podía contemplar; el mensaje del ángel y la anunciación, en nacimiento, las lavanderas, los pastores, hilanderas, el mercado, numerosos animales, etc.
El éxito fue total y pronto corrió la voz por toda la comarca y en las sucesivos días que se representó comenzaron a llegar gente de los pueblos vecinos para ver el belén.
En la siguiente navidad 1971, en vistas del éxito del año anterior se decide trasladarlo a los alrededores de los Chorros, antigua fuente pública de donde se abastecía de agua el pueblo, entonces un amplio terreno bordeado por el barranco, rodeado de riscos, palmeras y cuevas naturales. Organiza estos primeros belenes Manuel Santana Perera, Manolín.
Los vecinos del Valle a su vez realizan una representación viviente de diversas escena de la navidad en la sociedad.

El belén empieza a ser un acontecimiento que desborda el pueblo de visitantes, los días de su apertura largas colas ocupan la cuesta de los chorros y el camino real de "las ventanillas". 
La navidad y el belén se complementa con actuaciones de la coral del casino de la luz, diversos grupos folclóricos y actuaciones de la orquesta filarmónica de Las Palmas en la iglesia.
El 30 de diciembre de 1972, es tanta la fama que el obispo de la diócesis, monseñor Infantes Florido, se tira un salto para comprobarlo y ver el belén.
Coral Casino la luz.

En 1975, surge la polémica y el grupo de jóvenes que lo estaba organizando, por desavenencias con el ayuntamiento decide no hacerlo, poniéndolo en marcha una asociación de mujeres encabezadas por Dolores Cabrera, Nereida Jiménez, Tete Santana y Pino Martín, hoy ya todas fallecidas (D.E.P.).
En 1976, también está a punto de no celebrase, organizándolo nuevamente la asociación de amas de casa. Hasta este año se venía haciendo con vestimenta canaria mayoritariamente, es a partir de éste cuando se empieza a realizar con vestimenta hebrea y mayor sentido bíblico.
En 1977, vuelve la polémica, los jóvenes por un lado y las amas de casa por otro, volviendo a estar en peligro su celebración, terminando por organizarlo un grupo de muchachos entre los que me encontraba.
En 1978, después de siete años celebrándose, en plena transición política, no hay acuerdo entre los jóvenes y el ayuntamiento y el belén no se celebra, quedando una gran "magua" en la población.

En 1979, un grupo de jóvenes del pueblo crea una asociación cultural en los locales del antiguo cine, actual biblioteca municipal, nace la asociación Cultural Antigafo. Esta  asociación desde finales del verano comienza los preparativos para volver a recuperar la representación del belén viviente que el año anterior no se escenificó. 
1980, Bajo la dirección de Pedro Armas Bosa, Pedrito, unas setenta personas, con un excelente y novedoso montaje escenificaron un belén hebreo. Con un coste de unas 300.000 pesetas de la época, contando con la ayuda económica y material del Ayuntamiento, Cabildo y Caja Insular de Ahorros, además de los donativos que entregaba el público en sus visita.

Los sucesivos años lo organiza la asociación cultural Antigafo, bajo la presidencia de Javier Tadeo Alemán.
En 1983, como costumbre en Agaete, el pueblo está dividido políticamente en dos bandos, en mayo hay elecciones municipales que gana Alianza Popular, ocupando la alcaldía el polifacético D. José de Armas Medina, elecciones a las que se había presentado por el PSOE, el presidente de la asociación cultural Antigafo y organizador de la mayoría de los belenes, Javier Tadeo Alemán, que queda en la oposición.
Las desavenencias entre el ayuntamiento y la asociación no tardaron en llegar. La asociación cultural lanza en noviembre un comunicado anunciando que no se va a celebrar el belén por los siguientes motivos: 
"Obligados a tomar esta decisión, muy a pesar nuestro, puesto que el Belén requiere unas exigencias de superación que se manifiestan en cada edición, necesitándose una gran participación de personas que no debe limitarse a los miembros de esta Asociación, ya que por razones de estudio, trabajo, etc.. la mayor parte de éstos se encuentran en Agaete sólo los fines de semana, siendo simplemente ocho los días al mes hábiles para el trabajo.

