jueves, 27 de agosto de 2020

LA CRUZ DEL ROQUE DE LAS NIEVES, SU HISTORIA.

 

El papa León XIII recomendó para celebrar la llegada del siglo XX, la colocación de cruces del redentor en un lugar prominente por todos los pueblos de la cristiandad católica, como símbolo y manifestación de fe y homenaje a Jesús sacramentado.

El párroco de Agaete, Don Juan Valls y Roca, siguiendo las indicaciones del obispo de la diócesis Don José Cueto y Díez de la Maza (padre Cueto), no fue menos y como todo lo que se organiza en mi pueblo, fue un hito en toda la comarca, esta es la historia:

A las doce de la noche de aquel lunes 31 de diciembre de 1900, terminaba un siglo y empezaba otro, el siglo XX. "Los cañones de las peñas", que solo se usaban para anunciar acontecimientos importantes como el comienzo de las fiestas y recibir a la virgen de Las Nieves cada 5 de agosto, le daban la bienvenida al nuevo siglo con sus atronadoras salvas, rompiendo el silencio de la noche, impregnando de olor a pólvora todo el pueblo. Las campanas de la iglesia tocaban a rebato, en el camino viejo a Las Nieves, Roque Antigafo y por todos los montes que rodean la villa, incluso en Tamadaba, numerosas fogatas iluminaron la oscuridad.

Minutos después de ser recibido el nuevo siglo, comenzó el ceremonial religioso. 

El ayuntamiento había colaborado para darle el mayor esplendor al templo con una amplia iluminación, una gran multitud llenaba la iglesia. D. Juan Valls comenzó el acto exponiendo el "santísimo" en el altar mayor. Tras el evangelio el párroco comenzó "una fervorosa plática sobre; Operemus bonum dum tempus habemus", una exhortación que se remonta a los primeros siglos de la civilización cristiana, perennemente válida y universalmente acogida incluso más allá de los principios de la fe cristiana, suena así "en cristiano": intentemos hacer el bien mientras tengamos tiempo.

Esa noche más de trescientos fieles se acercaron a la mesa de la comunión según el boletín eclesiástico.

Terminada la misa, la custodia fue procesionada por el interior del templo bajo palio como era costumbre y obligación, portando los palos el alcalde Don Rafael Jiménez Melian y sus concejales.

Al finalizar la procesión claustral del santísimo, se cantó un "Tantum Ergo", en latín como todo en la época.  Se denomina Tantum Ergo a la última parte (últimas dos estrofas) del himno eucarístico Pange Lingua, escrito por Santo Tomás de Aquino, por lo general es cantado durante la adoración del Santísimo Sacramento.

Este canto fue ejecutado en el armonio por el joven estudiante de medicina en Barcelona y que se encontraba de vacaciones de navidad en la villa, Sebastián Petit Vallbona, hijo del médico de la villa D. Sebastián Petit Ramón, acompañado de las voces de Don Santiago de Armas y del maestro Don José Sánchez y Sánchez.

Médico Don Sebastián Petit.

Maestro Don. José Sánchez y Sánchez.

Don Santiago de Armas León.

