viernes, 24 de julio de 2020

DON TEODORO RODRÍGUEZ, UN CURA, UNA ÉPOCA, AGAETE 1959-1969.


Un joven Don Teodoro Rodríguez con un grupo de religiosos.

Don Teodoro Rodríguez Rodríguez nace en Juncalillo de Gáldar, el 28 de diciembre de 1917, lugar que ha dado a la iglesia muchos clérigos y religiosos. Ya desde muy temprana edad su vocación salió a flote, no era otra que la de servir a Dios. Comenzó sus estudios en el Seminario de Las Palmas, latín, filosofía humanidades y teología. Terminada su carrera sacerdotal marchó a la Universidad Pontificia de Comillas para ampliarla, obteniendo la licenciatura en derecho Canónico. 
Terminada su carrera eclesiástica fue ordenado sacerdote ante la virgen del Pino en la Villa de Teror, el 23 de septiembre del año 1944, cantando su primera misa el 8 de octubre, acompañado de sus hermanos, también sacerdotes, José y Francisco.
Los hermanos Rodríguez y Rodríguez con el Papa Juan Pablo II.

Su labor como párroco la ha desarrollado en Tías, Tenteniguada, Agaete y en la Basílica Menor de San Juan de Telde, donde permaneció 24 años.
Su primer destino como sacerdote fue en la iglesia de nuestra señora de la Candelaria de Tías (Lanzarote), donde ejercito el sacerdocio hasta octubre del año 1950.
File:Tías - Camino de las Cuestas - Iglesia de Nuestra Señora de ...
Iglesia de la Candelaria de Tías, Lanzarote.

En 1943, el obispo de la diócesis Monseñor Pildain creó la parroquia de Tenteniguada. En 1950, el obispo ordenó el traslado a dicha parroquia de Don Teodoro, convirtiéndose en el primer sacerdote titular de la misma, permaneciendo hasta finales del año 1959.

 
Iglesia de Tenteniguada (archivo Don Teodoro).

A finales de 1959, fue trasladado a la parroquia de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción de la villa de Agaete, donde permaneció hasta el año 1969, que fue trasladado a la iglesia de San Juan Bautista de Telde.

Don Teodoro recibiendo en Agaete al obispo Pildain.

Agaete despidió con todo sentimiento al que había sido su párroco durante 23 años, Don Manuel Alonso Lujan y dio la bienvenida al nuevo, Don Teodoro. El domingo 21 de febrero de 1960, fue su presentación oficial ante su nueva feligresía que llenaba por completo nuestro majestuoso templo parroquial. A Don Teodoro después de 20 años ejerciendo en pequeñas iglesias, casi ermitas, le debió de parecer estar en una catedral.
Su llegada no estuvo exenta de problemas, se encontró una carpintería en los bajos de la sacristía, que estuvo regentada por Don Juan Armas Galván y su hijo Miguelito, al que el anterior párroco Don Manuel Alonso, le   había cedido el local a cambio de realizar trabajos de carpintería para la parroquia. "Mastro Juan", como era conocido, fue el autor de una serie de pequeños retablos y peanas para los santos, ya desaparecidas desgraciadamente, en una reforma fueron todos a la hoguera al parecer. 
Don Teodoro se negó a firmar los inventarios y hacer el relevo de la parroquia hasta que no solucionó el asunto de la carpintería.
Aquí podemos observar los retablos citados ya desaparecidos.

Tuve la suerte de conocer en mi infancia a Don Teodoro, con él, como todos los niños de mi generación, hice mi primera comunión y fui monaguillo. Lo recuerdo como una persona alta, de buen aspecto, parecía siempre recién afeitado, oliendo a perfumen de la época o a aquellos masajes para después del afeitado de fuerte olor, siempre con sotana, impecable, siempre sonriente. 

Don Teodoro en el púlpito de la iglesia de la Concepción de Agaete.