Dado el carácter que ha adquirido el Belén Viviente, llegando a ser la principal manifestación que identifica a nuestro pueblo con las fiestas navideñas, entendemos que éste debe asumir una mayor responsabilidad en la participación activa del mismo, responsabilidad de la que se ha carecido en los últimos años, notándose que, a medida que avanzan las ediciones, la participación en las obras de realización es cada vez menor. Atendiendo a lo expuesto, es por lo que, desde estas líneas, invitamos al pueblo para que el próximo año no nos encontremos nuevamente solos y podamos volver a organizar el Belén Viviente de Agaete, contribuyendo todos a la realización y engrandecimiento del mismo».
Lo cierto es que al final se celebra, se consiguen las 500.000 pesetas que costó, aportando el Cabildo la mitad. Agaete junto con  San Mateo, son los únicos ayuntamientos de la isla que no tiene presupuesto cultural en aquellos años. 
El miércoles 28 de diciembre de 1983, el belén es visitado por el entonces presidente del gobierno de Canarias Jerónimo Saavedra, al que se le organiza una polémica escenificación extraordinaria, que para eso había aportado algunos cuartos, no apareciendo nadie del grupo de gobierno por el belén ya que a la misma hora tenía lugar un pleno en el ayuntamiento. 
Como curiosidad la prensa destaca que la única nota discordante y de muy actualidad fue la de un vecino que le gritó a la comitiva: "Que se dejen de belenes y nos construyan el muelle".


Visita del Presidente del Gobierno canario Jerónimo Saavedra. La Provincia Jueves 29 de diciembre de 1983.


En 1984 y 1985, más de lo mismo, no hay belén viviente, la asociación cultural es desahuciada del cine viejo porque es intención del ayuntamiento de convertir el local en plaza de mercado del pueblo, trasladándose "el Antigafo" al viejo edificio propiedad del Cabildo, gobernado en aquel momento por el PSOE, sito en la calle la Concepción, actual centro Cultural de la Villa. 
La asociación alega que no hace el belén porque no hay local lo suficientemente grande para almacenar y fabricar los decorados. Realizando un belén viviente reducido en los propios locales de la asociación, con las mejores intenciones, pero no tiene nada que ver con el belén de los Chorros.
Las navidades de 1986, la asociación cultural Antigafo, ya todo un referente cultural de la villa, con enorme éxito y financiación del gobierno de Canarias, Cabildo y la Caja insular de ahorros, vuelve a organizar el belén viviente en su lugar tradicional, los Chorros. Destacan en el diseño, Sergio García, Pedro Armas y Pepe Juan del Rosario.

1987, ya con el presidente de la asociación cultural Antigafo, Javier Tadeo,  con el bastón de mando de la villa en las manos al ganar las elecciones, el ayuntamiento se vuelca en apoyo y ayuda en la construcción del belén.
Y como así es mi pueblo, a veces milagroso y a veces zorro, como decía el doctor Agustín Álamo, "parece que no sabe ná", en 1988, se celebra el último belén que más que viviente es de cuerpo presente, con él desaparece la tradición que desde 1970, era un referente de la navidad en toda la isla y que llegó hacer pensar a más de uno que Jesús había nacido en Agaete y que lo demás eran imitaciones.
En el 2001, un grupo de niños dirigido por Adrian Cruz Sánchez, escenificó un belén viviente en los Chorros, con más voluntad que medios y en la actualidad los vecinos del Risco, barrio a 14 km. del casco urbano, escenifican otro en navidad, pero que no tiene nada que ver con aquel Belén tan conocido en toda la isla.
El ultimo belén, 1988.





El primer belén, Lasito y Juanita.

Mariquita.

Bibliografía, la prensa de la época, mis recuerdos, fotos propias y de las redes sociales.