Finalizada la ceremonia, el párroco ante un público enfervorecido por los cánticos, les exhortó de nuevo a la lucha contra la impiedad que tantos estragos había hecho en el siglo que terminaba; los animó a revestirse del espíritu de Jesucristo nuestro divino Redentor; les dijo que era necesario tener valor para declarar públicamente nuestros sentimientos religiosos; terminando con un viva a Jesús Sacramentado el que fue contestado unánime y espontáneamente.
Esa misma tarde noche del 31 de diciembre de 1900, tras ser bendecida por el párroco, un grupo de jóvenes colocaron una cruz de madera de tea, de unos tres metros de altura, por uno y medio de ancho, en lo alto del Roque de Las Nieves. La comitiva partió de la iglesia con la cruz a hombros, acompañados por una multitud se dirigieron al Roque de Las Nieves (Antigafo), en medio de hogueras que lo iluminaban, lo escalaron y colocaron la Cruz.
Entre esos muchachos que subieron al roque a colocar la Cruz, se encontraba un joven Pedro Martín Santana, padre del profesor Don Anselmo Martín Medina.
Han pasado 120 años de su colocación y ahí sigue la cruz, acariciada por los vientos del atlántico, viendo pasar el tiempo. La cruz fue denominada como "cruz del siglo", para nosotros, los agaetenses, siempre fue; la Cruz del Roque.
El Ilmo. Ayuntamiento cooperó al lucimiento de los actos, acordando además poner unas lápidas de mármol en cada una de las caras del basamento de la cruz levantada en el Roque de las Nieves, con las inscripciones siguientes: Ann. MCM. Jesús Christus, Deus homo, vivit, regnat, imperat; en otra, el nombre del Romano Pontífice, lltmo. Sr. Obispo de esta diócesis y Sr. Cura párroco; en otra, Alfonso XIII, Alcalde y Juez municipal de esta villa; y por último, en otra, el tema ya citado de la plática del Sr. Cura.
En la actualidad la cruz presenta un grave deterioro, en especial su basamento, siendo cuestión de poco tiempo que caiga al suelo, sería interesante recuperar la historia, restaurarla y poner un panel en el muelle viejo que explique y refleje su trascendencia, pues fue un símbolo de guía y fe de nuestros antepasados.
 
Estado actual (foto Federico Vega Molina)

Yo, en lo alto del roque 1977, aún conservaba el brazo corto original.


Párroco Don Juan Valls y Roca. 

Obispo Don José Cueto y Díez.

Tumba de los médicos Sebastián Petit en el cementerio de Agaete.

Tantum ergo Sacramentum - himno tradicional en latín





Bibliografía:
Boletín eclesiástico enero 1901.
La prensa de la época a través del portal de la ULPCG Jable.
Testimonio de Don Anselmo Martín Medina.

domingo, 2 de agosto de 2020

TITO SANTANA, DE PROFESIÓN: ARTISTA.



En mis paseos diarios me cruzaba a menudo en la carretera de Las Nieves con Tito, era seguidor de los artículos del blog, en ocasiones me corregía o me contaba una anécdota para que la añadiera. En una ocasión me dijo; "no esperes a que me muera para contar mi historia".  Lo siento Tito, siempre lo tuve en mi mente, pero nunca pensé que te ibas a ir tan rápido de este mundo, pero nunca es tarde, aquí está mi pequeño homenaje: 
En una ocasión hace unos años, en mi etapa profesional en este pueblo, durante un trámite burocrático con él, cuando rellenaba uno de aquellos formularios oficiales donde había que colocar una multitud de datos personales, al preguntarle a Tito; —¿profesión?—, me contesta airado y elevando el tono; —¿tú no me conoces? ¡Artista! — Eso fue Tito toda su vida, un artista con elegancia.


Demetrio (Tito) Santana, nace en Agaete a principios de los años cuarenta del pasado siglo.  Con 19 años el pueblo le queda pequeño como a muchos agaetenses de su generación, a pesar de que Agaete ya es por los años sesenta un referente cultural de la isla, lo frecuentan; Felo Monzón, Pino Ojeda, Miró Mianou, César Manrique, Pepe Dámaso, Millares, etc. Su necesidad de conocer mundo le hace echárselo por montera. En 1964, pone rumbo a Tenerife y en un barco que procedía de Brasil se embarca rumbo al puerto de Southampton en Londres.
Sin saber ni una palabra de inglés y sin saber dónde ir, llegó a Londres, cogió un taxi y como el taxista lo vio tan moreno y con rasgos africanos, lo llevó directo a un barrio negro de la city, se alojó en lo que hoy llamamos un piso patera, con un montón de gente de color, hasta que contactó con un amigo llamado Manolín Jerez que le ayudó a encontrar trabajo, consiguió uno de camarero y después según él; "hice de todo menos prostituirme". 
Tito consideraba que tenía buena voz y en principio su idea era ser cantante.