Eran años de fervor religioso, la iglesia siempre se llenaba en las misas, la oratoria de don Teodoro, que tenía facilidad de palabra era sencilla y comprensible.
Impulsó las catequesis y las clases de religión en el colegio público, su formación y preparación en humanidades y teología, estaba por encima de la de los maestros de aquella época, Don Teodoro no necesitaba la regla o el arresto de rodillas con las manos en cruz y un pesado libro en cada mano para que aprendiéramos el catecismo, bastaban sus palabras y sus penitencias.
Uno de los mayores logros de su paso por Agaete fue el descubrimiento de la pintura flamenca de la virgen de Las Nieves. Gracias a su sagacidad y tenacidad consiguió los permisos reglamentarios, tras convencer al pueblo de la necesidad de que por los expertos se comprobara lo que se sospechaba, que debajo de la antigua pintura estaba el original y así sucedió en octubre de 1963


Instauró con los jóvenes del pueblo el movimiento de acción católica llamado Tarsicios, los ejercicios espirituales y la adoración nocturna. 
Durante su mandato se construyó el actual Centro Parroquial, fomentando las artes culturales como el teatro, el cine con la proyección de películas y otras representaciones escenográficas, creó la banda de cornetas y tambores de la parroquia bajo la dirección de Don Tomás Martín (Tomasito), impulsa las procesiones y otros actos religiosos, las excursiones por toda la isla de los jóvenes de la Villa, instaurando la costumbre ya desaparecida, de la chocolatada en la plaza después de las primeras comuniones, con su correspondiente trozo de queque y caramelos Tirma, para que ningún niño se quedara sin celebración.
Durante su paso por la parroquia de la villa realizó una imponente labor religiosa, social y humanitaria con los más desfavorecidos. En todos los municipios donde ejerció el sacerdocio se le ha reconocido esa labor, tienen una calle con su nombre, excepto en Agaete. Cuando le pregunte a Don Tomas Martín porque no tenia ese reconocimiento, sonriendo y en tono socarrón me contesto; "porque no se llevaba bien con la gente de Vegueta, él era del todo el pueblo".

                     La banda de cornetas y tambores de la parroquia (yo con el bombo).

El día 4 de febrero de 1997, a los 78 años de edad, fallecía Don Teodoro Rodríguez Rodríguez.





Fotos de Don Teodoro con otros religiosos.








Enlaces a galerías de fotos del archivo de Don Teodoro.





Bibliografía:
Archivo fotográfico de Don Teodoro.
Lanzarote digital.
Testimonio de Don Tomás Martín Trujillo.


miércoles, 1 de julio de 2020

1902, EL VALLE DE AGAETE Y LA ERMITA DE SAN PEDRO.

1902, construyendo la ermita.

La naturaleza siempre fue prodigiosa con Agaete y en especial con su Valle; abundantes manantiales, frondosos y variados árboles, agradable clima, escarpados montes cubiertos de pinos, frutales de toda clase, etc.
En las constituciones sinodales del obispado de Canarias de 1629, Agaete apenas tiene 40 habitantes. Cien años después, en las constituciones de 1737, ya son 168 los vecinos de la villa, de los que 30 están censados en el valle de Agaete, desde Chapín hasta el Hornillo.
A principios del siglo XX, ya son 694 los vecinos del Valle de Agaete, de los que 176 residen en el caserío de San Pedro y 296 en la Vecindad de Enfrente.

Habitantes de Agaete 1905.

