lunes, 19 de febrero de 2018

AGAETE UN PUEBLO DE LEYENDA, LAS CHIBICENAS.



Mi abuelo materno, Pedro Suárez Martín, natural del Risco de Agaete, nacido a finales del siglo XIX, nos contaba una historia que él decía que había vivido de niño:
Junto con su madre y hermanos habían ido a visitar a su familia en el caserío del Risco, sito a 14 kilómetros del casco urbano de Agaete, a media tarde iniciaron el regreso a la villa por el antiguo camino real de la Aldea, traían un burro cargado de quesos, papas y otros productos agrícolas para la casa. Ya oscureciendo al llegar al barranco de "la palma", en el cortijo de Guayedra, observaron que el burro se negaba a seguir andando, por más palos que le daban al animal reculaba caminando hacia atrás, de repente en la parte de enfrente del barranquillo que tenían que atravesar comenzó a arder una hoguera, resplandecía de tal manera que iluminaba todos los riscos del lugar de un rojo intenso. Alrededor de la hoguera vieron un grupo de varias mujeres danzando y dando vueltas en torno al fuego. Su madre comenzó a rezar, al terminar hizo una gran cruz en el suelo con una vara que portaba y de sopetón las mujeres dieron un gran grito y desaparecieron, apagándose el fuego y el resplandor, prosiguiendo el burro y la comitiva el camino hacia Agaete con el susto de todos en el cuerpo, su madre le dijo que eran "chubicenas", brujas que invocaban al diablo.

Camino real al Risco, a su paso por el farallón del barranco de la Palma, Redondo de Guayedra. Fotografía de los años treinta del pasado siglo, los niños de la escuela de excursión.

Al comprobar la toponimia del lugar, me sorprende que en las proximidades de la casa del barranco de la Palma, cortijo de Guayedra, donde mi abuelo situaba el hecho, en lo alto de la ladera, cercano por donde pasaba el antiguo camino real al Risco, existe un lugar llamado "Chobicenas" y algo más al sur otro con nombre Chibicenas.

Las Chobicenas y las Chibicenas de Guayedra, mapa toponimia 1986, Cabildo de Gran Canaria. 

Mi abuelo era un hombre serio, creyente, trabajador y esa historia la conoce mucha gente, por lo que yo no pongo en duda que ellos la vivieron a pesar de que la razón nos diga que es imposible.
El topónimo chibicenas, chobicenas e incluso chubicenas, como en Agaete se conocían a las brujas, probablemente viene de la derivación de la voz aborigen "tibicena".

Las Chobicenas de Guayedra, barranco de la palma.

Es muy común en las islas la sustitución de la T por la Ch, por ejemplo lo vemos en Teide, Echedey; tenique, chenique, etc.

Esa mutación del topónimo queda confirmada en la información del pleito que sostuvieron los vecinos de Agaete en octubre de 1781, contra el Heredamiento de Agaete, cuyos poseedores eran Cristóbal del Castillo y Agustín Manrique, donde se dirimía la titularidad de las tierras de "Tivisen (actual Chobicena de Chapín), la Calera y las Laderas de Agaete" entre otras (SUÁREZ GRIMÓN, "La hacienda de Guayedra y el Heredamiento de Agaete ante la ocupación de realengos").
Según muchos investigadores, las tibicenas o chibicenas eran para los antiguos canarios seres demoníacos o malos espíritus, que adoptan formas humana o de animales imposibles, más grande de lo habitual, lanudos, con grandes cuernos, ojos enrojecidos que se iluminan por la noche, agresivos..., los demonios de los que hablaban los antiguos canarios.
Nuestros mayores siempre creyeron en ello, en las que ejercían la brujería que llamaron chubicenas, en lo misterioso, de lo que hay abundantes testimonios en Agaete, un pueblo de leyenda. 