A los cuatro mese recibió una carta de su amigo del pueblo, Lorenzo Godoy, nuestro querido bailarín "Lorencito", que se encontraba en París. No se lo pensó dos veces y puso rumbo a la ciudad de la Luz.
Esta vez el azar le sonrió con mejor cara, encontró un trabajo ayudando a colocar zapatos y vestir a modelos en los desfiles parisinos, en uno de esos desfiles, una señora propietaria de una de las academias de modelos más prestigiosas de París, Madame Claude Fornerat, se fijó en él y sus acentuados rasgos raciales, tan característicos de la gente de Agaete, le preguntó si quería ser modelo. A partir de ese momento todo le vino rodado, conoció a los grandes artistas de la época y a los grandes creadores parisinos. Comenzó a viajar por todo el mundo; Bélgica, Canadá, Grecia, Londres, Berlín, Marruecos... Hizo pases  para Pierre Cardin, Saint-Laurent, Lapidus y Dior entre otros.


Entre París y los veraneos en Agaete se mantuvo 17 años. Realizó pases de moda con los mejores de la época, fue modelo fotográfico, incluso participó en algún rodaje cinematográfico en pequeños papeles.
En 1974, dio por finalizada su carrera profesional como modelo y regresa a su pueblo natal.
A principios de 1975, colabora con Pepe Dámaso en el rodaje de la película la Umbría.

Tito en la Umbría.

En los años ochenta del pasado siglo probó suerte en los negocios de moda y hostelería, montó un local de copas, ocio, arte y música en la zona del parque Santa Catalina de Las Palma, el "Titu´s", un local de ambiente selecto y tranquilo, donde ofrecía además de las copas, espectáculos, exposiciones y tertulias. 
Trabajó de relaciones públicas en "Galerías Malteses" y otros locales, escribe artículos sobre arte y moda en varios periódicos de la isla.


El Teatro:
Tito siempre guardaba un grato recuerdo del párroco de su niñez y juventud, D. Manuel Alonso Luján, sacerdote de Agaete durante 23 años, del que opinaba que; "fue el más comprensivo, fructífero y animoso de todos los párrocos que había conocido, con sus enseñanzas y su comprensión de la sensibilidad de cada uno, inculcó en los jóvenes formación cultural y artística, una inquietud, un amor por el pueblo y un interés por el futuro, que no se puede olvidar nunca. Yo creo que jamás podremos pagar esta deuda a don Manuel Alonso"
En esta etapa perteneció al cuadro artístico de la parroquia y participó en los autos sacramentales que el párroco organizaba.
En 1991, de la mano de la asociación cultural ANTIGAFO, treinta y cuatro años después, con parte de los mismos actores de los años cincuenta, resucita el "Teatro de cámara de Agaete". Angélica García, Valentín Armas y otros más noveles, se suben al escenario del Huerto de las Flores bajo la dirección de Tito, para escenificar la obra "Mañanas de sol", de los hermanos Álvarez Quintero.

En 1993, estrena su segunda obra, "Las Chubicena", todo un éxito, tiene que repetirla varias veces durante aquel año a petición del público. A esta obra aporté mi granito de arena, prestando el vestuario de dos actores que hacían de guardias civiles, dos tricornios antiguos de tela, dos capas y algunas cosas más que aún deben de andar por su casa.


Escena de Las Chuvicena.

En 1994, Elsa Herrera, concejala de cultura de la ciudad de Gáldar, le propone estrenar una obra en su localidad, dar clases de teatro en los colegios de Gáldar como actividad extraescolar e impulsa el teatro en dicha ciudad. 
Crea la escuela municipal de teatro, el grupo de "teatro Gáldar" y fomenta las escuelas infantiles de teatro, de grato recuerdo en los niños y juventud de aquella época, fue artífice de la semana de teatro de Gáldar. Hasta seis concejales de cultura y tres alcaldes lo tuvieron a su servicio. 
La actividad en Gáldar durante todos aquellos años fue incesante, obras de teatro, autos sacramentales, festivales infantiles, etc. Colocó a Gáldar como principal protagonista del movimiento teatral de la isla.
En la ciudad de los Guanartemes trabajó hasta su jubilación.
Homenaje a Tito, por el ayuntamiento de Gáldar.

Tito Santana, el artista, sin ruidos ni aplausos, con el patio de butacas vacío, bajó en telón de su paso por este mundo el 14 de julio de 2020, en su casa de su querido Puerto de Las Nieves de Agaete, descansa en paz Tito.


 "La vida es teatro y el teatro la vida, no me saques, por favor, de ahí. " 

Bibliografía:  la prensa de la época a través del portal Jabre de la ULPGC y mis recuerdos.