La población de estos pagos echaba de menos un lugar donde reunirse, una casa donde dirigirse en oración al todo poderoso. Para cualquier acto religioso había que caminar los cinco kilómetros que separaban el caserío del casco urbano de la villa.
A finales de 1901, con el fin de tener un lugar de culto, se creó una comisión de vecinos para tratar de buscar la forma de tener almeno una ermita donde dirigirse al santísimo. Con tal fin la comisión se dirigió a la "casa" del señor Don Francisco Manrique de Lara, el cacique dueño de casi todo Agaete en aquellos años, el cual tomó cartas en el asunto, ofreciendo a la iglesia unos solares de su propiedad situados en el pago de San Pedro, con el fin de construir una ermita, alentando a la comisión a su pronta construcción.
Era tal el ansia de tener un lugar de culto de los vallense que de inmediato se pusieron "manos a la obra", comenzando las faenas en enero de 1902. Tres meses después; con el esfuerzo, sacrificio de los vecinos y donaciones de todo el pueblo, la ermita estaba lista para la bendición y celebraciones.
El 20 de abril de 1902, tuvo lugar el acto solemne de la inauguración del pequeño templo.  Desde la víspera se engalanó con banderas, se enramó el caserío y la pequeña ermita, ese mismo día se dejan oír por primera vez los sonidos de la campana que competía con el ruido de los arroyos y barrancos que corrían todo el año por sus proximidades.
Los actos comenzaron a las diez de la mañana de aquel domingo de primavera con la llegada del párroco de la villa, Don Juan Valls y Roca. La alegría y el júbilo de los fieles reunidos en la pequeña plazoleta era indescriptible según la prensa de la época.
Tras la bendición de la ermita, bajo la advocación de San Pedro en honor al nombre que el caserío ostentaba, documentalmente al menos desde mediados del siglo XIX, se cantó por primera vez el santo sacrificio de la misa. El cura dio una homilía de agradecimiento a todos los que lo habían hecho posible, en cumplimiento a su sagrado deber, dio la comunión por primera vez a más de 120 niños y niñas, además de una multitud de personas mayores.
Terminada la liturgia, se sacó en procesión por los caminos aledaños, la única imagen de que disponía la ermita en ese momento, un niño Jesús.
Unos días después llegó al pueblo la imagen de San Pedro, procedente de Barcelona, comprada por suscripción popular. Se decidió dejarla en la parroquia matriz de la Concepción hasta el 29 de junio, festividad del mártir.
El domingo 29 de junio de aquel año, apenas dos meses después de la inauguración de la ermita, San Pedro salió a hombros, en procesión por el camino real rumbo a su destino definitivo, su nuevo templo.

Una nutrida comitiva de autoridades, clero y vecinos de Agaete lo acompañó aquella luminosa mañana. En la "calera" le esperaban los vecinos del Valle y una banda de música para mayor lucimiento, entre tracas y voladores se dirigió a su ermita.

Fiestas de San Pedro de 1929.

Por la noche ese mismo día, después de cantarse el "tercio" a San Pedro, se quemaron fuegos artificiales, tocando en la plaza una banda de música, al siguiente día se realizó una feria de ganado, quedando establecida la fiesta para años sucesivos.


San Pedro y San José en la ermita de Las Nieves. El 8 de noviembre de 1936, junto con San Sebastián bajaron en rogativa, para pedir por el fin de la guerra y la victoria de Franco. Junto con la virgen de Las Nieves, ese mismo día subieron a la iglesia matriz del pueblo, donde permanecieron una semana llena de actos litúrgicos de peticiones y oraciones.

La constitución de la parroquia de San Pedro es relativamente reciente.  Establecida el 19 de marzo de 1943, por el "Excmo. y Rvdmo." Sr. Obispo de Canarias, Doctor Pildaín y Zapiain, abarca los barrios de; el Hornillo, Tamadaba, El Sao, los Berrazales, Vecindad de Enfrente, Casas del Camino y San Pedro.


Cartel de las fiestas de San Pedro de 2018, cartel realizado por mi. En la foto el vecino Marcelo, protagonista del cartel con el estreno de su papagüevo.

Tras 118 años de festividades, sin San Pedro faltar un solo día 29 de junio con su recorrido por el Valle, este 2020, por primera vez en su historia faltó a su cita, una maldita pandemia que se ha llevado por delante la vida de miles de personas lo ha impedido. Pedimos a San Pedro bendito que extienda su manto sobre las tierras de este pueblo y de toda la humanidad, nos proteja y termine pronto con este mal.


Bibliografía consultada:
Prensa de la época a través portal Jable.
Boletín Oficial de la provincia única de Canarias.
Constituciones sinodales del obispado de Canarias.
Revista museo canario 1884.
Archivo municipal de Agaete.