Recreación de cómo se trasladaban las piedras desde las canteras del Valle al pueblo a mediados del siglo XIX.
Ya nuestros antepasados los aborígenes canarios utilizaban las piedras como instrumentos en su vida cotidiana; molinos, puntas de lanza, cuchillos, punzones, ídolos... o como material para sus construcciones; viviendas, tagoror, muros, corrales, monumentos funerarios, etc.
Tras la llegada de los conquistadores con esas mismas piedras se construyeron fortalezas e iglesias.
Con los colonizadores llegaron afamados maestros canteros andaluces y es cuando arranca con energía la explotación de las canteras para construir las primeras edificaciones, conventos, iglesias y viviendas.
Las exportaciones de losas de piedras de Agaete llegaron a ser importantes en el siglo XIX. Así podemos observar en el anuario económico de 1867, que salían por el Puerto de Las Nieves, para la isla de Tenerife, 4.650 quintales de losas de piedra, por un valor de 33.900 reales de vellón, contribuyendo con nuestras losas al enriquecimiento del patrimonio de la isla de Tenerife.
Las exportaciones de losas de piedras de Agaete llegaron a ser importantes en el siglo XIX. Así podemos observar en el anuario económico de 1867, que salían por el Puerto de Las Nieves, para la isla de Tenerife, 4.650 quintales de losas de piedra, por un valor de 33.900 reales de vellón, contribuyendo con nuestras losas al enriquecimiento del patrimonio de la isla de Tenerife.
En Agaete destaca una cantera sobre todas las demás, la cantera de cueva blanca, donde se obtiene una "tranquita" amarillenta, muy ligera, denominada en la zona, "canto blanco" o piedra tosca, constituyendo junto con la "piedra viva", el principal material de construcción durante varios siglos en la villa, exportándose a otras localidades, incluso a otras islas.
Cantera de cueva blanca en la actualidad.
Detalle de la piedra de Cueva blanca.
El canto blanco es una piedra dura, ligera, porosa, muy resistente al agua a la salinidad y a otras inclemencias climáticas. Así lo podemos ver en construcciones que desde hace siglos se mantienen en pie, como el arco ojival del presbiterio de la ermita de Las Nieves o en las viviendas más antiguas de la villa. Otra de las utilidades del canto blanco al ser una piedra muerta (porosa), es en la construcción de hornos, tanto caseros, como de cal.
El origen de las piedras es volcánico, como la propia isla. La variedad de canteras y la diversidad de piedras que vamos a ir viendo, abundantes en la villa de Agaete, se debe a que el tèrmino municipal se encuentra en medio de la línea divisoria (barrancos de Agaete y de Tirajana) de los diferentes ciclos de formación geológica de la isla.
Cantera prehispánica de la Calera:
Cantera de molinos manuales, formada por una impresionante pared de toba, que puede alcanzar más de 10 m de altura, sobre la que aparecen multitud de improntas circulares, de diámetro más o menos uniforme (entre 30 y 50 cm). Las huellas de este tipo de intervención no se circunscriben a esta pared, aprovechándose otras zonas de los escarpes y de la ladera de la montaña.
Canteras de Tirma:
Cantera prehispánica de la Calera:
Cantera de molinos manuales, formada por una impresionante pared de toba, que puede alcanzar más de 10 m de altura, sobre la que aparecen multitud de improntas circulares, de diámetro más o menos uniforme (entre 30 y 50 cm). Las huellas de este tipo de intervención no se circunscriben a esta pared, aprovechándose otras zonas de los escarpes y de la ladera de la montaña.
Canteras de Tirma:
Piedras de color verdoso de enorme plasticidad, estos afloramientos parecen estar relacionados con el nivel de alteración hidrotermal (azulejos).
La cantera se encuentra dentro de la finca de Tirma, compartida entre Agaete y Artenara, en la zona denominada Cueva Nueva y el Carreño, en los límites con la Aldea de San Nicolás, no es una piedra muy compacta. Muy apreciada en la ornamentación de edificios, una muestra es la fachada de la casa de Colón de Las Palmas o el parque de la Palmita de Agaete.
La cantera se encuentra dentro de la finca de Tirma, compartida entre Agaete y Artenara, en la zona denominada Cueva Nueva y el Carreño, en los límites con la Aldea de San Nicolás, no es una piedra muy compacta. Muy apreciada en la ornamentación de edificios, una muestra es la fachada de la casa de Colón de Las Palmas o el parque de la Palmita de Agaete.
Restos de piedra verde en la cantera de Tirma.
Cantera de Tirma
Cantera de piedra roja de Tamadaba:
Está situada en el centro del Pinar de Tamadaba, detrás de la casa forestal.
Esta piedra es compacta, de muy buenas cualidades. Por su formación geológica es dura. En su día muy apreciada para la decoración de fachadas y sobre todo por los escultores por su resistencia a las inclemencias y facilidad para esculpir.
Con ella realizó el escultor Luis Alemán Montull, entre otras, las esculturas de la Plaza de España de Las Palmas.
Monumento al campesino canario, realizado en piedra roja de Tamadaba.
La cantera de Tamadaba en la actualidad.
Las canteras de piedra roja de Agaete:
Nuestros antepasados cuando necesitaron piedras para la ornamentación y construcción de sus obras, además de los criterios estéticos de la época, las buscaban en lugares cercanos y accesibles.
Una de las señas culturales de Agaete es la piedra roja con que se construyó y se ornamentó fachadas de numerosas viviendas antiguas de la villa durante el siglo XIX y principios del XX, siendo sus máximos exponente la iglesia parroquial, la casa de los Armas, actual ayuntamiento, la casa de los Manrique, actual centro cultural o la antigua carnicería y pescadería de la bajada al huerto de las flores.
Iglesia parroquial de la Concepción donde se empleó abundantemente la piedra roja de nuestras canteras.
Existieron varias canteras de este tipo de piedra de gran durabilidad y resistencia, la mayoría en el margen derecho del barranco de Agaete, siendo las principales las situadas en "el centenal", la Suerte y las Longueras, explotadas en su día por la familia Manrique.
Las piedras una vez "arrancadas", eran transportadas hasta el lugar de la obra en carros tirados por bueyes, mulos o camellos.
Cantera del "centenal", finales del siglo XIX.
Obsérvese la huella de la barrena, barra de hierro con la que a base de martillazos con la mandarria se partían las piedras grandes (cantera de las Longueras).
Cantera de los Manrique en las Longueras en la actualidad, restos de las piedras que se utilizaron en la fabricación de la iglesia parroquial.
La protección de los espacios naturales de donde se extraían las piedras y la globalización que trajo consigo la llegada de piedras de fuera, mayoritariamente de China, ha llevado al abandono cierre progresivo de las canteras de la isla.
Las de Agaete cerraron en las primeras décadas del siglo pasado, aunque de las de Tamadaba y Tirma continuaron extrayendo piedras hasta principios de los años noventa del siglo XX. Y con el abandono y cierre se perdió un conocimiento y un modo de hacer que nos distinguía culturalmente.
Así vio Agaete desde la cantera de "Cueva Blanca", el profesor Don Salvador Calderón, en el verano de 1874, de su libro reseña de las islas volcánicas, Gran Canaria.
Además de esas canteras existen otras de menor entidad, donde se extraían piedra de relleno, cantos tipo Gáldar o piedras calizas para hacer cal.
Cantera junto a la playa, de donde se extrajo la piedra de relleno del muelle viejo de Agaete.
No hay comentarios:
Publicar un comentario