El vecino ya fallecido Manolo Barroso, relató algunos de esos testimonios en el pregón de las fiestas de San Pedro del valle de Agaete  de 1979:
"A Cho Juan Díaz, una noche las brujas lo llevaron desde la finca de los Balos y lo largaron en la Laja Amarilla (La Laja Amarilla está situada en la Montaña Gorda, sobre los Berrazales); cuando apareció, después de mucho caminar, orientado por las piedras del barranco pudo llegar a su casa, la cual encontró llena de ruda y beleño (Estas hierbas son usadas por las brujas). 
A Juan Viva, el hijo de Pancho Viva, una noche le cogieron las brujas, unas se situaron en las Chobicenas y otras en el Pinar de Tamadaba y entre sí gritaban: "Tíramelo pacá", y el otro grupo de Brujas le contestaban: "Ahí te va" y así le tuvieron mientras la noche duró, desde las Tibicenas a Tamadaba. 
A Cho Pepe el de la Somaíta (La "Asomadita", está situada cerca de las cabras), de regreso de Las Palmas, en el mes de Pascua, bajaba con las mulas por la cuesta de Armas, allí se le aparece una mujer que de favor le pide la transporte en una de ellas, Cho Pepe acepta, no hablaron durante el camino pero al llegar al Barranco de Mayo, en una llanada sintió risas y fiestas y al mirar vio un gran baile de mujeres desnudas y al diablo en medio de ellas; quisieron pegarle, pero la que iba en la mula, también bruja, le defendió.(http://mdc.ulpgc.es)


Manolo Barroso explicándole a Díaz Cutillas la leyenda de las Chobicenas en el Maipés, al fondo las laderas de las Chobicenas de Agaete, 1982. (FEDAC)

Fue célebre la bruja mulata natural de Agaete, llamada Juana Suárez, conocida por "la aulaga", de cuarenta años de edad, que terminó en manos del tribunal de la inquisición en agosto de 1704, por realizar hechizos y practicar sortilegios (archivo de la inquisición del museo canario).
Otro lugar de Agaete denominado "Chobicenas", son las laderas sobre "Chapín", frente a la necrópolis del Maipés, donde existen numerosas cuevas habitacionales, funerarias y graneros de los antiguos aborígenes, destaca en la zona un roque llamado "roque de las Chobicenas", el lugar está muy relacionada con leyendas e historias de seres fantásticos, misterios y brujería que escuchábamos a nuestros mayores.

Roque de las Chobicenas


Según nuestros ancianos, las Chubicenas y sus aquelarres dejaron de existir "cuando llegó la luz eléctrica", pues eran incompatibles con la electricidad y la luz. 
Existieran o no, fueran un mito, una leyenda solo para meternos miedo, alucinaciones propias  de brebajes o una realidad, siempre fue agradable escuchar esas historias a nuestros abuelos, fuentes de experiencias.
Por si acaso ahí está el Maipés y sus espíritus vigilantes.

La necrópolis del Maipés y detrás las laderas de las Chobicenas.

Cuevas de las Chobicenas de Chapín:




Agaete desde las Chobicenas de Chapín.




martes, 6 de febrero de 2018

HISTORIA DEL CARNAVAL DE AGAETE.

Baile de carnaval en el "casino viejo", actual centro cultural, febrero de 1936, obsérvese como curiosidad (coloreada para que se distinga) la bandera de la república adornando la esquina. El espejo de la izquierda aún existe, está en el salón del casino actual.

Las fiestas de carnaval comenzaban a  celebrarse tres días antes del miércoles de cenizas, normalmente el domingo anterior empezaban los bailes, el miércoles de ceniza se enterraba la sardina, finalizando con el baile del domingo de piñata, primer domingo de la cuaresma.
En Agaete hay datos desde mediados del siglo XIX, como la crónica en la prensa de 1879, de un lamentable y curioso suceso:

"El domingo de Carnaval, en Agaete (Gran Canaria), pasaba Francisco González Acosta y su mujer por frente a Jacinto de Sosa y su hermana María, a la cual dijo aquél, que parece había abusado del vino, que tenía gana de matarla "desde que robó los higos de la higuera de su madre"; y dirigiéndose á ella en ademán de castigarla trataron de contenerle su cuñada y su suegra.
Trabose una cuestión entre Jacinto de Sosa y Francisco González, y éste se apodero de un cuchillo que a aquél llevaba en la cintura; pero al ir a hacer un movimiento hacia atrás, o tal vez a arrojar el cuchillo por la espalda, hirió mortalmente a su suegra, que aun le tenía asido por ella, y que murió cuando el mismo, desconociendo la gravedad de la herida, se apresuraba a socorrerla.
Estos son, en ligero resumen, los fundamentos do una causa que por homicidio se sigue en el juzgado de Guía de Gran Canaria a Francisco González Acosta y Jacinto de Sosa Rosario.
El Promotor fiscal D. José María Leal ha presentado un extenso y
muy pensado escrito, que impreso hemos recibido y cuya atención agradecemos.
El Ilustrado Promotor pide que se declare que el hecho por que se procede no constituye delito, y que se absuelva libremente a González y a de Sosa."

Durante los años treinta del siglo XX, con la llegada de la república los carnavales tuvieron su época dorada, los bailes en los casinos,  "El Cultural" y "La Luz" y hasta en el salón del ayuntamiento, fueron famosos en toda la comarca.
El disfraz que triunfaba según la prensa de la época; "el bicho viviente envuelto en sabanas morunas, con el rostro cubierto como en la Turquía". La canción de moda; "madre cómprame un negro para bailar", la bebida estrella de las fiestas; " el explosivo canario denominado ron, de la marca el Ancla, que por mucho que se beba no estalla ni quema en las extrañas, ni produce estado de catalepsia como las otras marcas."
El entierro de la sardina se celebraba el miércoles de ceniza, después de la misa, donde te hacían una cruz en la frente con las cenizas de los ramos de olivos bendecidos el domingo de ramos del año anterior. Se acompañaba el entierro con "bailes chinos", costumbre traída de América, danza en la que se escenificaba el enfrentamiento entre el bien y el mal. La organización del entierro de la sardina era cosa de los marineros y se celebraba en Las Nieves, al mismo asistían las  autoridades del barrio y personas piadosas, terminaba con la quema y asadero de sardinas.
Los carnavales se celebraron con relativa libertad hasta 1936, con la llegada de la guerra civil y el nuevo régimen desaparecieron. Aparecieron tímidamente en la posguerra, pero  no pasaron de bailes en el casino, con la cara al descubierto, identificándose previamente si llevabas máscaras y alguna parranda por la calle. Siempre hubieron atrevidos que desafiaban a las autoridades, salían envueltos en una sábana y hacían correr a los guardias municipales detrás de ellos.
Carnaval de 1976, (Casino la Luz).

A principios de los sesenta el alcalde accidental, Martín, hizo la vista gorda y las máscaras se echaron a la calle, duró poco, porque el alcalde Andrés Rodríguez los volvió a  prohibir, la gente se disfrazaba y desde la cuesta de la calle Guayarmina provocaban a los guardias municipales y cuando subían con la porra en la mano, se metían en la casa de Luis el de Sinforosa por la puerta del callejón del Agua, los guardias nos preguntaban a los niños donde se habían metido y los engañábamos mandándolos por otra calle.
A finales de los sesenta se comenzó a celebrar el entierro de la sardina, bajo el nombre de "fiestas de invierno", que rápidamente empezaron  a ser conocidas por toda la isla, Agaete fue pionero en recuperar esta tradición, en 1970, se unió Ingenio. Las autoridades del régimen empezaron a hacer la vista gorda y el carnaval fue tomando nuevamente la calle hasta que adquirió la normalidad perdida en 1936.


Crónica en la prensa del carnaval de 1970:
El número de carrozas es crecido, teniendo nosotros conocimientos de la existencia de la de "Vegueta" con su alegre murga "Los templarios", la original carroza y murga de los" Titos", la siempre interesante carroza del barrio de San Sebastián; la alegre y juvenil de "Los Rebeldes"; la simpática y típica rondalla: "Los Magos", del Valle de Agaete; el desfile de la popular banda de música de nuestra villa con sus alegres pasacalles, y la intrigante carroza "Perico", ' obra personal de don Pedro Cruz García verdadero impulsor de estas fiestas. Como broche de oro al desfile de las ya citadas carrozas, y otras tantas que sabemos se presentarán como sorpresa, presidirá la descomunal " Sardina" que se rumorea tiene una longitud de seis metros (la Provincia, 11-02-1970).
Los "Sin ton ni son", de la villa de abajo, Vegueta.

El carnaval comenzó a ser famoso y cada año venían más gente, hasta llegar a  las 50.000 personas según la prensa de 1972, lo que desbordaba el pueblo, las carreteras y los aparcamientos, formándose colas de coches y atasco hasta Guía, teniendo que dar la vuelta muchos sin poder entrar en la villa. 

Estas vicisitudes llegaron a poner en duda su continuidad en 1975, pues el ayuntamiento no tenía un duro y no había nadie que patrocinara la fiesta y su coste. Como decía el alcalde José Antonio García, "Agaete es un pueblo sobrado de recursos espirituales, pero falto de recursos materiales". El carnaval es una fiesta creada por el pueblo y es el pueblo el que las tiene que mantener y así fue.
Durante la semana de carnaval se celebraba el "día del turista" y las mises elegidas tenían el privilegio de participar en el entierro de la sardina montadas en el camello de "Seíto".


La célebre "Megui", mis turista en el carnaval de 1975.(foto de Isidro García Álamo.)

Agaete además de fiesta en aquella época era un milagro, no teníamos agua, el viejo motor que daba la luz al pueblo se averió, Segundito dijo que ya no lo arreglaba más y el pueblo se quedó a oscuras una temporada, hasta que dios dijo hágase la luz en Agaete y llego la UNELCO. La compañía de los coches de hora, que nos comunicaba con Las Palmas y los demás pueblo quebró y nos quedamos unos meses a merced de los taxis y "piratas".
En 1976, ante la apatía del ayuntamiento, el carnaval lo organiza una asociación de amas de casa que existía en el pueblo.
El esplendor antiguo fue apagándose poco a poco, porque con la llegada de la democracia y la libertad, todos los pueblos, incluida Las Palmas, empezaron a celebrar carnavales.
Carnaval de 1975 (foto de Isidro García Álamo)

En 1978, la comparsa de Agaete, a la que pertenecía, "los Bullangueros", nos presentamos al concurso del carnaval de Las Palmas y ganamos el primer premio, al concurso de murgas se presentó la murga "los sin ton ni son", no obtuvieron premio.
En 1979, los Bullangueros nos volvimos a presentar y quedamos en tercer lugar, ganando los "Caribes" de la Isleta, ese año actuamos en la gala de elección de la reina del carnaval en el teatro "Pérez Galdós".

Los "Bullangueros" 1978, primer premio en el concurso de comparsas de Las Palmas.


Los "Bullangueros", carnaval de 1979, 3º premio de comparsas en Las Palmas.

Y así hasta nuestros días, que ya no tienen nada que ver con aquellos carnavales tan participativos y bailes de máscaras en el casino.
Aquel Agaete pobre, aislado, se tardaba dos horas en llegar a Las Palmas, sin los recursos actuales, lleno de dificultades materiales,  a pesar de todo marcaba el paso a toda la comarca del noroeste, eramos la villa más divertida de Canarias, nuestras fiestas de Las Nieves, el belén viviente, el día del turista, la verbena del macho, los carnavales, todo gracias a nuestra originalidad, a nuestra imaginación, a nuestros valores humanos, a nuestra unión, era lo que nos distinguía y diferenciaba de los otros pueblos.

El carnaval es la fiesta de la picaresca hecha canción en las letras de las murgas de Agaete, compuestas por el profesor D. Sebastián Monzón, conjugadas con músicas y melodías populares. Así, con la música de la canción "Valencia", oíamos en los aires aquello de:
"Vegueta es el barrio de la fiesta,
 la alegría y el humor, para pa pan, pan...",  
Letras de las canciones de la murga, que encajaban perfectamente en toda la fiesta y a lo largo y ancho de la villa, porque eso precisamente es Agaete en fiestas,  alegría y humor..., buen humor, diríamos.
Y la picaresca es muy "política" y dentro de ella no faltó el tema de la Mancomunidad del Noroeste:
"Los pueblos del noroeste se quieren mancomunar, 
y así llevan más de un año ni "pa lante ni pa tras".

Ni el de la delimitación de Caleta entre Guía y Galdar:
"En la Mancomunidad andan los tornillos flojos, pues el pleito de Caleta es la casa de los locos".

La banda de Agaete y la Masa Coral:
"A la banda de Agaete la quieren mancomunar,
para hacerla una charanga
como la masa coral".

Y la clásica rivalidad entre localidades vecinas: 
"En la montaña de Galdar hace Guía un Parador,
cómo va a mancomunarse el gato con el ratón".

También en los aires surgieron coplas alusivas a Tenerife, a personajes típicos de la villa, a la ermita de las Nieves, y cómo
no, al tema de los "coches de hora", de SALCA, con música de "La del soto del parral" y letra:
"Dónde estarán los d'iora
que a las fiestas no quieren venir
cuando siempre fueron los primeros
los que nos metieron los coches aquí.
Dicen que no hay dinero
que los coches no pueden andar
pues les falta chófer que los lleve,
cobradores,
inspectores
y gente que quiera trabajar".

Carnaval de 1936, baile en el casino "La Luz".

Carnaval 1976, (Casino la Luz)
Galería de fotos:






Original de la foto de portada, febrero de 1936, casino viejo la Luz. ..... 




Bibliografía consultada;
Mis recuerdos y prensa de la época.

Traducción al alemán por Mura Graf.
Die Geschichte des Karnevals von Agaete.

Früher begannen die Karnavalsfeste drei Tage vor den Aschermittwoch, das heißt mit Tanzveranstaltungen
am Sonntag davor. Am Aschermittwoch wurde die Sardine beerdigt und als Abschluss wurde der Tanz de
„piñata” am darauffolgenden Sonntag veranstaltet, der galt dann auch als erster Sonntag der Fastenzeit.

Seit Mitte des 19. Jahrhunderts gibt es schon Informationen über den Karneval von Agaete, wie es zum Beispiel dieser Zeitungsartikel von 1870 das über ein unglückliches Vorkommniss berichtet, uns zeigt.

Als am Karnevals Sonntag in Agaete( Gran Canaria) Francisco Gonzales Acosta mit seiner Frau vor Jacinto de Sosa und seiner Schwester Maria vorbei ging, bemerkte er, der schon etwas dem Wein zugesprochen hat, dass er Lust habe sie zu töten:” weil sie Feigen vom Feigenbaum seiner Mutter geraubt habe”, und er machte eine Geste wie um sie zu schlagen und konnte von seiner Schwägerin und seiner Schwiegermutter gerade so aufgehalten werden.
Es handelte sich eigentlich um eine Sache zwischen Jacinto de Sosa und Francisco Gonzales, da aber ergriff er das Messer des Anderen, machte eine Bewegung zurück oder er wollte das Messer auch über die Schulter werfen, jedenfalls verletzte er dabei sein Schwiegermutter tödlich, die ihn immer noch gepackt hatte, und sie verstarb sofort. Er bemerkte diese tödliche Verletzung nicht und rief sogar um Hilfe.
Dies ist in Kürze eine Zusammenfassung der Vorkommnisse, die jetzt die Grundlage zu einem Mordfall sind    und bei Gericht von Guia de Gran Canaria zwischen Francisco Gonzales uns Jacinto de Sosa Rosario zur Verhandlung kommen soll.
Der Staatsanwalt Jose Maria Leal hat uns ein sehr durchdachtes Schreiben übermittelt, worüber wir ihm sehr zu Dank verpflichtet sind. Darin bittet der Staatsanwalt, das die Tat kein Verbrechen sei, und dass man Gonzales und Sosa freisprechen sollte.”
In den 30ziger Jahren des 20.Jahrhunderts, mit dem Aufkommen der Republik, hatte der Karneval seine goldene Epoche. Die Tanzveranstaltungen im Casino, ob “El Cultural” oder “La Luz”, sogar im Salon des Rathauses wurde getanzt, waren in der ganzen Region berühmt.
Die Beerdigung der Sardine beging man am Aschermittwoch. Bei der Messe bekam man ein Kreuz aus Asche auf die Stirn, die von den gesegneten Palmwedel des Palmsonntag des Vorjahres stammte. Begleitet wurde die Beerdigung von “chinesischen Tänze” ( bailes chinos), ein Tanz aus Südamerika, bei dem das Gute und das Schlechte miteinander kämpfen. Die Organisation der Beerdigung der Sardine, war Sache der Matrosen und wurde deshalb in Las Nieves gefeiert, bei der viele Amtsträger und Fromme
teilnamen. Zum Schluss wurden Sardinen gegrillt und die Sardine verbrannt.

Bis 1936 feierte man den Karneval in relativer Freiheit,  aber mit dem Bürgerkrieg und der neuen Regierung verschwand er. Nur vor dem Krieg gab es schüchterne Erscheinungen von ihm, ohne Tanz im Casino, ohne vermummung der  Gesichter und falls man doch eine Maske trug musste man sich ganz schnell demaskieren und es gab nur eine kleine Musikkapelle auf der Strasse. Aber immer gab es welche , die sich trauten sich bis zur Unkenntlichkeit in ein Laken zu hüllen und so die Gesetzeshüter hinter sich herlaufen zu lassen.

Anfang der 60er Jahre erlaubte der durch Zufall gewählte Bürgermeister Martin den Karneval wieder und alle liefen Verkleidet durch die Strassen, aber der Bürgermeister Andres Rodriguez verbot ihn wieder.  Trotzdem verkleideten sich die Leute und  gingen zur steilen Strasse Guayarmina und provozierten so die Polizei und wenn sie mit dem Knüppel angerannt kam, versteckten sich alle im Haus von “Luis el de Sinforosa” und verschwanden durch die Tür in der Wassergasse. Und wenn die Wachen die Kinder fragte, wo sie hingelaufen sind, zeigten sie in die falsche Richtung.

In den 70er Jahre feierte man die Beerdigung der Sardine unter den Namen “Winterfest”. Dies wurde bald auf der ganzen Insel bekannt, denn Agaete war eine der Ersten, die diese Tradition wieder aufnahm. Bald folgte Ingenio. Die Behörden fingen an ein Auge zuzudrücken und der Karneval eroberte die Strasse zurück und erlangte die Normalität des Jahres  1936.

Hier eine Pressemitteilung von 1970:
Die Anzahl der Karossen ist grösser geworden. Den Wagen “Vegueta” mit seiner fröhlichen Musikgruppe “ The Templars” kennen wir schon; den echten Wagen mit seiner Musikgruppe “Titos” und den immer fröhlichen Wagen von San Sebastian; gefolgt von den fröhlichen und jugendlichen “ Los Rebeldes”, die sympatische und typische Band “ Los Magos” aus dem Tal von Agaete und der Vorbeimarsch unsere bekannten Musikgruppe des Ortes mit seiner lebhaften Parade und den faszinierenden Karnevalswagen “ Perico”, eine persönliche Arbeit von Pedro Cruz Garcia, der wahre Motor dieser Feste. Der Höhepunkt dieses Strassenzuges mit seinen Wagen und , wie wir wissen, mit vielen Überraschungen, wird eine Sardine präsentiert werden, die wie man munkelt,  sechs Meter Länge haben wird. ( La Provincia 11.2. 1970)

Der Karneval wurde immer berühmter und es kamen bis zu 50.000 Leute, so die Presse 1972. Die Menschen überschwemmten den Ort, die Strassen und die Parkplätze, so dass sich Autostauss  bis Guia bildeten. Viele mussten umkehren, weil sie nicht in den Ort kamen. Diese Vorfälle brachten Zweifel ob man dieses Fest 1975 fortsetzen sollte, auch weil das Bürgeramt kein Geld hatte und keiner die Schirmherrschaft  über nehmen wollte.
Wie schon der Bürgermeister Jose Antonio Garcia sagte: “ Agaete hat genug geistige Ressoursen aber es mangelt an materiellen Ressoursen.”
Der Karneval ist ein Fest für das Volk und es ist das Volk das es erhalten muss. Und so war es dann auch.

Eine Woche vor der Beerdigung der Sardine wurde der “ Tag des Touristen” gefeiert. Und die gewählten “Miss”  hatten die Ehre bei der Beerdigung der Sardine auf dem Kamel von “ Seito” zu reiten.

Das Leben in Agaete war ausser den Festen, ein Wunder. Es gab kein Wasser und der alte Motor für das Licht im Ort war kaputt und “Segundito” sagte, dass er ihn nicht mehr reparieren könnte und so blieb eine Zeitlang alles im Dunkel. Bis zu dem Tag “als es Licht wurde” und UNELCO kam. Dazu k am,  dass die Gesellschaft der “coches de hora” die uns mit Las Palmas und den anderen Orten verband zusammenbrach, und wir auf “Gedeih und Verderb” auf die “ Piraten Taxis” angewiesen waren.

Der Karneval von 1976 wurde, weil das Rathaus dazu völlig unfähig war, von den Verein der Hausfrauen, den es damals im Ort gab, organisiert.

1978 presentierte sich die Tanz- und Musikgruppe “ Los Bullangueros” beim Karnevalswettbewerb in Las Palmas und gewann den ersten Preis. Beim Gesangswettbewerb nahm die Gruppe “ Los Sintonnison” teil, aber sie gewannen keinen Preis.

1979 nahmen die “Bullangueros” beim Wettbewerb in Las Palmas wieder teil und gewannen den dritten Preis. Gewonnen hatte die Gruppe “Caribes” von der Isleta. Aber dieses Jahr nahmen wir an der Gala des Wettbewerbs zur Karnevallskönigin im Theater Perez Galdos teil.

So ging es weiter bis zum heutigen Tag, was aber kaum mit der damaligen Zeit zu tun hat, wo alle mitmachten, auch beim Tanz der Masken im Casino.

Das arme und isolierte Agaete, von wo die Fahrt nach Las Palmas zwei Stunden dauerte, voll materiellen Schwierigkeiten, hat trotzdem ein Zeichen für die ganze Region im nordwesten der Insel gesetzt.

Wir waren der unterhaltsamste Ort von Gran Canaria. Unser Fest von Las Nieves, das Krippenspiel von den Dorfbewohner aufgeführt, der Tag des Tourismus, die” Verbena del macho”, der Karneval, alles dies war wegen unserer Originalität, unserer Vorstellungskraft, unseren menschlichen Werte und unsererem Zusammenhalts möglich und zeichnete uns und unterschied uns von den Anderen.



jueves, 1 de febrero de 2018

1745, LAS MILICIAS CANARIAS REPELEN EL ATAQUE PIRATA AL PUERTO DEL JUNCAL.

Miliciano canario con el uniforme de faena del siglo XVIII.

Desde el siglo XVI, las islas eran lugar de paso obligado de la mayor parte del incipiente comercio mundial, las rutas marítimas de 
las metrópolis con los dominios europeos de África, Asia, Oceanía y sobre todo América, tenían como paso obligado y escala los puertos y refugios de las islas, por aquí pasaron la mayor parte de las materias primas y tesoros expoliados en las colonias.
Paralelo a este comercio creció la piratería en nuestros mares, la abundancia de aguas, ganado y huertas en las islas, hizo que los piratas y corsarios se acercaran en numerosas ocasiones a nuestras costas para avituallarse, entablando combates con las milicias canarias, creadas mayormente para rechazar estos desembarcos e intentos de invasiones por parte de moriscos, ingleses, portugueses, franceses y holandeses.
Tras dos años de tranquilidad por los acuerdos internacionales, a principios de febrero de 1745, una flotilla de corsarios ingleses compuesta por cinco navíos asediaba los puerto de  Santa Cruz de Tenerife y Santa Cruz de la Palma, agazapados a la espera de la llegada o partida de barcos comerciales para asaltarlos. Habían capturado dos balandros del trafico de cabotaje entre islas, cargados de trigo de Gran Canaria para Tenerife. 
Armaron los dos balandros capturados y los enarbolaron con pabellón francés. Con esta estrategia consiguieron acercarse y abordar dos fragatas francesas de la Compañía Real de Guinea, que procedentes de Port Louis, Isla Mauricio, buscaban puerto en Canarias para reparar  los destrozos de un fuerte temporal. Poco más tarde la víctima era un bergantín canario con pescado salado.
Los marinos canarios consiguieron burlar en cierta medida a los piratas y corsarios haciendo la travesía ocultos en la oscuridad de la noche, con buen viento, en unas cuatro horas se atravesaban las doce leguas que separan Agaete de Tenerife.
La flota corsaria necesitaba avituallamiento, sobre todo agua y víveres frescos que empezaba a escasear. Tras varios intentos de desembarcar en la costa de Tenerife que fueron rechazados por las milicias chicharreras, decidieron intentarlo en Gran Canaria. 
Dos fragatas, los dos navíos franceses capturados y cuatro lanchones de desembarco, se dirigieron a la costa norte de Gran Canaria. En la zona hay abundantes veriles, caletas, playas y ensenadas, donde vertían agua dulce numerosos arroyos, abundante ganado y huertas para aprovisionarse. 
El Puerto del Juncal en la actualidad.

Echándole un poco de imaginación a los datos aportados por los historiadores el asalto sucedió así:
El Coronel Don José de Andonaegui, Comandante jefe del  regimiento de las milicias canarias de Guía, estaba al tanto de las intenciones de los corsarios y había ordenado el despliegue de las Compañías del regimiento a lo largo de la costa de su demarcación, tres en Arucas-San Felipe, una en Guía, otra en Galdar y la  del Capitán Don Agustín del Castillo en Agaete.
Bandera del Regimiento de Milicias Canarias de  Guía del siglo XVIII, que se conserva en la actualidad en el museo histórico militar de Santa Cruz de Tenerife.

Componían las compañías de forma habitual entre 80 y 100 hombres, además de los soldados profesionales existía una reserva a la que pertenecía prácticamente todo el campesinado y algunos artesanos, los requisitos eran ser mayor de 16 años, por arriba no había edad, hasta que las condiciones físicas lo permitiera, no podían pertenecer a las milicias los esclavos, los negros, mulatos, borriqueros, arrieros y molineros.
Lo nutrido de los reservistas de las milicias canarias se debía a las grandes ventajas que tenía serlo, gozaban de una justicia más suave en caso de delinquir, no podían ser despojados de sus propiedades con ocasión de deudas  entre otros privilegios. 

La milicia tenía sus oficiales de reserva, elegidos por los cabildos, que sin cobrar un maravedí, a cambio de ciertos beneficios, se encargaban en los pueblos de organizar a los reservistas, formaban esta oficialidad los miembros de las familias más acomodadas y poderosas, siendo celebres en el siglo XVII en Agaete, entre otros; los Capitanes Alonso Imperial, Alonso Olivares del Castillo, Cristóbal García del Castillo...,  y en el siglo a  XIX, el Capitán D. Antonio de Armas y Jiménez, todos además ocuparon la alcaldía, el patronazgo y la mayordomía de Nuestras iglesias y ermitas.

Al amanecer del martes día 9 de febrero de 1745,  en el horizonte, frente Agaete aparece la flota corsaria, el Capitán del Castillo despliega sus tres secciones y envía un emisario a caballo a Guía, para dar la novedad al coronel del regimiento. 
La compañía observa la deriva de la flota  desde los altos de los acantilados del Turman y las Moriscas, siguiendo los zigzag que realizan, necesarios para la navegación a vela, al final  los lanchones de desembarco toman el rumbo del Puerto del barranco de Juncal, pequeña cala sita a poco más de un kilómetro del casco urbano de Agaete. Al pie de playa les espera la Compañía de Agustín Del Castillo. 

Las campanas de la pequeña iglesia de Agaete y las ermitas de Las Nieves y San Sebastián, como estaba prevenido tocan a rebato, soliviantando a todo el vecindario, poco más de cuatrocientos vecinos, convocando a la movilización a los milicianos reservistas, que van abandonando las huertas, sus ganados y los lugares de trabajo, armados con lo que pueden, algún arcabuz, cuchillos, ondas, horcones, garrotes, lanzas, hoces y demás aperos de labranza se dirigen al Puerto del Juncal.


Campesino canario dirigiéndose a las milicias, dibujo de 1830.


Las madres y esposa de los milicianos se van concentrando en la pequeña iglesia de la villa, ante la capilla de la patrona, virgen Purísima Inmaculada de la Concepción, entre llantos y rezos piden su intercesión para que vuelvan sanos y salvos los hombres del pueblo. En la lejanía se escucha el estampido de los cañonazos de artillería de los combatientes del Juncal.

Durante la mañana van llegando al Puerto del Juncal los refuerzos de las demás unidades de la guarnición de Guía, dirigiendo las operaciones el Coronel Andonaegui, transmitiendo las ordenes durante la batalla a través del tambor mayor del regimiento. Las milicias dominan las alturas sobre la playa, desde los altos  del "roque de la Fortaleza" y "Punta Gorda", la artillería arroja todo tipo de proyectiles sobre los lanchones de los  corsarios, los navíos piratas lanza continuas andanadas de cañonazos y disparos de fusilería sobre las milicias que resisten bizarramente. Tras más de siete horas de combate, los corsarios ven imposible el desembarco y se retiran rumbo a alta mar.

Pasado unos días la flota corsaria terminó atacando la capital Gomera, siendo rechazados nuevamente, suponiendo que en algún barranco despoblado y sin defensa pudieron hacer aguada.

Coronel Don José de Andonaegui.

El Coronel Andonaegui había nacido en 1685, en Marquina, provincia de Vizcaya, meses después de la gesta del Juncal, fue ascendido a Capitán General y nombrado por el Rey Felipe V, Gobernador de Buenos Aires, murió en Madrid en 1761.

Recreación del combate del Juncal.

Don Rafael Torres Campos en 1901, en su discurso de ingreso en la Real Academia de la Historia dijo que:
«la compenetración del espíritu canario con el alma nacional se revela en la institución de las Milicias. Así puede decirse que la unión con la madre patria a través de las vicisitudes y durante los momentos difíciles ocasionados por las invasiones piráticas y guerras de los siglos XVI al XVIII, se ha mantenido no por obra de la metrópoli, sino en virtud del noble esfuerzo del pueblo canario».

Si bien hoy en día algunas calles de nuestro municipio llevan nombre de aquellos oficiales de la milicia, es una tristeza que esos valientes campesinos, muchos agaetenses, antepasados nuestros, que defendieron nuestras costas durante siglos contra el robo y el expolio corsario-pirata, no tengan un recuerdo, una calle, una placa o un monumento en toda la comarca.
                           Milicianos canarios siglo XVIII

Este ataque había sido localizado hasta hace poco en el puerto de Las Nieves de Agaete, (Rumeu de Armas) modernas investigaciones lo concretan en el Puerto del Juncal, limites de Agaete y Galdar. (ANTONIO BÉTHENCOURT MASSIEU)

Bibliografía consultada:
El corsarismo en Canarias, Enrique Pérez Herrero.
Canarias en los conflictos navales de 1727 y 1739-1748. Nuevas aportaciones ANTONIO BÉTHENCOURT MASSIEU.
ANTONIO RUMEU DE ARMAS PIRATERÍAS Y ATAQUES NAVALES CONTRA LAS ISLAS CANARIAS.
Foro de historia militar Gran Capitán.
Arquitectura y artes Plásticas en la Villa de Agaete, Antonio J. Cruz y Saavedra.
Historia de las milicias Canarias, Abad Ripoll.